René Pérez Joglar es un insaciable por el arte. Un puertorriqueño contestatario en rap acompañado de música «transexual» (la mezcla de más de un género musical) como él mismo lo dice. Con su propuesta llamada Residente, cerrará su gira internacional en Colombia. El artista se presentará el 23 en Bogotá y el 24 de noviembre en Cali; por lo tanto, siendo sus últimos conciertos, afirmó que: «esto se va a joder».
En una anterior columna, mencioné a Residente por uno de sus trabajos más ambiciosos de su carrera: recorrió muchas partes del mundo que están ligadas a su propio ADN para crear música y letras inspiradas de su identidad. Esto es el poder del arte, comunicar quiénes somos, cómo y de dónde venimos.
Residente es un híbrido cultural. Él dice que no es músico, ni canta, que solo rapea, pero su estética está llena de complejidades musicales en donde también narra historias, esto lo hace cronista. Dice sus posturas políticas, hace reclamos sociales como su composición «Latinoamérica» y tiene en cuenta referentes literarios como Eduardo Galeano, un escritor que atrapó a René con su déficit de atención porque escribía desde las indagaciones más profundas de su alma.
Así Residente le ha puesto geografía a su música, con una amalgama de herencias culturales y un sello de identidad de lo que significa su país y continente.
Entonces, Colombia recibirá su descarga artística; una transgresora a lo tradicional y conservador que puede ser este país (políticamente hablando). Residente es un ideólogo que algunos políticos temen, porque sin ser de acá, ha dicho cosas «injuriosas» a cierto senador. Recordemos en el 2009, al exalcalde de Manizales Juan Llanos, quien instó censura y rechazó la visita de Calle 13, porque René usó una camiseta en los Premios MTV que decía: «Uribe – Paramilitar – Bases». Según Llanos, «hacía quedar muy mal a la nación». Como quien dice: «los trapitos sucios se lavan en casa». ¡Qué censura al arte más vil!
Presenciar la genialidad maestra del artista siendo su espectador, es un viaje utópico y distópico a la vez, porque la estética musical de Residente está hecha con honestidad, y connotación de nuestro mundo enrevesado. Él rapea inconformidades, protesta; también construye en su lírica formas bellas de percibir la vida. Este noviembre Bogotá y Cali retumbará de música, rap y arte insaciable.
Foto cortesía de: Publimetro.