Columnista:
Juan David Arias Henao
¿Por qué sabemos tanto de la reflexión que producen Zizek, Byung-Chul Han, Butler, Chomsky o Harvey acerca de la crisis global, pero estamos poco enterados de lo que han pensado Zibechi, Borón, Galindo, Machado Aráoz, o los Zapatistas? Es cierto que las discusiones de quienes piensan desde Europa y Estados Unidos son muy seductoras y es necesario estudiarlas a profundidad. Pero también es verdad que hemos ido anulando de nuestros pensamientos y conversaciones la reflexión latinoamericana sobre la pandemia.
El debate establecido entre Agamben y Jean-Luc Nancy, las ideas de Esposito, la interesante discusión entre Zizek y Byung-Chul Han, o los aportes de gente como Harvey, Butler y Chomsky, son indispensables para establecer una comprensión acerca de la crisis y dar señales sobre la sociedad que está por venir.
A pesar de que sus escritos son los que circulan en los diarios de alcance internacional, sigue faltando la reflexión de varias latitudes del mundo. Algunas particularidades de la crisis en América Latina, como la precariedad de los sistemas de salud, la informalidad, la corrupción y la desigualdad, hacen que las reflexiones de quienes piensan desde Europa o Estados Unidos, se queden cortas a la hora de comprender la experiencia planetaria.
Por esta razón, se hace necesario presentar lo que algunos pensadores críticos latinoamericanos como Raúl Zibechi, Atilio Borón, María Galindo, Horacio Machado Aráoz y los Zapatistas, han venido reflexionando desde diversas perspectivas acerca de la pandemia en la región y el mundo, con la finalidad de aportar a una visión más holística de la actualidad.
En su texto La pandemia y el fin de la era neoliberal, Atilio Borón señala que el virus ha desatado una crisis de la que será imposible resucitar al neoliberalismo. En su opinión, el capitalismo no ha sido exterminado por la pandemia, pero al menos su versión neoliberal sí será sepultada. Discutiendo los argumentos de Zizek (el virus le dio un golpe a lo Kill Bill al sistema capitalista), y de Byung-Chul Han (tras la pandemia, el capitalismo continuará con más pujanza), afirma que si algo se dibuja en el horizonte post-crisis, es que el capitalismo podría resistir la nueva pandemia, pero también habrá una ciudadanía con un reclamo mucho más vigoroso acerca de la intervención activa del Estado en la economía.
Después de la pandemia, podría darse una salida híbrida e intermedia a la crisis, en la que se combinen estrategias profundas como la desmercantilización de la sanidad y la desfinanciarización de la economía, con otras tal vez más complejas de lograr, como el control financiero global y la estatización de la industria farmacéutica. También agrega Borón, que es necesario reflexionar sobre el desafío que implica construir un mundo pos-capitalista, y hace un llamado a la organización y la lucha.
La crisis desatada por el coronavirus, sin duda, está impactando el accionar de los movimientos sociales a lo largo y ancho del planeta, pero especialmente en América Latina, donde las condiciones de vida son más precarias que en muchos otros lugares. En El mundo pos-pandemia, Raúl Zibechi se centra en analizar la forma en que se están viendo afectados los pueblos y sociedades en movimiento. Para ello, menciona tres tendencias que ya venían desarrollándose previamente, pero que se están profundizando con la pandemia: la crisis civilizatoria en forma de colapso que tendrá una duración prolongada en el tiempo; la pérdida masiva de vidas humanas y no humanas; y la complejización del accionar de los movimientos sociales.
El actual contexto se parece al de un “campo de concentración” global —señala Zibechi—, y es en este contexto donde los movimientos antisistémicos deben pensar la manera de resistir y cambiar el mundo. Hace un llamado a la organización y al trabajo colectivo para garantizar condiciones mínimas de supervivencia de manera autónoma, pero con mucho cuidado y discreción, acudiendo a conocidas formas de organización de pueblos latinoamericanos como los Zapatistas, los Mapuche y los Nasa.
América Latina es una región donde se ha pensado desde los territorios, y en consonancia con los movimientos sociales y ambientales. Es por ello que en el marco de una entrevista realizada en la Radio Nacional de Córdoba, Horacio Machado Aráoz llamó la atención sobre la necesidad de entender la pandemia como una crisis de las relaciones socioecológicas, que está vinculada con el colapso más amplio de un modelo civilizatorio que no respeta las diversas manifestaciones de la vida. La idea de que estamos viviendo un “desastre natural” o una “epidemia”, oculta que realmente la crisis ha sido causada por un modelo de excesiva industrialización y urbanización, asociada a las ideas de desarrollo y de progreso.
