Feliciano Valencia Medina hace parte del pueblo nasa, nació en la vereda Vilachí, resguardo Canoas, Municipio de Santander de Quilichao en el año de 1955. Es uno de los líderes indígenas más importantes y sobresalientes que ha tenido Colombia en los últimos años, debido a sus amplios conocimientos sobre los derechos autonómicos indígenas, a la aplicación y defensa de los mismos, como de su resistencia a la guerra y a la violencia en el territorio.
Este líder indígena vivió en Toribio, Cauca, a mediados de los años 80’s, en donde tuvo como inspiración al padre Álvaro Ulcué Chocué, quien se caracterizó por ser defensor de los derechos indígenas y participó en las movilizaciones de la recuperación de la tierra ancestral. Este padre fue asesinado en 1984 y desde ahí se volvió símbolo del movimiento indígena en el Norte del Cauca.
En 1991 Valencia fue uno de los fundadores del proyecto comunitario Plan de Vida Yu´Lucx, que buscaba unir a los resguardos de Munchique, Los Tigres y Canoas (ubicados en la zona rural de Santander de Quilichao) con el fin de hacer frente a la exclusión de los indígenas a la atención hospitalaria y escolar, y como una forma de luchar en contra de las constantes divisiones entre los líderes indígenas.
La lucha de este líder indígena por los derechos autonómicos indígenas la heredó de sus padres, quienes se la inculcaron desde joven. Gracias a los principios inculcados por sus padres, se interesó en la construcción de los procesos organizativos de su comunidad, hasta llegar a ocupar dos veces el cargo de Gobernador indígena en el resguardo Munchique Los Tigres a mediados de los años 90´s. Entre otros cargos que ha ocupado Valencia al interior de su comunidad, está el de alguacil, Guardia Indígena y secretario.
En el año 2000 fue galardonado con el premio nacional de paz, debido a su gestión y trabajo para garantizar la paz en los territorios indígenas, especialmente en los del Norte del Cauca. En el 2004 fue elegido coordinador de la Guardia Indígena. Para el año 2005 a este líder indígena se le otorgó por parte de la UNESCO el título de maestro de la sabiduría. A Valencia se le conoce como el caminante de la palabra, gracias a que tuvo un importante papel en las mingas comunitarias y de resistencia civil de los años 2006 y 2008.
Estuvo en la Consejería Mayor del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC) durante los años 2007 y 2009. Ha sido coordinador de los Tejidos de Derechos Humanos y Comunicaciones, miembro del equipo de paz de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (ACIN), y su cargo más reciente fue el de profesor en la Universidad Autónoma Indígena Intercultural (UAIIN) del CRIC.
Mientras Valencia era Gobernador indígena a mediados del año 2010, por pedido de la comunidad renunció a este cargo para incursionar en política y lanzarse a la Alcaldía de Santander de Quilichao. Para ese mismo año, este líder indígena participó en la creación del movimiento Congreso de los Pueblos. En el año 2013 ayudó en la construcción del Movimiento Alternativo Indígena y Social (MAIS). Para el año 2014 fue precandidato presidencial independiente.
Feliciano plantea que “la tierra es nuestra madre. Es sagrada. La defendemos porque es el mandato que recibimos de los antepasados. El mundo occidental no entiende la filosofía del pueblo nasa”.
Fue condenado a 18 años de prisión acusado del delito de coautor de secuestro, ya que para el año 2008 en una minga indígena desarrollada en la finca La María, la Guardia Indígena descubrió a un soldado infiltrado, al Cabo Chaparral estando vestido de civil, pero teniendo en su poder elementos de uso militar, por lo cual en la minga indígena, todas las autoridades indígenas presentes decidieron aplicarle como sanción 20 latigazos.
Él no participó de esa decisión, su papel fue el de coordinación de la asamblea por orden de sus autoridades indígenas, en donde este líder leyó el fallo y adicionalmente presentó las pruebas ante la asamblea.
En la audiencia de casación en la Corte Suprema de Justicia del pasado 23 de mayo, el Procurador delegado expresó que “no era posible ubicar su participación y se sugiere a la Corte dejar en firma la absolución”. La vicefiscal Elka Venegas plateó que “para esta delegada se cumplen todos los requisitos y hubo violación del principio de juez natural”.
