Muy ufanos se encuentran algunos congresistas, particularmente los que tienen más grande el rabo de paja (ellos, sus amigos, compinches o cómplices) porque la Corte Constitucional en una decisión asaz discutible “dejó por fuera” a los terceros.
¿Quiénes son los terceros?
Los terceros, son los primeros. La teoría de la relatividad nos enseña que el orden depende del punto de vista desde el que se enfoque la cuestión.
Los terceros en la violencia sempiterna que nos ha caído en suerte a los colombianos, durante la mayor parte de la vida republicana son todas aquellas personas que conforman las eufemísticamente denominadas “fuerzas oscuras”. Oscuras porque siempre han operado desde la tiniebla de la impunidad.
Son “terceros” todos esos ciudadanos llenos de intereses económicos, comerciales, financieros, industriales, agropecuarios, quienes, no obstante el país haber vivido más de sesenta años en guerra, no solo no se han arruinado, sino que han visto cómo sus obesas utilidades seguían engordando, año tras año; y que para conservar el estatus quo, no tuvieron empacho en crear, financiar, apoyar, auxiliar, diseñar y, desde la penumbra oscura, dirigir grupos armados ilegales dedicados a practicar homicidios colectivos, desplazamientos masivos, torturas, mutilaciones, entre muchas otras conductas execrables que nos avergüenzan a los colombianos ante el concierto internacional.
Esos terceros, en realidad deben ser los primeros en responder por sus comportamientos que constituyen a no dudarlo una gama de infracciones previstas y sancionadas por el derecho internacional de la guerra: genocidios, crímenes de lesa humanidad, crímenes de guerra.
Porque sin su acción deletérea el conflicto colombiano no hubiera escalado a los niveles de sevicia y barbarie que hemos presenciado.
Sin embargo, ahora que se ha adelantan los pasos para aprobar los mecanismos de justicia alternativa que tomarán cuerpo en la institución denominada Justicia Especial para la Paz – JEP- nos encontramos con el cuadro vergonzoso de unos personajes de la política y el poder, algunos de ellos magistrados o legisladores, entregados a la torpe empresa de obstaculizar su aprobación, instalación y funcionamiento: Un Fiscal, militante General de Cambio Radical, estrujándose las mangas para sacar cual mago, cartas y cartas inesperadas con sesenta mil objeciones infundadas, creadas exclusivamente para confundir a la opinión pública en relación con el especial Tribunal.
De otro lado, el vociferante Rabo de Paja Mayor, que ocupó por ocho años de manera indigna la Presidencia de la República, coreado por la vocinglería de los zombis que le acompañan doquiera vaya, reclamando contra la impunidad creada por el acuerdo de paz y por la JEP, pero pasando de agache cuando sus amigos militares se ven en trance de beneficio por la cuestionada corte.
Por eso ahora, como decía, se encuentran muy ufanos, al ver que esta Corte Constitucional, la peorcita que hemos tenido en 36 años de vigencia de la Carta Política, entró a saco en los acuerdos de paz y salió con el adefesio de que los terceros no tienen por qué responder ante el país por sus acciones.
Lo que en realidad se pretende con todo esta serie de maniobras ignominiosas es evitar que empresarios, industriales, banqueros, hacendados, todos gente “muy bien”, se vean en la necesidad de contar la verdad de lo sucedido. De relatar las innumerables conexiones que los criminales armados al margen de la ley tuvieron con ellos y con el establecimiento político, militar, social y hasta eclesiástico, de este país; lo cual desembocó en un derramamiento de sangre descomunal, sumado al despojo de la tierra, de la esperanza y de la vida misma del pueblo colombiano.
Sin embargo, me temo que el tiro les va a salir culata arriba.
En efecto. Hay un código que se llama Estatuto de Roma, del cual el Estado Colombiano es signatario. Ese estatuto establece en los artículos 5 a 21 de la Parte II, la competencia de la Corte Penal Internacional.
Allí se definen claramente las conductas que constituyen los delitos de genocidio, crímenes de lesa humanidad, crímenes de guerra, crímenes de agresión.
