Columnista:
Ían Schnaida
Yo no recuerdo conocer una persona más desafortunada que Alvarito, a quien los delincuentes lo nombran en llamadas solo por enlodar su imagen.
¿Pues qué va a tener que ver Alvarito con ‘Ñeñe Hernández’? ¿Que trinó lamentando su asesinato en Brasil? Sí. ¿Que se tomó fotos con él como con cualquier otro traidor que resulta siendo delincuente? Sí. ¿Que hay medios alternativos —por no decir neomamertos— que los tumban misteriosamente? Pues sí, se lo merecen por no dejarle el periodismo a los profesionales que llevan toda una vida dedicada a la patria, no a exponer lo negativo.
Es una canallada creer que al buen comensal de Iván Duque le compraron la presidencia y, menos por orden de Alvarito, esos tales formularios E-14 con enmendaduras a favor del presidente, no existieron. Como tampoco existieron esos votos comprados por ‘Ñeñe’, por los Char o por los Gerlein. ¿O acaso alguien tiene dudas sobre la palabra del prócer salgareño de carriel?
El pobre expresidente ya no tiene paz, cuando no están desenterrando huesos y diciendo que esos son malos muertos, están comprando militares traidores para que declaren en contra de su política de seguridad, que no dio sino glorias a este país. ¿Cómo no pedir que se elimine la JEP si ahí no hacen sino hablar mal del presi eterno?
Los mamertos, que claramente son los verdaderos millonarios de este país, compran periodistas por doquier, secuestran consejos de redacción y desestabilizan incluso el continente pagando saboteadores del orden público a 6 millones el día.
Imagínense, y luego critican que un humilde servidor público tenga miles de hectáreas improductivas. Normal que cuando haya sido presidente se haya autodado un subsidio no reembolsable con ayuda del exministro Arias. A quien menos mal que lo tienen viviendo como un rey.
Pobre Alvarito, que lo escuchan esos hijueputas cuando intervienen el celular de delincuentes. Viendo que a él todos lo han traicionado. Qué alivio que cuenta con buenos amigos abogados que lo cuidan, tienen el estómago sensible a la diarrea si los requiere la ley, pero son buenos muchachos. Como todos los que han caído presos injustamente, a la merced de una justicia enmermelada que no entiende que hay delitos que se cometen por amor a la patria, por un bien mayor.
¿O es que acaso tener 10 000 muertos de hambre menos no es una dicha? Es claro que no vamos a permitir que nuestros grandes líderes pierdan un solo baldado de tierra únicamente para que los cuchambrosos siembren, cultiven, generen empleo y después se crean iguales a los demás.
Eso sí, llegará el día en que todos los que lo han cuestionado tendrán que pagar, tal y como están pagando en los territorios los lenguisueltos que no hacen sino enlodar su imagen y la del recuerdo de su mandato que, de lejos, ha sido el más feliz que hemos tenido en Colombia. Podíamos viajar a la finca, así no tuviéramos. Podíamos morir tranquilos, sin ser noticia ni que hubiera tanta chilladera, como bien dijo la ministra Arango. Qué mujer tan grande, qué buenos servidores tenemos y qué tan desagradecidos que somos. Normal que suba el desempleo, para trabajar se necesita es gente obediente y con la cabeza gacha, como el presidente Duque.