Una nueva moda del periodismo: portales basura

Opina - Medios

2016-06-17

Una nueva moda del periodismo: portales basura

Las redes sociales se han convertido en la herramienta fundamental que surte de información al mundo entero. A través de ellas se hacen negocios, se crean contenidos y se destruyen o catapultan vidas. Sí, actualmente las personas utilizan sus celulares para denunciar y exponer todo tipo de cosas: unas aberrantes, otras alentadoras y muchas de ellas inútiles y carentes de raciocinio.

Diariamente vemos cómo las plataformas tecnológicas sirven de caldero donde se quema la intimidad de las personas, se violenta la individualidad y se abusa del poder de la inmediatez que la web 2.0 proporciona. Muchas veces es una oda a la pornomiseria, acrecentando el morbo y violando límites.

Los medios de comunicación cada vez van dejando de lado su tarea de informar para ridiculizar y ser un portavoz de idioteces, que distan mucho del contenido periodístico con el que se supone son creados, refiriéndome propiamente a los informativos que gozaban de cierto prestigio y cumplían con la labor de entretener, contar de actualidad y denunciar. Diariamente se ven más medios perdiendo su norte, fruto de la nula segmentación y selección de contenidos.

Todo es noticioso, ahora todo se puede contar y cada memez ocupa un titular, y claro, ¿cómo no? si cualquier cosa por pendeja que parezca, se viraliza y es justificable porque, según ellos, eso es entretener. Si esa es la moda en el periodismo, si eso es informar, si eso es tener criterio, prefiero estar “out”. Sé que los medios deben evolucionar y acomodarse a las necesidades actuales de las personas, sin embargo, creo que deberían ser selectivos, deberían darse su lugar y no permitirse igualarse a otros, ¡hay de medios a medios, hay de nombres a nombres, hay de categorías a categorías y, ante todo, hay etiquetas y normas básicas que se deberían cumplir!

Lo peor del asunto es que ninguno se escapa: ni los de contenido liberal ni los conservadores, ni los afamados ni los que nadie conoce, todos pecan por el hecho de estar “trendy”, de tener más seguidores y de ser leídos a cómo dé lugar, sin importar la fidelización con los lectores, si están o no comunicando asertivamente, ¡Acá la guerra es por estar en el primer lugar, no por el hecho de tener independencia y criterio periodístico!

Los usuarios no somos bobos, menos en una era digital. Nos damos cuenta de la nula investigación, pues ahora se recurre a copiar y pegar noticias de otros portales, dándole los derechos de autor al que primero cuente y saliendo rápidamente de la tarea de llenar de “información” una página o un sitio web, sin importar su nivel de profundidad o credibilidad.

Todo cambia, menos el sentido crítico de las noticias: hay que volver a ese periodismo de calidad, de investigación profunda, con fuentes y con un grado alto, muy alto, de filtración, para no volver sus sitios un chismorreo absurdo.

¡Eso dejémoselo a los programas de farándula, donde esas temáticas pueden funcionar y hasta tienen cierto grado de sentido, pero no a los medios con años de trayectoria y que se suponen tienen muy clara su línea informativa!

En la web hay muchas cosas válidas y hay público para todo, el error ahora es pretender acaparar la totalidad de públicos en un mismo portal, sacrificando la calidad o solo teniendo seguidores pasivos; no esos que debaten, que difieren o proponen. Hay que seleccionar los públicos, fidelizarlos y darles el lugar.

Primero tenía mis periódicos preferidos, ya no tengo ninguno que me satisfaga. En Kienyke, Bluradio, Semana.com, Caracol Radio, entre tantos otros, uno puede leer que James es burlado por una pizzería por ser gago o que Tatán Mejía se rascó lo que es suyo y se volvió tendencia en Instagram, o que algún director técnico de fútbol también se olió sus manos luego de tocarse sus genitales, o que una actriz porno, ducha en el tema, está nerviosa por volver a el cine para adultos, o cosas que si bien son noticia, no deberían en ir periódicos o cuentas de medios con supuesta idoneidad, selección, imparcialidad y ética en la noticia; sumada a la idiotez de muchas personas que se empeñan en volver viral lo que nos degrada y ridiculiza como sociedad y que luego estos y más medios se encargan de endiosarlos, “viralizando” también un mensaje que a través de las redes se llega a la fama, así para eso tengamos que vender lo poco de dignidad que nos queda o tengamos que llegar al colmo de la pornomiseria ¡eso significa que algo no está bien!

Afortunadamente no es siempre y no son todos, porque también hay noticias bien contadas y trabajos precisos y que dan gusto de leer, por eso la tarea de los medios es grande: es aprovechar la tecnología para ponerla al servicio de los usuarios, pero ahí no para la cosa.

Es transformar, con la ayuda de tantas aplicaciones y de la inmediatez de la red, en medios con carácter y seriedad y no convirtiéndose en una red social más pequeña donde hay espacio para publicar y contarlo todo, incluso la basura.

Ilustración de granadaimedia.com

Ilustración de granadaimedia.com

Si los medios siguen en esa absurda labor de desinformar con tanta ligereza y sin delimitar su público objetivo, podrán, seguramente, ser rentables, pero volviendo eso un “sancocho” de temas y cada vez perdiendo lectores de calidad, esos que se enamoran de una marca, que se ufanan de ser asiduos seguidores de una línea editorial y simplemente ojeando y salpicando temas y buscando, como quién hace “zapping” frente a un televisor, otro medio que mejor se acomode, que no cuente cosas infructuosas y que dejen de tomar como fuente cualquier sandez que sale de las redes y los usuarios, —no en vano todo los días se ven correcciones por parte de los medios, ya que tienen la ligereza de informar, por el afán de la chiva, sin detenerse a ver la realidad de lo que publican, haciendo el “oso” y, a modo personal, dejando muchos vacíos y dudas del medio y de quienes trabajan allí—.

Consciente de eso, y sabiendo que cada cuál elige qué seguir, me di a la tarea de eliminar una a una las cuentas que seguía, muchas de ellas con tristeza, pues en mi época de estudiante, en las cátedras de periodismo, eran el ejemplo que los docentes ponían para enseñar la veteranía, la calidad informativa y el prestigio de un nombre. Al decir “no me gusta” a tantos periódicos “serios”, ratifiqué que el afán de informar no puede ser sinónimo de calidad y que no todo es válido, no todo es permitido, pues aunque el mundo siga evolucionado, la credibilidad en la manera de contar y hacer periodismo, no pasará de moda.

¡Más portales de contenido, menos web basura, por favor!

Publicada el: 17 Jun de 2016

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Germán Mejía Vallejo
¡El hombre al que las palabras le arrebataron la vergüenza! Comunicador Audiovisual de profesión. Enamorado de las letras, los besos, la Luna, el pistacho y la ortografía.