Respeto por la chaqueta de cocinero

Es hora de que se pongan serios amigos cocineros y presenten programas revolucionarios para liderar un cambio profundo en la formación de las generaciones en torno a la cocina.

Opina - Cultura

2017-12-08

Respeto por la chaqueta de cocinero

¿Entonces Fogón Colombia pasó de ser la esperada reunión de la humildad y el trabajo mancomunado a una agrupación asistencialista, que regala sancochos y reparte almuerzos? eso no tiene nada de novedoso, muchas personas lo hacen a diario, en silencio, reparten agua de panela a indigentes o mercados a pobres vergonzantes. Por ahí no es señores.

Hace una semana varios cocineros se dieron cita en la Plaza de Bolívar de Bogotá, apoyados por la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca, AUNAP, con el objetivo de promover el consumo de pescado nacional, nada más alejado de la realidad y falso, en nuestra cocina nacional. ¡Se ufanaron de regalar 2000 DOS MIL SANCOCHOS DE PESCADO, se tomaron selfies al lado de las ollas sucias y los platos de poliestireno expandido, conocido como ICOPOR, material contaminante, muchos de los cuales podrían terminar en ríos y mares, ¡hágame el favor!

La idea de Fogón Colombia, la entendí, por su manifiesto, como la reunión de los cocineros colombianos en pro de la exaltación, defensa, promoción, seguridad y soberanía de la cocina colombiana.

Ahora, si lo que quieren es quedar bien con el gobierno de turno, pues se les respeta, más no se comparte, es hora de que se pongan serios amigos cocineros y presenten programas revolucionarios para liderar un cambio profundo en la formación de las generaciones en torno a la cocina, para que los niños entiendan y aprendan de sus regiones, de la biodiversidad, del respeto por la fauna y la flora, exigir a la misma AUNAP, cátedras de cocina, de tradiciones, de patrimonio, a ver si le peleamos a tanta hamburguesa y pizza de moda.

Eso de repartir comida gratis suena muy Robin Hood y romántico, pero si hacen un sancocho de pescado con el objetivo de promover el consumo de especies nacionales, cuando los restaurantes no respetan las vedas de meros, corvinas y crustáceos, cuando importamos miles de toneladas de pescado basa, pangasius, sin una calidad clara, vendido luego por los restaurantes como róbalo, una estafa cotidiana.

Cuando estamos en un país que promueve la minería, venta de páramos, contaminación de quebradas y ríos con metales pesados, venenos como mercurio, con mares llenos de barcos expoliando atún a diestra y siniestra, masacrando delfines, tortugas y especies en peligro de extinción y un gremio de cocineros que no respeta temporadas de apareamiento ni especies en peligro, que sale al supermercado a comprar la papa y la lechuga y patrocinan al intermediario que se enriquece, mientras los campos y campesinos empobrecen, toda está dádiva de platos, no pasa de ser más que una anécdota cínica, en este país del sagrado corazón de Macondo.

Sean serios y dejen de volearle el rabo al mandatario o al amigo que trabaja en el gobierno y les pide el favor de que lo apoyen en una campaña populista a cambio de unas libras de pescado para que ustedes hagan su show y queden bien en redes sociales, eso no debería ser Fogón Colombia, por lo menos, no debería ser el motivo de una reunión de cocineros serios.

En Bogotá no hicieron nada, na-da. Cuando se pongan la chaqueta y los veamos frente a un grupo de niños estudiantes enseñando de pescados, cuántos, cuáles y cuándo comerlos, cuando los veamos acompañando un grupo de jóvenes a un río para hablarles de vedas, cuando los restauradores de Cartagena, Medellín, Cali o Bogotá no vendan meros inmaduros o hembras en celo, chernas bebés, corvinas escasas, salmones de piscicultura intensiva rebosantes de antibióticos, cuando de verdad esa reunión demuestre un serio sentido social, se podrán tomar la foto junto a esas ollas sucias, de lo contrario es solo un amanguale, la fiesta del pipí cogido, más sociedad del espectáculo.

Si les quedó grande el asunto de la asociación, entonces quédense en sus restaurantes, están en todo su derecho de hacer empresa, de lo contrario, ¡respeten la chaqueta, por favor!

 

( 1 ) Comentario

  1. No solo eso cuando será el día que esté gremio, valore al cocinero como profesional y no como un oficio, esta profesión demanda bastante tiempo y dedicación, los restaurantes reciben millones de millones y no pagan lo suficiente o al menos lo justo, van más allá y de la misma propina es que pagan sus nóminas, no más abusos!

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Lorenzo Villegas
Periodista Culinario