Columnista:
Álvarez Cristian
El Gobierno del presidente Duque no aprende de los errores pasados. Así se ve con la nueva metida de pata por parte del presentador de televisión que “rige” los destinos de este platanal y que ocurre exactamente un año después de la famosa “jugadita” del bachiller Macías.
Pero no hay que echarle toda la culpa al “jefe de Estado”, pues su deslenguado lapsus fue conocido gracias a la intervención y publicación de un video en las redes sociales de la socia de “Memo Fantasma”, nuestra flamante vicepresidenta Marta Lucía Ramírez que —creería yo— está a punto de ser echada por exceso de meterudas de pata.
“Que la vieja esa estaba preguntando donde estaba yo”, le dice Duque en tono de reproche de escolar solapado a su esposa… de la que se me escapa el nombre en este momento, pero que es la misma señora que muchos aseguran que es la primera dama de la Nación.
Pero… ¿Quién es la tal “vieja esa” a la que Duque se refiere? Pues desde La Oreja Roja le resolvemos la duda a nuestros lectores.
La “vieja esa” se llama Aída Yolanda Avella Esquivel, es una senadora de oposición de 71 años de edad que llegó al Congreso de la República en 2018, de la mano del Movimiento Decentes donde comparte equipo con Gustavo Bolívar, María José Pizarro y Gustavo Petro.
La “vieja esa” nació el 23 de enero de 1949 en el municipio boyacense de Sogamoso. Es hija de un contador de pueblo y de una ama de casa, tiene 8 hermanos, todos criados en esa clase media-rural colombiana de mitad del siglo XX.
La vena política de la “vieja esa” proviene por parte de su abuelo materno Efraín Avella. Este era un miembro del Partido Liberal que había alcanzado a ser exalcalde de Sogamoso. Según la senadora Avella, esa figura le transmitió el valor de la política como una forma de transformar la sociedad.
Tras cumplir sus 16 años, en 1965, pudo acceder a la educación superior pública en la Universidad Nacional, en Bogotá. Allí, la “vieja esa” comenzó su pregrado en Pedagogía y Psicología. Pero allí, la “vieja esa” no solo aprendió sobre su carrera, sino que afianzó sus dotes políticas a través de ese foro de jóvenes revolucionarios (muchos que hoy en día son más “derechos” que un palo de escoba) que era la Universidad Nacional en ese momento.
Como se lee en la biografía de la “vieja esa”, en la página del Banco de la República, La participación en las luchas del movimiento estudiantil y la vinculación a la Juventud Comunista JUCO se convertirían en las bases de su proyecto de militancia política.
Según la revista SEMANA, en 1971, tras recibir su pregrado en Psicología, la “vieja esa” entró a trabajar al Ministerio de Educación Nacional donde inició su vida como líder sindical. Posteriormente lideró la presidencia del Sindicato de Trabajadores del Ministerio y de la Federación Nacional de Trabajadores del Estado FENALTRASE el cual cobija a los sindicatos del sector público.
Pero con su carrera sindical también vinieron los riesgos. Según El Espectador, la primera amenaza que recibió la “vieja esa” fue en 1973 en ejercicio de sus funciones sindicales.
Aída Avella, la “vieja esa” como figura sindicalista —que logró la participación de más de 50 sindicatos que se unieron a la huelga— tuvo un importante papel aquél 14 de septiembre de 1977 cuando se gestó el Paro Cívico Nacional más grande de la historia del país.
Durante la década de los ochenta, la “vieja esa” se vinculó formalmente al Partido Comunista y luego a la Unión Patriótica UP, naciente partido político que surgió de las accidentadas negociaciones entre el Gobierno de Belisario Betancur y las FARC en 1984. A su vez, Avella llegó a ser la secretaria General de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) en 1986.
