Una breve mirada a la historia del Nevado del Ruiz y a la pérdida de su masa glaciar

El deshielo del área glaciar del Nevado del Ruíz aumentó en cuatro puntos porcentuales en el 2017, mientras que en el 2019 tuvo un incremento de otros seis puntos.

Opina - Ambiente

2020-01-09

Una breve mirada a la historia del Nevado del Ruiz y a la pérdida de su masa glaciar

Los incendios de los últimos días en Australia, prenden las alarmas sobre cómo está Colombia en cuanto al cambio climático. En específico, el deshielo de los glaciares de los volcanes y sierras nevadas. Entre los volcanes, uno de los que más ha perdido masa glaciar y de los que presenta mayor actividad volcánica es el Nevado del Ruiz, según el Servicio Geológico Colombiano.

Este Nevado, frente a otros, es un punto de referencia, pues tiene 5321 msnm , cuenta con una edad eruptiva de 1.8 millones de años, un volumen de hielo calculado en 1200 a 1500 millones de metros cúbicos y representa en la historia colombiana una de las más grandes tragedias en el mundo, por lo cual, no se puede dejar a un lado la desaparición de un pueblo entero (Ver infográfico), y su simbolismo por la muerte de Omaira Sánchez. Aunque mucho menos, el impacto negativo a causado estos años por la disminución del glaciar del Nevado.

Para controlar los niveles de actividad volcánica, junto a otros, el Nevado del Ruiz, es monitoreado por el Servicio Geológico Colombiano, entidad que emite un boletín semanal de la actividad volcánica de los nevados. Hace menos de 10 días, el 31 de diciembre, se emitió un comunicado con información relevante, que reza así:

El volcán Nevado del Ruiz continúa mostrando un comportamiento inestable. Durante la última semana, algunos de los parámetros monitoreados continuaron presentando cambios, reflejando esta inestabilidad del sistema volcánico. No se descarta que los parámetros monitoreados continúen cambiando, indicando una aceleración del proceso y en consecuencia cambios en el nivel de actividad del volcán.

Así como, por otro lado, se menciona en el mismo comunicado: (…) Si bien, la inestabilidad del volcán se ha prolongado ya por más de nueve años, es de vital importancia no acostumbrarse a su comportamiento y estar atentos (…).

Por tanto, El Nevado del Ruiz no se ha quedado quieto, como muchos pensarían. Y, como la mayoría conoce y ya se mencionó, ha sido causante de la tragedia de Armero ocurrida en 1985 en la que murieron más de 25.000 personas. Caso por el que de igual manera, 34 años después, aún siguen personas desaparecidas. Así también, por este desastre, se generó un marcado desplazamiento denominado, medioambiental y definido como: «aquel ciudadano que ha sido víctima de una catástrofe natural y es reconocida por el Derecho Internacional de conformidad con los tratados ratificados por Colombia al hacer parte de la Organización Internacional para las Migraciones» (García, 2016).

Es por ello por lo que el municipio de Armero fue declarado Camposanto en 1986 por el papa Juan Pablo II. Armero se caracterizaba por tener una población de 50.000 habitantes aprox., no obstante, después de la explosión del volcán, el municipio perdió más de la mitad de esta, representada en el 0.1 % de colombianos del año 1985, que, según el DANE, rondaban los 30.802.221.

 

Motivos de la pérdida de glaciar 

Pero, retornando a lo central, El Nevado del Ruiz es uno de los seis glaciares de Colombia y aunque hace años, eliminó del mapa a una parte de Colombia, convirtiéndose en el peor de los antagonistas, también se ha visto perjudicado por los mismos habitantes, que han influido en la contaminación y, por ende, en la pérdida de su área glaciar.