Y se precisa también que la Corte Penal Internacional tendrá conocimiento de las investigaciones y juzgamiento de estas conductas cuando el Estado que tenga jurisdicción sobre ellas no esté dispuesto a incoar (emprender) la acción penal contra la persona de que se trate, o a llevar a cabo la investigación o el enjuiciamiento o no pueda realmente hacerlo.
Es decir, que si el Estado colombiano no está dispuesto a llevar a la JEP las investigaciones o enjuiciamiento de aquellos crímenes mencionados, la Corte Penal Internacional podrá entrar a conocer de ellos.
Y el propio Estatuto de Roma en su numeral 2, del artículo 17 advierte que tiene mecanismos para determinar cuándo un Estado está evadiendo su obligación de investigar y sancionar los crímenes previstos en el artículo 5º. Dice el Estatuto:
“2. A fin de determinar si hay o no disposición a actuar en un asunto determinado, la Corte examinará, teniendo en cuenta los principios de un proceso con las debidas garantías reconocidos por el derecho internacional, si se da una o varias de las siguientes circunstancias, según el caso:
- a) Que el juicio ya haya estado o esté en marcha o que la decisión nacional haya sido adoptada con el propósito de sustraer a la persona de que se trate, de su responsabilidad penal por crímenes de la competencia de la Corte, según lo dispuesto en el artículo 5;
- b) Que haya habido una demora injustificada en el juicio que, dadas las circunstancias, sea incompatible con la intención de hacer comparecer a la persona de que se trate ante la justicia;
- c) Que el proceso no haya sido, o no esté siendo sustanciado de manera independiente o imparcial, y haya sido o esté siendo sustanciado de forma en que, dadas las circunstancias, sea incompatible con la intención de hacer comparecer a la persona de que se trate ante la justicia.”
De modo que en este caso de los terceros, que en realidad son los primeros, el afán de los legisladores y los magistrados de la Corte Constitucional, la peorcita que hemos tenido en 36 años de vigencia de la Carta Política, por favorecer a sus amigos, compinches o cómplices, puede resultar contraproducente.
Y de la evasión de una justicia alternativa, resulten de la noche a la mañana avocados a enfrentar juicios de inesperada rigurosidad ante una entidad de la talla de La Corte Penal Internacional
Muy buen artículo, me gustó el texto y tengo una sugerencia, acerca de la vigencia de la constitución, es 26 años, lo resalto con cariño y respeto por el autor, que se ha redactadado un análisis jurídico demasiado interesante.
Es denigrante la forma como actúa la Corte Constitucional, en complicidad con los famosos congresistas que van hacer trisas el proceso de paz que todos los Colombianos estamos esperando.
Excelente articulo, la verdad de la realidad colombiana, a uno le da hasta miedo darle compartir, porque existe mucha intolerancia en medi de este pueblo.
Los felicito y ojala no se demore la CPI en entrar a Colombia.
Eso es jurídicamente cierto. En el conflicto armado con las FARC, hubo tres actores principales: las FARC, las durezas del Estado y los «terceros» (terratenientes, capitalistas, políticos, mafiosos) que al crear y financiar grupos de limpieza y paramilitares, constituyen, quizá, a quienes debe caerles con mayor rigurosidad el peso de la ley. Por eso, deben llevarlos a la Corte Penal Internal, como a los integrantes de la C. Constitucional a rendir cuentas.
definitivamente colombia es el pais del nino jesus , como reza el adagio popular , y nuestro congreso es una verdadera verguenza. se dedicaron a legislar para ellos mismos , para sus amigos , y pretenden hacerle creer al pais que el problema son santos y la guerrilla , cuando diariamente le muestran a los colombianos que el verdadero problema son ellos mismos por su cobardia de no legislar de cara al pueblo.alvaro uribe y su corte nos creen estupidos a todso , y no falata quien aun se rasgue las vestiduras por el , pero no somos todos no todos somos ciegos , ni todos somos estupidos como ellos creen. el tiempo es el mejor aliado y el , nos dara la razon . pero de verdad da lastima y verguenza nuestro senado , aunque en el fondo la culpa es nuestra cuando seguimos votando por esa manada de estupidos incapaces y corruptos , es hora del cambio, colombia no aguanta mas esta desgastada y corrupta clase dirigente politica de toda la vida , es hora de caras nuevas con ideas frescas y lejanas a esa clase politica desvergonzada que nos ha gobernado hasta hoy.
