Autor: Hernán Muriel Pérez
En una semana que se cumple del paro nacional hay una característica muy importante que debe analizarse: las manifestaciones sociales ocurridas durante estos días desde el 21 de noviembre, en los barrios y en la verdadera territorialidad colombiana, tienen una participación mayoritaria de jóvenes, e incluso de menores de edad, que se han empoderado de la protesta y están manifestando su descontento con el actual Gobierno.
Este escenario indica tres principales caldos políticos que se desarrollarán en la presente columna:
1. Los jóvenes se están concientizando
La alternatividad en la comunicación está logrando un efecto considerable en los fundamentos del conocimiento colombiano: los medios tradicionales no tienen la misma credibilidad a la hora de generar opinión en torno a la política y los hechos polémicos que la acompañan. Esta situación está presente, en su mayoría, en las universidades y en el pensar de las generaciones más jóvenes.
¿A qué fuentes informativas recurren los más jóvenes para obtener un imaginario social de algo en específico?, ¿se atreven ellos a contrastar la información ofrecida por los medios tradicionales, con opinión, análisis y testimonios de personas expertas o participantes reales de los hechos? Yo creo que la respuesta a la última pregunta, en su más amplia pluralidad, es afirmativa.
Los jóvenes están adoptando nuevas formas de pensar porque hay nuevas formas de comunicarse, y ellos lo han entendido. Las nuevas tecnologías de la comunicación, por ejemplo, son un vínculo inigualable entre el humano y la representación de su propia libertad.
El autor Umberto Eco era un gran crítico de las nuevas tecnologías, él mismo afirmaba que las redes sociales habían degradado de cierta forma la humanidad porque ahora la opinión de cualquier imbécil podía cobrar importancia.
No obstante, se trae a colación esta apreciación precisamente con el fin de resignificar las redes sociales, no como algo negativo, sino como un lugar en donde, en solo cuestión de minutos, la opinión de cualquiera puede influir en miles de personas. Asimismo, un medio alternativo puede generar cambios en el pensamiento común, un ciudadano puede denunciar hechos en video y fotografía, y la expresión individual puede ser verdaderamente trascendental para la historia de la humanidad misma.
Es por esta razón que los jóvenes han aprendido a ser conscientes, han encontrado en la información un análisis diferente que no sólo implica la fuerza ideológica tradicional como principal influyente de la opinión pública, sino que nacen varias formas de contrastar y debatir el mundo que nos rodea, y esto, consecuentemente, nutre los discursos, las cosmovisiones y los encuentros políticos de los ciudadanos.
2. Muchos padres han permitido que los jóvenes sean libres
En las marchas uribistas sucede algo contrario a las marchas ancladas al paro nacional: los ancianos ostentan el porcentaje más alto de población. El denominador común en la protesta en contra de Duque, en cambio y como se ha venido mencionando, lo tienen los jóvenes; pero lo que sucede con ellos no solamente implica su ser individual.
A pesar de que quizás muchos de sus padres son uribistas, las estructuras mentales que sobre ellos se cimientan están estrechamente relacionadas con el contexto donde crecieron, las conversaciones que tuvieron, cada una de los temas frecuentes que escucharon, y, por obvias razones, lo que sus padres les dicen u ordenan directamente.
Que los jóvenes puedan encontrar en la comunicación alternativa un recurso de información importante, exhibe nuevos horizontes políticos esperanzadores, en la medida en que ellos entiendan las razones por las que Colombia atraviesa crisis y álgidos debates políticos, y generen oposición ante millones de personas que, siendo mayores de edad e incluso ancianos, apoyan obcecadamente a Uribe e Iván Duque,
Algunos casos vergonzantes se han viralizado: una madre fue por su hijo a la manifestación y lo sacó de ella agarrándolo de la camiseta; otra envió una nota de voz amenazante donde le ordenaba a su hijo que no fuera a la marcha.
De todas formas, ha sido mayoritario el apoyo que los padres han encauzado sobre sus hijos en esta época de constante disputa política.
3. El panorama electoral de los próximos años se transformará por completo
Muchos de los manifestantes de hoy no pudieron votar el presente año, tampoco en las presidenciales del 2018. En las próximas elecciones, sin duda, su opinión contestataria, insatisfecha y emancipada volcará los resultados: más movimientos alternativos ganarán fuerza en la representación pública.
Las elecciones regionales demostraron que hay una nueva tendencia de pensamiento político, que las personas decidieron revelarse ante los partidos ambiguos y desmadejados que han gobernado el país desde que nacieron.
Pero, ¿puede dimensionar el cambio de los resultados en los comicios si tantos marchantes de hoy, que son menores de edad, hubieran tenido la oportunidad de votar?
El panorama político de Colombia, a pesar de ser caótico en los territorios, con muchos altercados y ambientes de tensión, en parte, a causa de la reacción de la Fuerza Pública frente a las manifestaciones; deja en evidencia un futuro promisorio a mediano plazo.
Si los jóvenes asumimos el liderazgo del país y participamos activamente en la política, la educación, la comunicación y la sociedad, generaremos el cambio que imploran esas tierras, y se dará fin al ambiente oligárquico que impera sobre los gobiernos.
Foto cortesía de: El Espectador