Por ejemplo, el área glaciar del Nevado, en el 2017 disminuyó en 4 puntos porcentuales y, en el 2019, tuvo una reducción de 6 puntos porcentuales. Es decir, el área del Volcán Nevado del Ruiz se calculó en 2017 en 8.86 Km² y en 2019 en 8.37 Km². El último dato (de 2019) si se compara con el año 1986, es un kilometraje demasiado bajo, pues en aquel año, existían 17 kilómetros cuadrados de área glaciar.O sea, más del 50 % de glaciar perdido en el transcurso de 33 años (Ver infográfico).

A nivel general,  desde 2010 y hasta mediados de 2017, aproximadamente, se redujo el área nacional de glaciares en el 18 % (8,4 Km²).

Sin embargo, una cosa son los datos y otra, es el hecho de que ya no le prometan ver nieve a los turistas al visitar el Nevado del Ruiz y de que, por la carretera hacia Murillo (a dos horas y media aproximadas) se observen paisajes desolados y algo escabrosos, por los cambios que se han generado a través del tiempo, aunque todavía se pueden captar imágenes que de seguro en unos diez años no existirán.

Por otro lado, de acuerdo con el Fondo Mundial para la Naturaleza, 2019, lo que ocurre con la pérdida de área glacial es que se ocasionan unos efectos muy negativos, traducidos en los siguientes:

(…) provoca el aumento del nivel del mar, lo que a su vez incrementa la erosión costera y eleva las marejadas a medida que el calentamiento del aire y del mar ocasionan tormentas costeras más frecuentes e intensas, como huracanes y tifones (WWF, 2019).

Los anteriores efectos, dan cuenta de la importancia del deshielo de área glaciar del Nevado del Ruiz y que afecta a cada uno de los habitantes en Colombia y en efecto, se suma a la pérdida de los glaciares a nivel mundial que está estimada en alrededor de 9.6 billones de toneladas en menos de 50 años y que además, ha provocado un aumento en el nivel del mar en 27 milímetros. Lo cual, en definitiva ha provocado un desastre medioambiental mundial.

Si bien la preocupación por Australia debe ser general, en Colombia hay un sin número de razones ambientales a las que, ponerles mucho cuidado y de las que algunos se hacen los de la vista gorda, pues cuando se trata de proteger los propios recursos naturales y el medio ambiente, salen a flote otras prioridades. Sobre todo, cuando los poderes económicos están detrás y predominan por encima de la protección de los intereses sociales.

El cambio climático en Colombia es una realidad y el propio IDEAM lo demuestra por medio de sus informes, los cuales, deberían generar más preocupación en los colombianos que por lo que está sucediendo en el continente Oceánico. Claro está que, la preocupación debe ser mundial, pues cada desastre natural influye en todo el mundo, y como nos hemos podido dar cuenta, el humo de los incendios en Australia ha llegado hasta Chile y Argentina.

Es por ese trágico hecho y por otros, que se han muerto y extinguido varias especies, por lo tanto, antes de enfrentar un cambio climático, debe haber un cambio personal que se sume a los esfuerzos que hace un importante número de ambientalistas, arriesgando incluso su vida para proteger el ecosistema del mundo.

En ese sentido, se debe, al menos ayudar (en el poco tiempo que queda) a resguardar, disminuir o frenar, un tanto, la contaminación y así estirar un poco más los años que le quedan a nuestro planeta y a nosotros. Pero empecemos por Colombia, porque mientras Australia se está incendiando, nuestro país, se está derritiendo.

 

Fotografía cortesía de El Tiempo.

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Diana Abril
Exbecaria de la Organización de los Estados Americanos (OEA). Magíster en Tecnologías Digitales Aplicadas a la Educación. Administradora pública. Integrante de la Asociación Colombiana de Correctores de Estilo, y de su junta directiva, miembro de la Red de Investigadores Latinoamericanos, editora junior de la revista Justicia y Derecho de la Universidad del Cauca, asesora y consultora académica, investigadora (nivel II), de la Escuela Superior de Administración Pública (ESAP) y par evaluador ocasional de la revista Nova et Vetera (ESAP).