Hace días vi un video donde el presidente Iván Duque, estando en plena campaña presidencial, le mostraba un truco de magia a uno de sus simpatizantes, el cual quedó atónito, al ver dicho acto y la multitud lo aplaudió por su “encantadora destreza”.
Mi pregunta es: ¿Eso fue, lo que le vendieron al país? Un acto barato de magia, donde a muchos colombianos le metieron los dedos a la boca y con algunas palabras bonitas, maquillando lo que se venía, haciéndonos creer que Iván era el salvador de Colombia y el niño más pilo de su clase, con esos y otros burdos argumentos, engañaron a más de un colombiano, ese mismo colombiano que creyó una vez más, que el salario iba a aumentar significativamente o en esos discursos en los debates donde nuestro actual presidente decía que un IVA del 19% le parecía algo absurdo.
Creo que muchos compatriotas hoy están arrepentidos de haber elegido esta función. Son 4 años donde no sabemos qué esperar, como en los grandes actos de magia, basados en seres imaginables, donde la ilusión y la destreza del mago juega un papel muy importante.
Pero con tan solo 3 meses, se ve venir un acto paupérrimo, donde el mago con declaraciones y decisiones no muy acorde a como lo vendieron, está dando mucho de qué hablar. No le deseo mal a este nuevo presidente, ya que si le va mal a él, nos va mal a nosotros, cosas que no deberían tener explicación, pero así es este juego.
Ojalá, Colombia deje de seguir creyendo en estos actos baratos y, me refiero a ello de esta manera, porque en menos de 8 meses se elegirán 1.101 alcaldes y 35 gobernadores en todo el país, donde la habladuría con el propósito de sorprender al público, estará a la orden del día y más de un incauto volverá a caer en esos actos baratos. Empezó el 2019, un año electoral, solo resta por decir: “Que se abra la nueva función”.
