Columnista:
Óscar Perdomo Gamboa
Queridos amigos, estamos aquí reunidos para celebrar las exequias de una persona a la que amábamos y que, lamentablemente, ha fallecido tras años de congoja, tras décadas de lucha y derrota, de caer y levantarse, de sufrir y aguantar. Finalmente, nuestra compañera ha perdido la última batalla y ha muerto ante la tristeza y angustia de todos los que la vimos desaparecer lentamente: que en paz descanse la Clase Media Colombiana.
La queríamos mucho, a pesar de que no era muy inteligente, lo que se demostraba cuando en elecciones salía a votar por los corruptos de siempre y se creía el cuento que le iban a expropiar la casa que no tenía o que no iba a poder volver a la finca que tampoco tenía, o cuando votaba en blanco para no polarizar. Pero hay que comprender a nuestra pobre amiga, pues desde siempre le robaron los recursos de su educación y la obligaron a pagar con sangre préstamos del ICETEX. Y justo antes de su fallecimiento, cuando debía ver sus clases en línea, le pusieron IVA al Internet, lo que aceleró su muerte.
Y aun así, trabajaba arduamente, a pesar de que Gaviria, Uribe, Santos y Duque le ponían reforma tras reforma. Cada vez le era más difícil armar su empresita con tanto impuesto. Y cuando por fin lo consiguió, llegó el Covid y la obligó a cerrar su negocio. No recibió nada de los tales dineros que prometió el subpresidente desde la televisora, pero sí vio cómo les daban prebendas a los bancos y hasta le ofrecían millonadas a Avianca. Sufrió mucho nuestra pobre Clase Media, pues vio quebrar las tiendecitas de su barrio, cerradas a la brava, mientras los grandes almacenes aumentaban precios y ganancias. Hasta ‘Narca’ Lucía Ramírez la insultó diciéndole que no fuera atenida.
Durante décadas la vimos perder la salud, sobre todo desde que Uribe se la robó, y aun así, aguantaba con medicinas prepagadas que no le solucionaban nada, a veces ni las tutelas la ayudaban. Luego llegó el coronavirus, al que hubiera podido sobrevivir si Duque hubiese tomado medidas eficientes y traído suficientes vacunas a tiempo; pero nuestra amada Clase Media debió resignarse a ver el programa de televisión del subpresidente anunciando el mejor plan de vacunación del mundo, sin vacunas, claro.
Pero eso no fue lo que mató a nuestra amiga. Realmente, murió de hambre con la reforma tributaria del uribismo que prometió menos impuestos y más salarios, y le dio exactamente lo opuesto. Solo con el IVA de 19 puntos a la gasolina se encarecieron todos los alimentos y la pobre Clase Media, que ya solamente comía dos veces al día, falleció por inanición. Por eso hoy la estamos velando; bueno, y también porque nos toca con velas, ya que Duque les puso IVA a los servicios públicos. Por eso tampoco hemos podido ofrecer ni un vasito con agua del grifo. Al menos no les pusieron impuestos a las gaseosas, así no se empobrece Ardila Lülle.
Igual, aunque hubiera podido alimentarse con dignidad, la habría matado tener que pagar renta, a diferencia de los grandes archimillonarios y latifundistas del Centro Democrático, que pagan cero pesos de impuesto de renta y tienen sus fortunas en paraísos fiscales. Nuestra amiga Clase Media no habría sobrevivido a ese golpe a su bolsillo, así que es mejor que descansase en paz. Hubiéramos preferido verla vivir hasta una edad avanzada, pero quizá habría sufrido más, pues no se podría pensionar. Incluso jubilada, le iban a poner impuestos a su pensión. Su muerte era inevitable. Al menos Uribe no la hizo pasar como guerrillera con las botas al revés.
Lamentamos que nadie del Gobierno haya venido a presentar sus últimos respetos, a lo mejor sintieron algo de vergüenza, pues fueron responsables de su sufrimiento y desaparición. Pero lo más seguro es que no hayan podido asistir por estar comprando aviones de guerra, viajando con amiguitos a Panaca, presentando el magazín televisivo o montando en cuatrimoto en Providencia; todo con nuestros impuestos, claro. Entendemos que haya prioridades y que el fallecimiento de la Clase Media no sea una de ellas; quizá si fuera un bombardeo de niños…
En fin. Despidámonos ya de nuestra sufrida amiga, maltratada por todos los gobiernos desde la fundación de este remedo de país, y finalmente, asesinada por el de Uribe y su títere con los nuevos impuestos. No la llevaremos al cementerio en carro fúnebre, porque no podemos pagar gasolina con IVA de 19 % y menos los peajes urbanos que autorizó la reforma; pero haremos una última petición, una recolecta para pagar el IVA de los servicios funerarios, pues hasta después de muerta quieren sacarle dinero a nuestra sufrida, empobrecida y exterminada Clase Media.