Dice Evgeny Morozov que la revolución no será tuiteada. Pero un ejército de bots y trolls goebbelianos, por ejemplo, ha desempeñado un papel protagónico en la difusión de fake news (falsas noticias) para enlodar la honra y el buen nombre de determinadas personas y movimientos políticos. Ése es el modus operandi trazado para imponer gobiernos neofascistas y/o para imposibilitar la implementación de programas políticos progresistas.
Para allanarle el camino a Jair Bolsonaro, se recurrió a un ejército de bots y trolls agresivos y mentirosos. Así fue como actuaron para que Bolsonaro arribara a la Presidencia de Brasil. No es una profecía, pero cabe pensar que se continuará exportando la estrategia a otros países latinoamericanos; ha funcionado en el gigante sudamericano.
Es menester mantenerse alerta y tomar medidas al respecto; el libreto también se intentará aplicar, pongamos por caso, contra el gobierno de Andrés Manuel López Obrador en México. Hemos visto el polvorín que se levantó en México por la invitación que le hizo Andrés Manuel López Obrador a Nicolás Maduro para que asista a su posesión.
Contra el excandidato presidencial Gustavo Petro se empleó la más sucia campaña de la historia electoral del país. Se orquestó una operación electrónica de desprestigio contra el candidato del movimiento político Colombia Humana; desde las redes sociales se difundieron copiosas mentiras, sobre todo desde Twitter y Facebook.
Las redes sociales consienten una forma de comunicación instantánea, que es aprovechada por el ejército de bots y trolls para tener éxito en su operación de descrédito contra un movimiento político o persona específica.
El ejército de los bots y los trolls sabe que una de las maneras de que las fake news se viralicen es incitando a la gente a que publiquen comentarios de cualquier índole.
La actitud de los usuarios de tratar de desmentir la información falsa que circula en las redes sociales termina siendo contraproducente, por cuanto que en la medida que la publicación con contenido falso y provocador es comentada, ésta se va haciendo visible cada vez más para mucha gente, entre la cual habrá cierta cantidad que creerá que la mentira es verdad; como consecuencia, las noticias consiguen posicionarse en las redes sociales y en Internet para causar daño.
Así es, pues, como se logra uno de los objetivos fundamentales de las campañas de propagación de fake news. Frente a esta realidad, nos formulamos una pregunta: ¿qué hacer? Lo primero que nos corresponde hacer es escudriñar la verdad, verificar la veracidad de las noticias con los medios serios, de prestigio y los no mercantiles; nos toca ser informadores cívicos; crear blogs y fundar portales informativos. Además, nos atañe ser rigurosos a la hora de retuitear y de dar like a las publicaciones en las redes sociales, y no ser cajas de resonancia de las fake news.
Foto cortesía de: Cocacola México