Columnista:
Johana Orozco Ortiz
Parecemos en una competencia de las acciones más absurdas, pero no tenemos competidores que nos lleguen—ni quieran hacerlo— a los talones.
Colombia ha estado tan centrado en ser el hijo pródigo de Estados Unidos, que prácticamente, se ha olvidado de que existen otros países en el mundo. Un ejemplo claro fue lo ocurrido con el ministro de Defensa:
«Aquí tenemos un enemigo común (Colombia e Israel) y es el caso de Irán y Hezbolá que ópera en contra de Israel, pero también apoya el régimen de Venezuela y por lo tanto [sic] es un esfuerzo importante intercambio de información e inteligencia el que desarrollamos con las fuerzas militares y el Ministerio de Defensa en Israel», declaró Molano.
Señor ministro, si usted no lo sabía, Colombia sostiene, desde 1975, una relación diplomática con el país que usted declaró como enemigo en un evento seguido paso a paso por millones de personas. Una vez más, sus palabras nos dejan en un absurdo mundial. No sé qué más le podemos pedir a alguien que sugirió un protestódromo o que no le importan los desaparecidos que dejó el paro nocional. Es cierto, no esperamos nada, solo que se guarde sus palabras, porque, a decir verdad, traen más vergüenza que las de Duque, que ya es mucho decir.
Pero tranquilo, ministro usted no es el único que nos deja mal parados a nivel internacional.
La Policía Nacional nos hizo el gran favor —a un gran costo— de recordarnos por qué la cátedra de historia nunca debe ser eliminada de los colegios. No dar esta materia causa un daño tan grande como creer que se puede celebrar la Semana de la Internacionalización haciendo un evento conmemorativo de los Nazis.
Señores de la Policía, hacer este tipo de actos nada más deja ver el gran desconocimiento que tienen acerca de todo lo vivido durante una época que únicamente dejó dolor y familias agobiadas.
«En el marco de este evento lamentable en Tuluá, las embajadas de Israel y de Alemania en Colombia hacen un llamado a la pedagogía en las instituciones oficiales y el sistema educativo sobre el Holocausto. En ese contexto hacen el llamado de adherirse a la alianza internacional de conmemoración del Holocausto IHRA para educar y evitar este tipo de casos en el futuro», concluye el comunicado.
Colombia dejará de hacer un ridículo tan grande cuando entienda dos cosas, al menos como principales: la educación es la base de todo y la historia no se puede eliminar de ningún grado escolar, por el contrario, se debe pensar en la idea de expandirla hasta las instituciones nacionales. Lo otro, no menos importante, es entender que Estados Unidos no es el único país con el que tenemos relaciones diplomáticas.
Sin embargo, nosotros, como ciudadanos, también debemos entender muchas otras cosas. Pero, la principal, es dejar de votar por gente tan inepta que sigue nombrando personas como un ministro de Defensa que no tiene ni idea de lo que dice y que va por la vida lanzando acusaciones que pueden traer rupturas de relaciones que se han construido a lo largo de los años.
Debemos votar por personas que se arriesguen a hacer una reforma policial, que entiendan que sus integrantes necesitan ser educados y no ser borregos de quien lleva la batuta; menos en una sociedad tan fragmentada y desconfiada de sus Fuerzas Armadas. Necesitamos alguien que no solo esté ahí por el poder, sino que conozca de historia, de geografía, de diplomacia y entienda el panorama nacional e internacional. No necesitamos a alguien que de órdenes porque sí o porque no, sino que tenga los fundamentos para hacerlo. Por ahora, tenemos un hombre con delirios de poder que se hace llamar presidente nombrando a otros que llegaron a su cargo con el único mérito de ser los elegidos por el dueño del Ubérrimo.