En las últimas semanas pensaba en lo falaz que ha sido el mandato de este Señor Nicolás Maduro y en el circo con payasos en el que se convirtió su presidencia. Además, aún me causa cierta gracia la extraña característica o condición psicológica que tienen él y sus caudillos al pensar que todos y todas están en su contra. Algo así como el síndrome Colombiano de siempre decir “Hasta ahora me entero” ó “Yo no sabía nada, pregúntele a él”.
Quizás muchos al igual que yo, nos hemos angustiado e indignado por la situación casi dantesca que vive el país venezolano a razón de esta dictadura. En días pasados, los opositores al gobierno venezolano, salieron a las calles para rechazar la dictadura a la que se ha visto sometido el pueblo. Cientos de venezolanos se aliaron para reclamar y rechazar los “golpes de Estado” en contra de la oposición. Piden a gritos que este mandatario socialista se vaya.
Entretanto, mientras usted y yo pensábamos en lo difícil que debe ser estar inmerso en esa situación, en nuestro hermoso retoño de país salían a marchar corruptos en contra de la corrupción. Así que por estos últimos días me sentí mal al recordar que tenía bien “cerquitita” otro gobierno bien paupérrimo.
Antier mientras viajaba en el bus, escuchaba a una pareja decir: “Pero aquí no hay dictadura”, “Acá podemos comprar alimentos con tranquilidad”, “Aquí tenemos salud y medicamentos”. Mastiqué lo que oía y ¡caramba! aquí no solo tenemos el circo con payasos completico o extrañas condiciones psicológicas, también somos una sociedad completamente conformista y turbada.
No tenemos dictadura, pero en pleno siglo XXI vemos como la izquierda y la derecha se pelea por gobernarnos. Y si, compramos libremente nuestros alimentos, solo que tenemos un miserable sueldo mínimo para sobrevivir un mes, quizá nos están entrenando para la guerra o algo parecido, pero bueno dejémoslo en que lo bueno es que podemos comprar “libremente”. ¿Qué sí tenemos salud y medicamentos por doquier? por supuesto, Colombia tiene más de 2.500 EPS de las cuales solo 32 están acreditadas y además “gracias a Dios” nos descuentan de la nómina para acceder a un buen servicio, sin embargo, quiero darle un consejo, trate de no enfermarse mucho -pues digo- para evitarle una que otra preocupación al sistema de salud.
Los colombianos solemos permanecer con esa extraña seguridad de que aquí todo está bien. Nos roban de frente, perdonan bandidos y condenas líderes, sin embargo, todo está bien, porque comparándonos con Venezuela, nosotros quizás estamos en una democracia “mejor”.
Este país necesita gente que marche más en las calles, y se conforme menos desde el asiento de un bus. En Venezuela hay dictadura, en Colombia hay silencio.