Lo que más duele en todo este exabrupto es que en la cacareada propaganda de la sentencia, hayan dicho una cosa y la realidad de sentencia otra. Esta mentira de la Corte constitucional ese la peor actuación que tribunal alguno haya hecho en Colombia. La CPI lo ha advertido muchas veces y la derecha lo atribuía a que era advertencia a la guerrilla, hoy sabemos que lo decían por los enemigos del acuerdo a quienes había detectado la trampa.
Me duele con pena ajena que el presidente de la Corte sea un pastuso reaccionario, cuando mis paisanos han avanzado tanto en cultura política
Dios quiera y que esto se vea muy pronto hecho una realidad, para que en verdad se haga justicia y se castigue a estas mafias asesinas que han gobernado este pais y hacen lo que se les da la gana con la vida, los sueños, los deseos y los planes de la gente, burlasndose de las leyes, acomodandola de tal forma que pueda ser burlada por ellos mismos, cuando asi ellos lo requieran, y solo con el unico fin, de ver satisfechos sus deseos mezquinos de poder y de dinero.
Que bien!!! Si ellos son los primeros, los paracos son sus
» peones » y los notarios corruptos que nombro el paraco mayor, para legalizar sus fechorías que?
Pero cuando y quien denuncia esta interferencia de los magistrados de Colombia a la Corte Penal Internacional?
Cuando será esto? que abogados hagan conocer el caso de Colombia y la gran impunidad ante la Cor, Penal Internacional y que los Colombianos veamos la verdadera justicia en Colombia por una vez en la vida?
Las victimas necesitaremos de asesoría para poder impetrar las respectivas demandas a la CPI, porque por lo visto el Estado no ha sido ni será capaz de hacer JUSTICIA.
Me parece acertado y muy responsable su artículo porque, como señala el dicho popular, usted puso el dedo en la llaga. Los verdaderos promotores del conflicto y la violencia en Colombia han sido una porción minoritaria pero poderosa del sector privado nacional y extranjero y el Estado que representa sus intereses y que tendrán que responer por sus delitos.
Todos queremos la verdad aunque duela. Quienes están comprometidos que paguen y limpien su conciencia. No les queda otra.
La corte penal internacional tiene todos los argumentos legales para intervenir en todos los casos de impunidad,0or lo menos el 90 ,por ciento de aparato estatadebe ser juzgado por ella.l
QUE BUENO EXELENTE QUE HAYA SALIDO A LA DEFENSA DE LOS COLOMBIANOS ALGUIEN DE COJONES BIEN PUESTOS Y QUE MEDIANTE ASIGNACIONES INTERNACIONALES MOBILICE TODA INVESTIGACION O EN SU EFECTO POMGA A LA LUZ PUBLICA Y JUDICIAL MANERAS DE HACER JUSTICIA EN PRO DE LA PAZ Y EN PRO DE LOS COLOMBIANOS . GRACIAS A DIOS Y QUE DIOS LO ILUMINE …POR LA PAZ DE COLOMBIA SIEMPRE A D E L A N T E .
Excelente definivion el punto es q debemos actuar ya ante la Corte penal internacional y no esperar otros 60 años ya que los q venimos de la epoca de la violencia quetemos morir en paz y ver que se haga justici de una vez x todas para el beneficio de los q vienen atras de nosotros
Que bueno esa función de la corte Penal Internacional, tarde o temprano se ejercerá la justicia aunque ciertos personajes oscuros quieran seguir ocultando lo que han hecho en este país donde la violencia se ha dado década tras década…
Excelente ojalá tenga la suficiente vida para ver una mano de asesinos como por ej el innombrable pudriendose en una cárcel y poder elevar una plegaria al cielo diciéndole a un gran amigo que fue vilmente asesinado hermano al fin se hizo justicia y podrás descansar en paz
Me parece que si los terceros no reciben beneficios de la JEP recibiran las merecidas condenas de la ordinaria…