En una sociedad obsesionada con la positividad, frases como “todo pasa por algo” o “piensa en positivo” se han convertido en respuestas automáticas ante cualquier problema. Sin embargo, este optimismo forzado puede invisibilizar el dolor y generar culpa, dando lugar a lo que se conoce como positivismo tóxico.
Aceptar nuestras emociones, sin negar la realidad, es clave para una salud mental equilibrada.
¿Qué es el positivismo tóxico?
Es la creencia de que debemos ser optimistas todo el tiempo, sin importar las circunstancias.
Minimiza emociones negativas, como la tristeza o la frustración. Hace sentir culpa a quienes no pueden “ver el lado bueno” de todo. Impide procesar el dolor de manera saludable.
¿Por qué el “Todo pasa por algo” es peligroso?
Invalida el dolor de las personas – No todo sufrimiento necesita una justificación. Ignora las injusticias del mundo – No todas las tragedias tienen un “propósito mayor”. Fuerza a buscar significado donde no lo hay – No todo trae una enseñanza oculta.
Algunas experiencias pueden ayudarnos a crecer, pero eso no significa que el sufrimiento sea necesario.
Consecuencias del positivismo tóxico en la salud mental
Reprime emociones negativas, lo que aumenta el estrés y la ansiedad. Genera culpa y vergüenza por no ser “suficientemente optimistas”. Causa aislamiento emocional, ya que las personas temen ser juzgadas si expresan su malestar. Impide la sanación, ya que negar el dolor evita enfrentarlo de manera saludable.
La verdadera resiliencia no viene de fingir felicidad, sino de aceptar y procesar las emociones.
Cómo evitar el positivismo tóxico
Valida todas las emociones – No hay sentimientos “buenos” o “malos”. Brinda apoyo real – En lugar de decir “todo pasa por algo”, di “estoy aquí para ti”. Acepta que algunas cosas simplemente son difíciles – No todo tiene una explicación o propósito. Practica la empatía genuina – Escuchar sin tratar de “arreglar” el problema es un gran apoyo.
El bienestar emocional no se basa en pensar siempre en positivo, sino en permitirse sentir.
La próxima vez que alguien atraviese un momento difícil, en lugar de decir “todo pasa por algo”, elige escuchar, validar y acompañar.
Porque la vida no siempre tiene una explicación, pero el apoyo sincero sí marca la diferencia.
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