Machado Aráoz, quien se ha caracterizado por su estudio riguroso de las políticas extractivistas en América Latina, invita en medio de la pandemia a pensar la vida en términos de procesos colaborativos, y de los flujos que hacen posible la reproducción de las diferentes especies. El momento actual está mostrando la fragilidad de la civilización hegemónica, lo que se ha convertido en una oportunidad para pensar de manera alternativa los fuertes vínculos entre las sociedades humanas y el planeta Tierra.
En sintonía con las críticas realizadas por Zibechi y Machado Aráoz, María Galindo expresa que el coronavirus no se parece tanto a una enfermedad, sino a una “dictadura mundial multigubernamental”. En su reflexión titulada Desobediencia, por tu culpa voy a sobrevivir, señala que la dictadura se expresa a través del miedo a los contagios, las declaratorias de confinamiento, las ordenes de distancia, la supresión de las libertades, el ocultamiento de los problemas sociales y el dominio de la vida virtual.
Hace un llamado a “repensar el contagio” como la única alternativa que le queda a la humanidad en el contexto pandémico. Ante esto se hace las siguientes preguntas: ¿Qué pasa si decidimos preparar nuestros cuerpos para el contagio? ¿Qué pasa si asumimos que nos contagiaremos y vamos a partir de esa certidumbre procesando nuestros miedos? La autora boliviana invita a desobedecer las órdenes idiotas de los Estados; a prepararse socialmente para la gestión domiciliaria de la enfermedad; a volver sobre los alimentos y las medicinas tradicionales, al canto y al abrazo.
En consonancia con lo que expresa Galindo, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional realiza un llamado a cuestionar el papel de la clase política internacional, que se ha dedicado a usar el problema de salud para atacarse mutuamente. A través de un comunicado publicado el 16 de marzo, los zapatistas invitan (junto con Zibechi, Borón y Machado Aráoz) a no dejar caer la lucha por la defensa de los territorios y la Madre Tierra, y a “no perder el contacto humano, sino a cambiar temporalmente las formas para sabernos compañeras, compañeros, compañeroas, hermanas, hermanos, hermanoas. La palabra y el oído, con el corazón, tienen muchos caminos, muchos modos, muchos calendarios y muchas geografías para encontrarse. Y esta lucha por la vida puede ser uno de ellos”.
Para finalizar, es necesario aclarar que este texto no pretende abarcar la totalidad del pensamiento sobre la pandemia que se ha producido desde América Latina, pero sí presenta algunas de las posiciones más difundidas desde diversos ámbitos de reflexión y de acción. Como se vio anteriormente, a través de una revisión de los escritos de estos autores, es posible señalar que el pensamiento de la región es bastante activo y dinámico. Además de esto, tiene muchas implicaciones para la compresión de las causas y consecuencias de la crisis, y para imaginar la construcción de otros mundos posibles a través de las luchas históricas y las que están por venir.
Muy bueno! Vayamos pues a pensar y actuar.
Yo entiendo la idea de Galindo, de prepararnos para el contagio. Sin embargo, creo que esta visión de ella, la podemos compartir para el pueblo joven. Pensando la población más viejita, por más dictadorial que sea, es la manera de salvarles. Digo que se de carne propia, porque mi abuela está luchando contra el CV, para mantener su vida! Así que creo que hay q pensar en un escopo más abrangente
. Este acercamiento reflexivo de la pandemia en voces latinoamericanas hace falta y es necesario. Qué buen texto, Juan.
Excelente gracias cambio de costumbres vivir más sencillo en armonía con la naturaleza, solo un ideal común con nueva moral dará la paz al mundo.
Si me planteo el porvenir como lucha, ya estoy perdiendo terreno para la novedad, para ver el germen donde va, todo sistema ideado desde el hombre ha fracasado, todo está contaminado y muerto. Por eso nos mata lo más pequeño e invisible. La respuesta o arte para repensar nos, necesariamente debería venir de lo pequeño e invisibe. Lo esencial ¿es posible lo esencial, es posible que el cambio de paradigma se de? Habrá que esperar a donde nos lleva esta crisis y abordar uno a uno los escalones. El arte de vivir no es ni un doctorado ni un pensamiento político, ni miedo a morir, es el arte de estar vivo no de respirar. Así que tener la paciencia de esperar para ver con claridad,es clave. Si ensayamos lo viejo no se producira la novedad.
Excelente texto, la cena está servida…
Excelente artículo… la cena está servida, degustemos, y hagamos sobremesa…
Juan, muy buena sistesis y reflexión. Agradezco el análisis