Los humanos son el virus más letal que jamás haya existido en la historia de la humanidad, no es comparable ni con la gripe, la viruela o con el sida, grandes patógenos que han afectado a millones de vidas humanas, generando crisis sociales en cientos de países.
Son un virus que no tiene pudor de su huésped, entrando sin previo aviso, se instala y sin piedad alguna en lugar donde se aloja va destruyendo todo su entorno al pasar del tiempo, ya sea en largos o cortos lapsos, lo importante es propagar el agente infeccioso por toda la zona hasta tener un dominio del territorio, lo cual muestra su banal “poderío”.
Como buen virus, los humanos generan réplicas de sí mismos en grandes cantidades, llenando zonas que son impensadas y sobrepasan límites en su procreación, atestando de personas el planeta hasta no más poder.
Un virus tan letal que no se ha encontrado solución para lograr menguar su esparcimiento, ni con métodos como los anticonceptivos, la planificación familiar o con la educación sexual, es decir, es un virus que no ha podido ser controlado, ni siquiera mermado un poco, con la excepción de la peste bubónica, que en su momento se pensó que podría acabar con la humanidad entera, pero como es lógico, no logró su cometido.
Los humanos infectan todo lo que haya a su paso, animales, plantas y hasta otros humanos, lo que nos convierte en virófagos, renunciando a la teoría que son mamíferos, atacándose entre su propia especia como ha pasado en el conflicto armado colombiano, las dos guerras mundiales, la invasión estadounidense en Irak o Afganistán, la cruel y censurable guerra en Siria y Yemen o las violaciones sexuales contra los niños.
Atacan animales hasta acabar con ellos, como el toreo o la caza de elefantes y leones en el África, los mataderos de cerdos y vacas, también acaban especies como el Rinoceronte Negro de África Occidental, el cual ha desaparecido de la faz terrestre porque su cuerno era comercializado entre mercaderes de animales.
Extintos Rinocerontes Negros de África. Foto: Huffington Post
Uno de los síntomas que ha generado este virus se llama Calentamiento Global, un aumento desproporcionado de la temperatura en varios lugares del mundo, lo que ha creado alarmas de lo que podría pasar si el planeta sube en unos cuantos grados su temperatura media global, ejemplos de lo que acontece en La Tierra se dio en Sídney, ciudad australiana, lugar que en enero de 2018 registró 47 (°C) algo inusual y perjudicial para los humanos, que de prolongarse este calor, sería mortal para ancianos, bebes y mujeres gestantes, quienes se verían directamente perjudicados por tan altos grados.
El planeta está enfermo, como virus los humanos se han esparcido en todo sus órganos como plantas, animales, océanos y su aire, dejando su huella indeleble como la tala de millones de árboles en los bosques del Amazonas de Colombia y Brasil, o los derrames de petróleo en los océanos y mares como ocurrió en el Golfo de México en 2010 el mismo día en el que se celebraba en el mundo entero el Día de la Tierra (vaya regalo al Planeta en su día) vertiendo una cantidad de petróleo que llegaría a las 340.000 litros de crudo, creando una mancha de 60 kilómetros y generando enormes daños al ecosistema marino.
La efusión de petróleo fue causado por Shell, compañía que fue multada 18.700 millones de dólares por los daños realizados. Foto: Telegraph
No se equivocaba el agente Smith en la película Matrix, cuando le dijo a Morfeo que los humanos se mudan de un área a otra y se multiplican hasta acabar con los recursos naturales de ese territorio y el único recurso que queda es trasladarse a otro lugar.
Una evidencia de la afirmación del agente Smith son los planes científicos que se gestan en las grandes universidades del mundo sobre abordar la posibilidad de emigrar a otro planeta, porque en La Tierra no habrá esperanza de vida en algunos siglos, como lo ha expresado el astrofísico más famoso del mundo, Stephen Hawking, manifestando que por las atroces acciones de los humanos, el planeta no podrá aguantar más daños y se volverá un territorio hostil para las personas, por ende se deberá partir a otro lugar, por ejemplo Marte, lugar para el que ya se preparan viajes espaciales para estudiar su terreno y poder llegar habitarlo de una manera adecuada.
Si el virus llegará a Marte, es posible que pase lo mismo con ese planeta que con la Tierra, que sea infectado y maltratado, Marte corre con el riesgo se ser saqueado, ultrajado y manoseado hasta ser desecharlo por otro Planeta, la incógnita recae si la especie humana logrará sobrevivir para poblar otro cuerpo celeste.
Los seres humanos, como especie son un virus cruel, que no tiene pudor de su huésped, un patógeno asesino que alardea la muerte de su víctima y la hace agonizar hasta tal punto que no existen medicamentos para mermar el dolor, ni un brebaje que contrarreste los efectos adversos de las acciones del agente infeccioso que dice tener uso de la “razón” para justificar sus acciones.
A veces me pregunto si en verdad somos hijos de esta tierra, porque lo único que sembramos es destrucción.
una conclucion ??