Columnista:
Diana Abril
Han pasado más de veinte días y la suma de heridos y muertos continúa. Las calles de algunas ciudades son un desastre, ciudades sin bienes de primera necesidad y muchas de las carreteras hechas añicos. La gente en Colombia está indignada por todo lo que hace el Gobierno Duque en nuestras narices, por las declaraciones del dizque presidente en los medios, pero el mundo, está mucho más indignado y lo notamos por las marchas a favor nuestro.
El nombre de nuestro país ha dado la vuelta por todos los continentes. Somos tendencia mundial, unos por santos, otros por diablos. Pero pesa mucho llevar esta cruz encima y da pena vivir aquí. Aunque con mucho orgullo muchos han hecho lo que otros no hicieron: protestar a pesar de los riesgos. Protestar a riesgo de perder la vida, a riesgo de quedar desahuciado, de quedar en una situación de discapacidad, de que nos cueste un ojo de la cara. A todo riesgo. No hay garantías para ejercer nuestro derecho (estipulado en el artículo 37 de nuestra Constitución) y poder llegar bien a casa.
Este es el Gobierno que nos han mostrado en más de tres semanas. Un Gobierno asesino, que ha pisoteado los derechos humanos de muchos, que ha trapeado el país con nuestra dignidad. Un Gobierno alejado de toda humanidad, y que, a todas luces, ha demostrado su crueldad, su apatía.
Este, un país en el ojo del huracán de los organismos, parlamentos y medios de comunicación internacionales. Un Gobierno que ha perdido toda credibilidad y confianza, un Gobierno cínico y agresivo. Un país con un sinnúmero de ciudadanos que se cansaron de tanta ley absurda, de tanta desfachatez, de tanta corrupción.
Gracias a esos valientes que se cansaron. A los periodistas, a los políticos, a los líderes y defensores de derechos humanos, a los indígenas, a los afros, a las minorías en general, a los estudiantes, a los trabajadores, pero a los policías y a los militares buenos también. En especial, a todos aquellos que se han atrevido a salir a las calles en medio de la incertidumbre. A los que han entregado la vida por la patria. A ellos, aunque con mucha pena, se les agradece; les debemos todo. El país les debe todo.
A esos individuos que resultaron heridos, desaparecidos, o que fueron asesinados, a las jóvenes y mujeres abusadas y agredidas, a todos les debemos el más grande homenaje. Pero que no nos cueste un ojo de la cara ni la dignidad ni la vida, que no nos siga costando. Que salir a marchar no se convierta en lo mismo que pasar por un callejón oscuro de la ciudad, a altas horas de la noche, aunque ya se convirtió en eso. Que nuestro derecho no sea el de ellos (fuerza pública y Gobierno) de vetarnos, de acabarnos, de ultrajarnos…, de matarnos. Que nos respeten y protejan. Que todo esto cambie, pero pronto.
SALUDOS . CORRECTO ANALISIS DE LA SITUACION YDEL CARACTER DE ESTE GOBIERNO .GOBIERNO FASCISTA .