Con lo anterior se espera que Feliciano Valencia sea absuelto en un periodo aproximado de un mes y/o que el caso pase a la justicia indígena.
Su familia expone que “este hecho para nosotros significa una persecución política al movimiento indígena y sus luchas y pone en riesgo nuestra justicia indígena y el pacto político que por fin hizo esta nación con nosotros los pueblos indígenas en 1991, para el reconocimiento de nuestros derechos”.
Para el Consejero Mayor de la ONIC, Luis Fernando Arias “a Feliciano le cobran haberse levantado contra el régimen y contra el establecimiento de la derecha y la ultraderecha colombiana, haberle devuelto al país la capacidad de movilización, de acción social, de organización política, eso es lo que le cobran al compañero”.
Aída Quilcué, Consejera del CRIC ha planteado que “para el momento de los hechos, han dicho que el soldado estaba infiltrado”.
César Pachón, líder de Dignidad Papera plantea que “Valencia es un gran líder nacional, no solo regional, es un líder que puede llegar muy arriba en la política del país y buscar hacer cosas, programas y proyectos para las comunidades no solo indígenas, sino las comunidades más vulnerables del país. Ese hecho de que a él lo tengan injustamente detenido y lo quieran juzgar, es porque la clase política no le conviene que un líder como el, con sus cualidades y con sus capacidades, su respeto y su identidad suba a otras instancias y realmente llegue a esas representaciones, porque ha sido un líder honesto, transparente y un líder que sobresale».
Hoy también desde mi voz, como Pachón, reclamo al gobierno nacional, a la Fiscalía y a todos los entes, que Feliciano debe estar libre porque realmente no ha hecho nada malo, simplemente ha seguido su ley como indígena y ha correspondido con esta; no tienen por qué juzgarlo de la manera que lo están haciendo y afectando, al igual que a toda una comunidad indígena del país.
La Secretaria General del Movimiento Indígena Alternativo y Social (MAIS), Rosa Iguarán, explica que “este caso no es contra él, es contra el ejercicio jurisdiccional de los pueblos indígenas, contra nosotros los pueblos indígenas, contra nuestro derecho a ejercer y a desarrollar nuestros sistemas normativos. Podemos decir que en Colombia hay presos políticos y Feliciano es uno de ellos, este caso no es un asunto aislado de la vulneración de derechos fundamentales, que de manera sistemática el Estado ha venido implementando contra los pueblos indígenas».
Para el Secretario General de la ONIC, Juvenal Arrieta “él es una víctima de una persecución política de una clase caucana, ya se demostró aquí a nivel nacional de que tanto Fiscalía como Procuraduría pidieron que se tire a tras el proceso y se le pueda dar la libertad, no obstante queda claro que la lucha social de los pueblos indígenas, y sobre todo la jurisdicción especial indígena es un desafío para la sociedad y para el país”.
Su abogado defensor, Germán Pabón, expuso: “yo veo el proceso excelente, en un punto de avance óptimo porque la casación se presentó, fue admitida y además de haber sido admitida la Fiscalía apoya la tesis nuestra de la defensa, en el sentido de declarar la nulidad y enviarlo a la jurisdicción especial indígena. La Fiscalía pide su absolución, y paralelamente el Ministerio Público niega el tema de la nulidad, pero apoya nuestra tesis en el sentido que no fue coautor de secuestro».
En cualquiera de los dos escenarios es un tema muy positivo, si decretan la nulidad y envían el proceso a la jurisdicción especial indígena pues será un acto enorme de reconocimiento, desde el punto de vista colectivo. Y si de pronto no lo hacen, por no querer darle alas a los indígenas y optan por absolverlo desde el punto de vista personal será muy satisfactorio para él, y eso repercutirá en el tema de lo colectivo, bajo el entendido que Feliciano es el hombre que los cohesiona internamente.
Urge que el gobierno nacional libere pronto a Feliciano como un acto de paz. Los colombianos debemos apoyar a este líder indígena, en estos momentos tan complejos por los cuales está pasando. Como siempre en Colombia los líderes sociales son víctimas de las cortinas de humo.
ola
que más compañeros para decirles que cuando publiquen algo deben colocar la fecha para nosotros también compartir la noticia
gracias por su atencion prestada