¿Y para los campesinos? ¡Plomo y glifosato!

Holmes, posa de altruista, recitando ese aforismo acuñado por el uribismo «estos asesinatos colectivos nos duelen a todos» cuando su frialdad no le impide fumigar a diestra y siniestra a los campesinos como si fuesen hormigas. 

Opina - Política

2020-09-22

¿Y para los campesinos? ¡Plomo y glifosato!

Columnista: 

Ana Montoya

 

El 24 de agosto del presente año, el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, anunció en una rueda de prensa su decisión de reactivar la aspersión aérea de glifosato, pues según él, las masacres son producto del narcotráfico, Holmes dijo: «Las masacres de los últimos días tienen un denominador común, el narcotráfico…se ha encontrado una correlación directa con el fenómeno del narcotráfico y las organizaciones criminales».

Esta afirmación no solo no tiene ningún asidero, pues no se ha demostrado que exista una relación entre las víctimas de las masacres y el narcotráfico, o los grupos al margen de la ley, sino que además le sirve de excusa al Gobierno para restaurar una política antidrogas nefasta y absurda, el glifosato. 

En las siguientes líneas, explicaré por qué el glifosato es un arma letal que acaba con la tierra y la vida de los campesinos, además de ser una política pública ineficaz y absurda. 

En primer lugar, es preciso mencionar que si bien según el último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), no hay suficiente evidencia científica para afirmar que el glifosato produce cáncer en humanos, la exposición directa al herbicida sí causa graves daños en la salud, tales como falla renal, cáncer de pulmón, abortos espontáneos, brotes en la piel, malformaciones en el feto, labio leporino, enfermedades respiratorias, entre otros. Lucia, una mujer campesina que vivió en carne propia las fumigaciones afirma: «Hay gente que tiene cáncer o que perdió sus ojos por asomarse a la puerta de la casa cuando pasaba la avioneta, también muchas mujeres experimentaron abortos espontáneos por las fechas de las fumigaciones». 

En segundo lugar, no hay manera de controlar la aspersión, es decir que esta se dirija únicamente a los cultivos de coca, las avionetas fumigan sin ningún tipo de consideración, sin distinción alguna, entonces la fumigación arrasa con todo, con cultivos de plátano, ríos, animales, bosque, niños y adultos, acabando con la vida de los campesinos y de paso con el ecosistema, dejándolos sin comida ni agua potable. 

Así mismo, no está comprobado que el glifosato erradique los cultivos ilícitos, pues este no daña del todo la planta de coca, luego se puede cortar la parte fumigada y volver a sembrar la planta, «una sola planta de coca le puede ayudar a cultivar 100, entonces la fumigación de la planta de coca lo que hacía era ayudar a multiplicar los cultivos» dice Beatriz, una campesina sembradora de coca. Por lo tanto, esta estrategia de erradicación de cultivos ilícitos es inútil, absurda y costosa, según Dejusticia, el Estado gasta el 33 % del presupuesto de la Nación en esta política antidrogas. 

Sumado a esto, la decisión de Holmes es abiertamente autoritaria, pues pasa por encima de lo dispuesto en la Sentencia T-237 de 2017 de la Corte Constitucional, de las víctimas, y de los campesinos, pues no fueron tenidos en cuenta para la toma de esta decisión. 

Holmes dice: «la aspersión aérea mostró sus efectos positivos, mostró su eficacia, genera más condiciones de seguridad para la fuerza pública y para los erradicadores, se trata de un asunto de seguridad nacional».

La anterior afirmación permite entrever la absoluta indiferencia de el ministro por los campesinos, el desprecio y el poco respeto que tiene por su dignidad y su vida, pues las personas objeto de fumigaciones no solo han sufrido graves daños en su salud, sino que han tenido problemas de abastecimiento de comida y agua potable, porque al no poder sembrar otro tipo de cultivos —debido a que el glifosato acaba con la fertilidad de la tierra— se ven obligados a sembrar coca de nuevo, sin mencionar que son víctimas de la guerrilla, los paramilitares y el Ejército. 

Holmes, posa de altruista, recitando ese aforismo acuñado por el uribismo “estos asesinatos colectivos nos duelen a todos” cuando su frialdad no le impide fumigar a diestra y siniestra a los campesinos como si fuesen hormigas. 

Finalmente, cabe resaltar que la audiencia prevista para el primero de septiembre, en la cual se iba a discutir el Plan de Manejo Ambiental para la Erradicación de Cultivos Ilícitos, mediante la aspersión aérea de glifosato, fue suspendida. 

 

Fuentes:

Luis Felipe Cruz Olivera, Ana María Malangón, Camilo Castiblanco Sabogal, El Daño que nos hacen: Glifosato y Guerra en Caquetá, Dejusticia, 2020.

https://sostenibilidad.semana.com/impacto/articulo/audiencia-virtual-sobre-aspersion-con-glifosato-alza-vuelo-i-colombia-hoy/53850 

https://www.coljuristas.org/nuestro_quehacer/item.php?id=373 

( 2 ) Comentarios

  1. las mafias y las guerrillas nos obligan a los campesinos a sembrar coca y son los que imponen la ley de las balas, y no le pagan al campesino sino el primer cultivo y lo siguen obligando y nunca saldra de pobre porque le siguen es robando su trabajo y obligandolo a sembrar coca aun sin poder cultivar su PAN-COJER. viendose obligado a cumplir o lo mata, si no se destruyen esos cultivos asi sea co glifosato o como sea, el campesino sera utilizado, esclavizado y asesinoado si no cumple.

  2. si no se destruye el cultivo de coca asi sea con glifosato seguiran los campesinos esclavizados, obligados y asesinados trabajando para las guerrillas y las mafias narcotraficantes esto ocurre hace mucho desde las farc, nos obligaban a cultivar y habia que cumplirles con unas cuotas que imponian a su manera, recogian el producto y solo pagaban un 30% 0 40% y que quedaban debiendo el resto, a la proxima recogida no pagabn el faltante sino el mismo 30% de lo que se les entregaba y con decir que cumpllian ordenes. no pueden decir nada porque los matan, si el gobierno no desruye esos cultivos los campesinos seguiran pobres, esclavizados, obligados y masacrados.

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Ana Montoya
Escritora.