Columnista:
Alexander Quiñones Moncaleano
¿Quién financia el paro? La pregunta que se hace hoy el establecimiento. Una pregunta que ya está viciada de antemano. Salen más sombras que luces de ese tipo de señalamientos y retóricas. No buscan causas sino «financiadores». Este tipo de preguntas solo buscan deslegitimar el movimiento de resistencia que ha surgido a través del paro.
El paro nació a raíz de la proposición de un proyecto de ley que presentaba una reforma tributaria lesiva para el pueblo colombiano. El 28 de abril millones de colombianos salieron a las calles y dieron inicio a una de las protestas sociales más radicales de la historia reciente de nuestro país. Tanto así, que nos pusimos a la altura de los países vecinos como Chile, Ecuador y Bolivia.
No obstante, para muchos representantes del establecimiento las causas de inconformidad profunda del pueblo colombiano nada tienen de importante. Para ellos resulta mucho más importante buscar a quienes están financiando el movimiento social.
Así, quieren dejar en el ambiente la idea de que este paro lo parió Nicolás Maduro como Sócrates solía hacer parir ideas. De paso, nombran a Gustavo Petro que ha guardado silencio para no ser protagonista de este.
Ellos, los periodistas y formadores de opinión, saben del poder que tienen en sus manos y en su actos de habla. Ya no les importa insuflar los lugares comunes, con tal de hacerle el trabajo a sus patrones. La pregunta es sencilla pero la intención detrás de ella es de una complejidad absoluta.
Mabel Lara estigmatizando la protesta
Mabel Lara salió a trinar lo siguiente: «Grave acusación lanza el ex alcalde de Caracas Antonio Ledezma… Dice que no tiene la menor duda de que Nicolás Maduro financia algunos de los bloqueos en Colombia». Más allá del trino no se presenta ninguna prueba.
Pero logra el cometido. Dejar mal parados a los jóvenes que están en las calles exponiendo la vida ante la brutalidad policial exacerbada que hoy padecen.
En este momento hay más de cuarenta personas asesinadas por la fuerza pública desde que inició el movimiento social. Miles han sido apaleadas y otros cientos están desaparecidos. El reporte presentado, al 13 de mayo, por Temblores ONG es la prueba reina de la violencia que ha proporcionado la Policía a los ciudadanos colombianos en medio de la protesta social:
- 362 víctimas de violencia física;
- 39 casos de violencia homicida en los que el presunto agresor es un miembro dela fuerza pública;
- 1055 detenciones arbitrarias en contra de manifestantes;
- 442 intervenciones violentas en el marco de protestas pacíficas;
- 30 agresiones oculares;
- 133 casos de disparos de arma de fuego;
- 16 víctimas de violencia sexual;
- 3 víctimas de violencia basada en género.
No es solo Mabel la que salió a señalar una supuesta financiación de afuera. Hubo otros personajes que no han entendido que el pueblo colombiano está más que cansado de los atropellos de los gobernantes. Del olvido estatal frente a todos los derechos esenciales que un ciudadano puede tener.
La tuitera Cristina Carrizosa también hace una pregunta tendenciosa: «¿Quién mantendrá a los mismos 70.000 marchantes de todos los días desde hace 15? ¿Cómo hacen para vivir?»
En un país donde las cifras presentadas por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística hablan por sí mismas, ella sale a dejar la sensación de que hay dineros oscuros que financian este paro que es causado por pura inconformidad social. Las cifras del DANE con relación al trabajo y estudio de los jóvenes colombianos en #DANELeCuenta mencionan que para diciembre 2019-febrero 2020, el porcentaje de jóvenes que no estaban ocupados en el mercado laboral y tampoco hacían parte de un plantel educativo era de 24,9 %; para diciembre 2020-febrero 2021, la proporción fue de 27,7 %.