Resulta extremadamente peligroso e inconveniente, para la democracia y el periodismo, lo que la Organización Ardila Lulle (OAL) viene haciendo, de tiempo atrás, con el Noticiero RCN, al convertirlo en un actor político que usa los hechos y la información para torpedear el proceso de paz con las Farc, y en adelante, la consecuente implementación del Acuerdo Final (II) o Acuerdo de Colón.
Con la decisión política, editorial y periodística tomada por quien lidera la OAL y dadas las circunstancias en las que hoy funcionan los Partidos Políticos en Colombia, el noticiero Noticias RCN hace el tránsito del estadio de la sociedad civil, al estadio de Mediadores Naturales. Ese tránsito da vida o confirma la tesis que señala que ante la debilidad manifiesta de los partidos Políticos, los medios de comunicación los remplazan en tres funciones básicas: generar opinión pública, posicionar líderes carismáticos y darle manejo a las incertidumbres sociales en los eventos electorales.
Insisto en que resulta sumamente peligroso ese cambio de estadio, porque Noticias RCN no solo pierde su naturaleza como Medio informativo, sino que se convierte en un actor político que usa el discurso periodístico-noticioso para tergiversar los hechos y generar ambientes politizados a favor de la interesada causa del conglomerado económico. Ya no se trata de un ejercicio autónomo de reconstrucción de unos hechos elevados al estatus de noticia, sino de acciones informativas más cercanas al discurso de la propaganda y a la manipulación de unas audiencias poco preparadas para entender las lógicas del poder, del periodismo y las “realidades” de Colombia.
De esta manera, el Noticiero RCN le da un valor de uso a la información y a los hechos públicos, de acuerdo con los objetivos económicos y políticos de la OAL. Si dado el caso, dicho conglomerado económico y actor de la sociedad civil decide participar de procesos de desestabilización institucional con miras a torpedear los procesos de implementación de lo acordado en La Habana y firmado en el Teatro Colón de Bogotá, el papel que jugaría RCN se reduciría al que naturalmente cumple una empresa de mensajería. De esta manera, sus periodistas se convertirían en estafetas, en mensajeros.
Al actuar dentro del estadio de los Mediadores Naturales, remplazar a los partidos políticos y seguir las instrucciones de la OAL, RCN, como Noticiero, desestima principios y valores periodísticos y hace acomodaticia su práctica. Es tal la confusión, que la ética empresarial que subyace a las operaciones económicas de la OAL, se opone, contradice, desconoce y se yuxtapone a la ética periodística. Y en el marco de un entronizado ethos mafioso, la información noticiosa emitida sería producto de una negociación o de una transacción, y ya no de un proceso de reportería orientado por principios periodísticos.
Al acercarse el escenario electoral de 2018, el Noticiero Noticias RCN se apresta a jugar políticamente, para incidir en esa parte de las audiencias que acepta y valida las nuevas funciones del Medio como actor político.
Al quedar subsumido el lenguaje periodístico-noticioso a las lógicas del poder político, sobrevendrán no solo lecturas amañadas y descontextualizadas de los hechos noticiosos, sino implícitas y explícitas invitaciones a desconocer el orden establecido, el mandato presidencial y las decisiones de Estado de quien en 2018 llegue a la Presidencia y ose jugársela por la implementación eficaz y eficiente de lo firmado en el Acuerdo Final (II).
El pluralismo informativo nunca será una amenaza a la democracia ni al periodismo. La posición unánime, también puesta al servicio de un régimen y llena de información incompleta sí puede debilitar la democracia. El autor pareciera considerar que los medios que solo presentan la información oficial, con una mirada de los hechos, son los que dicen la verdad. Lamentable favor el que hace a la comunidad de la información con semejantes opiniones.