Uribe es satanás

Opina - Política

2017-07-08

Uribe es satanás

Oscar Sevillano en su columna “Uribe y el uribismo” del pasado 5 de julio de 2017, llega a una conclusión central con la que coincido:

De esta forma bien puedo concluir que Uribe es el satanás colombiano y el uribismo una especie de secta satánica que para tener contento a su maestro, recitan mentiras e incitan al odio, utilizando la intriga y la cizaña como su arma favorita, creando en nuestro país una atmósfera de confusión y así lograr sus propósitos.

La coincidencia en la conclusión en este caso muestra dos cosas importantes: un camino argumentativo equivocado puede llevar a conclusiones certeras, como el caso del columnista de El Espectador que probablemente no está concluyendo a través de una metáfora, que es donde sí coincidimos; ese es el segundo punto: toda cosa es dicha por alguien, y ese alguien es parte del significado de la declaración.

Sí, en sentido metafórico, Uribe podría decirse que es el diablo, aquel que encarna todo lo negativo y nocivo para una sociedad.

Que si bien tiene aspectos positivos, con ese tipo de líderes está reforzando la mirada de corto plazo, el individualismo, el nepotismo y la violencia como respuesta a las diferencias, que son elementos negativos e inconvenientes para el desarrollo de cualquier grupo humano.

Es normal que haya personas que sigan a este personaje “a pie juntillas”, porque de alguna manera generó una sensación de bienestar posteriormente a un periodo de gran desazón y catástrofe para nosotros los colombianos, entre la desinformación y enfocarse en los síntomas más molestos de una enfermedad social muy profunda, el uribismo fungió como curandero administrando analgésicos, cuando se requiere un doctor y algunas cirugías.

El uribismo, si es que tal cosa existe como conjunto de ideas o nociones, también conjuró muchas molestias en un enemigo común. Toda la frustración de un pueblo encontró desembocadura sobre la misma imagen compartida, la errada idea de “muerto el perro, muerta la rabia” resultaba atractiva y fue bien vendida.

Cuando empezamos a ver a la guerrilla como un conjunto de compatriotas que en su mayoría fueron víctimas de las circunstancias, también tenemos que reconocer que la enfermedad de nuestro país nos incluye en mayor o menor medida, y que para mejorar hay que mejorar todos, y no simplemente castigar a unos pocos porque son los malos.

No creo que haya que entregarse a ningún rezo, como recomienda el columnista antes citado, aunque probablemente no haga daño, lo importante es admitir que no hay salidas fáciles y eso implica votar de manera consciente en el programa de gobierno que se vota, hacer seguimiento y presión desde la ciudadanía, y dejar de creer en que viene alguien a salvarnos, especialmente alguien como Uribe que nunca ha compartido los intereses de un pueblo que solo pretende manipular para continuar usufructuando muchas tierras y favores.

 

Claudio Mera
Lector asiduo, estudioso de la administración y la gestión, consultor, docente universitario, cocinero y ejecutivo administrativo. Las opiniones pretenden mostrar una postura lógica.