Columnista: Alexander Quiñones Moncaleano
La construcción de opinión es cada vez menos centralizada y eso es evidente día a día. Las redes sociales han democratizado cada vez más la información y los ciudadanos no tragan entero, pues hay un ‘contra poder’ haciéndoles pulso.
De las redes han salido corriendo periodistas que, creyéndose los dueños o los voceros de la verdad, no aguantan la confrontación del pueblo de manera directa; un ejemplo de ello fue la salida del periodista Zuleta Lleras lanzando pestes contra quienes, según él, no eran más que plebes.
Otro síntoma de esta misma enfermedad se evidencia al escuchar a Julio Sánchez Cristo pedir a grito herido que regulen las redes sociales, ¿cómo así que Pepito puede tener una plataforma para controvertirlo e insultarlo? Ellos solo abren micrófonos a aquellos que le acarician su ego.
La importancia de esta democratización de la información es insospechada y nosotros los ciudadanos de a pie no tenemos claras las implicaciones del poder que nos han otorgado, aunque lentamente vamos comprendiendo que sí lo tenemos.
Revista Semana hace unos meses archivó información vital para todos los ciudadanos colombianos pues se estaba gestando desde las Fuerzas Armadas la reafirmación de los ‘Falsos Positivos’, dije la reafirmación porque sostengo que esta práctica llevada a cabo por el Ejército Nacional, nunca cesó, se calmó por un tiempo pero en estos dos últimos años volvió a crecer. Como quizás todos recuerdan, si no fuera porque medios extranjeros vinieron a destapar esta olla podrida, se habría quedado sin conocer la gravedad de estos acontecimientos.
Acto seguido, al medio dirigido por Alejandro Santos Rubino le tocó empezar a implementar una serie de estrategias para no quedar totalmente quebrado, y no digo quebrado en términos económicos, lo digo en términos de legitimidad ante una sociedad que se fue en contra del mismo por haber ocultado esta información vital para los colombianos. Pues de ella dependía la vida de ciudadanos humildes que serían masacrados y luego disfrazados para hacerse pasar como insurgentes muertos en combate.
Cuando digo que los vándalos son los medios cómplices con el actuar infame del Establecimiento, lo digo, por ejemplo, desde ese escenario en que ocultaron información, que crean una narrativa donde quieren desviar la mirada de lo realmente importante, que es, a final de cuentas, las causas detrás del levantamiento popular y no unos hechos aislados que en ocasiones son fabricados por el mismo Establecimiento, como nos hemos dado cuenta por el peso de la evidencia: donde Ejército y Policía han creado pánico para deslegitimar el paro, cosa que no han logrado.
Si usted es capaz de hacer un seguimiento a lo que está haciendo el Esmad, la Policía, el Ejército, por medio de redes sociales y que algunos medios han logrado hacer bien como lo hizo Cerosetenta con el estudio: El segundo a segundo del disparo que mató a Dilan Cruz, podrá decir con plena conciencia que el Establecimiento, y en este caso la prensa en manos de los grandes capitales es parte de ese Establecimiento, no ha hecho otra cosa que mentirle con respecto del Paro Nacional.
¡Cómo le han mentido!: han servido a la derecha como caja de resonancia, le han dicho que hay vándalos acá y allá, le han repetido hasta el cansancio que hay vándalos y que pareciera que lo importante es eso, los vándalos y no las causas que hay detrás, no del vandalismo, sino del levantamiento popular.
Los medios cubren desde su visión lo que ocurre, el vandalismo, los saqueos y la violencia que sacude a cada país; no obstante, las causas de esos levantamientos y protestas sociales no tienen el cubrimiento y la profundización que necesitan. Al parecer eso no es relevante, sobre manera para los dueños de estos medios.
Los medios de comunicación son la caja de resonancia del Establecimiento. Esto es de dominio público y cada vez se entiende mejor esta premisa. Los medios de grandes tiradas y de mayor difusión son esa parte esencial para mantener un estado de opinión uniforme que no cambie mucho el estatus quo.
Es deber nuestro como ciudadanos tener una mirada crítica, aunque esto sea un poco complejo ya que, como supimos recientemente, nos rajamos en lectura crítica y matemáticas en las pruebas Pisa. Debemos saber que tenemos el poder de no leer, o leer o atender cada vez menos a estos medios dominantes que quieren manejar la opinión pública: la academia ha tratado este asunto y le ha puesto un nombre: El Paradigma Protesta.
Desde las década de los 70 vienen haciendo estudios donde involucran este concepto. Pero, ¿qué es el Paradigma Protesta? Consiste básicamente en la manera cómo los medios dedican esfuerzo y tiempo a cubrir el vandalismo, los saqueos y la violencia dejando atrás las causas de estos hechos.
Esto hace que las protestas terminen narrándose como desviaciones a ‘nuestro’ orden social, en contra de los ciudadanos ‘pacíficos’ y ‘trabajadores’ (los medios tradicionales se arraigan en general la representatividad de la nación). La implicación de este tipo de narrativas es la protección del status quo. Este tipo de cobertura tiene como fin, justificar la mano dura y la represión.
Pero a eso es lo que debemos encaminarnos, y es abrir el debate o aportar algo a ese debate para que la sociedad civil vaya tomando conciencia de la importancia de tener una postura independiente a la hora de informar.
Los medios de comunicación no deben estar subordinados al poder económico, y este momento es un momento más que propicio, dado que la fuerza de las redes y las versiones digitales a la hora de informar cada vez ganan más poder o redistribuyen mejor la manera cómo se llega a la sociedad civil, por eso debemos confiar menos en los grandes medios y concederles más voz a los medios realmente independientes, como es el caso de Cuestión Púbica o La Oreja Roja, que cada vez hacen su trabajo de manera más objetiva.
Este mes conocimos la manera cómo La Oreja Roja quiere salvaguardar su independencia y nos pareció más que maravillosa, justa: busca seguir funcionando buscando patrocinio por parte de sus lectores, y casos como estos se han visto muchos con éxito al rededor del mundo, esa es una de las maneras de seguir portando algo de independencia que tanto necesita y quiere la sociedad civil de sus medios de comunicación, aunque para ello debamos meternos la mano al bolsillo y donar uno que otro peso para que esas iniciativas de gran periodismo sigan proliferando y los medios tradicionales se vean a avocados a reinventarse o desaparecer.
Foto: Hernán Muriel
Ya no se sabe quién es quién, lo q si se sabe es q el Sánchez Cristo es un prepago rico oligarca q se da el lujo de burlarce de todos. Es un solemne hp !