Tras el surgimiento de la UP y la buena aceptación que en el espectro democrático estaba teniendo dicho partido, vino ‘la horrible noche’ para sus miembros, incluidos la “vieja esa”. Está documentado que entre 1985 y 1988 la violencia contra la UP (ejercida en ese repetitivo matrimonio entre agentes del Estado, narcotraficantes y en algunos casos miembros de otras guerrillas) dejó 573 muertos. En menos de 13 años (1985-1997) se registraron 65 masacres contra los integrantes del partido, fueron asesinados 145 concejales, 15 alcaldes, 11 diputados, 3 representantes a la cámara, 3 senadores, 2 candidatos presidenciales y 129 dirigentes. De acuerdo con Avella, en su entrevista a EFE, la UP padeció el asesinato sistemático de más de 3.000 de sus integrantes después de que este partido lograra en 1986 el mejor resultado electoral de la izquierda colombiana hasta entonces.
En diciembre de 1990, y en uno de los peores momentos para ser figura de la UP, Avella, “la vieja esa”, aceptó la presidencia del mismo, llegando a ser la primera mujer en presidir un partido político en Colombia. En 1991, la “vieja esa” hizo parte de la Asamblea Nacional Constituyente y por un error técnico llegó a presidirla por algunos meses.
En las elecciones locales de1992 fue elegida como concejala de Bogotá, y desempeñando ese cargo, el 7 de mayo de 1996 fue que sufrió el atentado más grave contra su vida. Ese día, mientras se dirigía desde el norte de la capital del país al centro de Bogotá, el vehículo de la “vieja esa” fue atacado con un rocket.
Sorprendentemente, Avella y sus escoltas resultaron ilesos. Aún impactada por el suceso, Avella tuvo la fuerza suficiente para denunciar el hecho en una entrevista radial hecha por Darío Arizmendi y Judith Sarmiento en Caracol Radio. Ese día casi se muere “la vieja esa”.
La Silla Vacía relata que, tras este hecho, Aída Avella se debió exiliar en Suiza, donde vivió más de 17 años. Sin embargo, a través de la Federación Sindical Mundial, siguió pendiente de lo que pasaba en este país a la vez que denunciaba los problemas de nuestro sindicalismo local en instituciones como la Organización Internacional del Trabajo.
En noviembre de 2013, tras la “resurrección” de la personería jurídica de la UP, Avella, “la vieja esa” volvió al país. Y tras celebrarse el V Congreso de la UP, Avella fue elegida como candidata presidencial para las elecciones de 2014. Luego se estableció una alianza con Clara López, candidata en ese entonces por el partido Polo Democrático en la cual Avella sería la “vice”.
En 2014 participa del proceso de paz con la guerrilla de las FARC en La Habana (Cuba), como integrante del tercer grupo de víctimas. Por último, en 2018 se lanzó como candidata al Senado por la Lista de la Decencia, obteniendo 57.000 votos. Actualmente se desempeña como una de las senadoras más juiciosas y responsables con sus votantes. Allí ha sido autora de 53 proyectos de ley, ha sido ponente de 10, y ha realizado 24 citaciones de control político a altos funcionarios del gobierno. ¡Como que es bien activa, la “vieja esa”!
Por varios años, Aída Avella, “la vieja esa”, ha denunciado que el atentado en su contra y el genocidio político de la Unión Patriótica son responsabilidad del terrorismo de Estado, específicamente ha puesto en evidencia la llamada operación Golpe de Gracia, dirigida por la cúpula militar.
¿Y QUIÉN CARAJOS ES «LA VIEJA ESA?»
—Bien por el columnista Álvarez Cristian. Buen estilo literario para hacer un esbozo biográfico de una figura pública aprovechando la doble «metida de pata» del «presi» —por un lado— y de su sin-igual descachada crónica la «Vice» Marta Lucia. ¡Que nunca falte el humor!
excelente la hoja de vida de la «Vieja Esa», no es cualquier mujer, es una de perrenque….y Boyaca que no es lo mismo… Arriba…Arriba…