Una crisis silenciosa: Violencia contra los Maestros

Opina - Educación

2017-05-16

Una crisis silenciosa: Violencia contra los Maestros

Los profesores de hoy se enfrentan a una serie de desafíos. Por ejemplo, se espera que enseñen a una población cada vez más diversa no sólo en términos de antecedentes culturales únicos, sino también en términos de habilidades académicas, conductuales y sociales. Y en muchas comunidades, los maestros están tratando de alcanzar estos objetivos dentro de las comunidades con tasas crecientes de pobreza, falta de vivienda, desempleo y reducción de presupuestos para la educación pública. Y como si fuera poco el 15 de Mayo, su día lo reciben en medio de paro nacional.

En las escuelas, la violencia se dirige no sólo de estudiante a estudiante, sino también de estudiante a profesor. Esta última dirigida a los maestros ha alcanzado niveles sin precedentes que afectan a las comunidades, escuelas, personal escolar y estudiantes. Los datos muestran que la violencia contra los maestros es un problema diario para los maestros de todo el país.

Incluso con todas las medidas en vigor para tratar de prevenir la violencia en las escuelas y mantener a nuestros niños más seguros, se ha observado que muchos profesores temen por su propia seguridad cuando van a trabajar, sin embargo, muchos no se molestan en reportar amenazas y actos de Violencia contra ellos. Para algunos es una cuestión de creer que pueden controlar la situación ellos mismos y otros mantener la calma por miedo a sus vidas o incluso a sus trabajos, temiendo que parecen de alguna manera incompetentes o incapaces de controlar a sus estudiantes.

Cualquiera que sea el conflicto, un maestro debe actuar como un modelo a seguir, mediador y guía para encontrar una solución. Las habilidades de resolución de conflictos no vienen naturalmente. Son aprendidas, observadas y practicadas. Es entonces como, a pesar de la falta de evidencia empírica que informe variables específicamente asociadas con la violencia dirigida contra los docentes, existe una base de conocimientos sobre cómo podemos prevenir y abordar la violencia escolar en general.

Hay que reconocer que la dirección de la educación pública en Colombia va en dirección opuesta, aumentando el tamaño de las clases y proporcionando cada vez menos apoyo a los nuevos maestros.

Imagen cortesía de: The Independent

Desafortunadamente, habría que cambiar la forma en que se financia la educación pública y cómo se distribuyen los recursos entre las comunidades. Hasta entonces, desde lo local se debe aumentar la conciencia sobre la violencia dirigida a los docentes y promover un compromiso nacional para el estudio de la violencia dirigida a los docentes.

Incluso cuando no existen políticas eficaces en toda la escuela o si las políticas se aplican de manera inconsistente, los maestros pueden establecer políticas y prácticas eficaces para promover conductas positivas y reducir la violencia y la agresión en el aula. Los maestros pueden implementar programas sociales y de comportamiento (por ejemplo, prevención de la violencia, lucha contra la intimidación, resolución de conflictos, programas de manejo de clases) a nivel de salón de clases y quizás trabajar hacia la implementación en toda la escuela para proveer a los estudiantes con claras expectativas y habilidades sociales y conductuales apropiadas Para manejar la ira y resolver conflictos.

Si usted es un maestro que ha sido amenazado o han cometido un crimen contra usted, lo primero que debe hacer es hablar y denunciarlo. Y que no se nos olvide que los maestros, al igual que los padres, tienen un papel muy importante en la formación de nuevas generaciones de las que depende nuestro futuro, por lo que se merecen que trabajemos para llamar la atención sobre este problema y ayudarlo a aliviarlo.

 

Katerina Páez
Politóloga, Soy Caribe, Fotógrafa amateur, amo el arte, los libros, la moda, la política, y quiero a través de las letras servir de inspiración a muchos en Colombia. Twitter: @KatePaez