Por una paz completa todos a la mesa

Opina - Conflicto

2017-02-10

Por una paz completa todos a la mesa

El 7 de febrero del presente año se llevó a cabo en la ciudad de Quito (Ecuador), la instalación de la mesa entre el gobierno y la guerrilla del ELN, con la participación de funcionarios del gobierno ecuatoriano, como de los negociadores del gobierno colombiano y de la guerrilla del ELN, así como también de congresistas, líderes sociales y movimientos sociales.

La instalación de la mesa en Quito se llevó a cabo, luego de varios intentos que se dieron en los gobiernos de Alfonso López Michelsen (1974), Belisario Betancur (1982), César Gaviria (1992), Ernesto Samper (1994), Andrés Pastrana (1998) y Álvaro Uribe (2002).

Desde el mes de enero del año 2014, el gobierno del presidente Santos y la guerrilla del ELN iniciaron los diálogos exploratorios y los acercamientos, que dieron lugar a la instalación de la mesa en Quito el pasado 7 de febrero.

Los ciclos de negociación de este proceso de paz serán de un periodo de 45 días. Los diálogos con el ELN se desarrollarán en Brasil, Chile, Cuba, Ecuador, Uruguay y Venezuela. Las delegaciones del gobierno y el ELN se integrarán de 30 personas, aunque a las reuniones solo podrán asistir 10 delegados por cada equipo negociador.

El proceso de paz con el ELN es una oportunidad que la sociedad civil no puede desaprovechar, ya que en la agenda se establece como primer punto “La participación de la sociedad en la construcción de la paz”, y es por lo anterior que la sociedad civil debe estar activa y ser actor principal en este proceso.

La instalación de la mesa en Quito entre el gobierno y el ELN, es un triunfo de los sectores sociales y/o de la sociedad civil, ya que el papel que han jugado en la construcción de la paz movimientos como: Paz Completa, Paz Querida, Mesa Social para la paz, ONIC, Congreso de las Pueblos, Paz A La Calle, Redpropaz, Redepaz, o fundaciones como Paz y Reconciliación, Arcoíris, y académicos e investigadores como Víctor de Currea, Luis Eduardo Celis, Juan Houghton, jesuitas como el padre Francisco de Roux, representantes de la Iglesia Católica como el arzobispo de Cali, Darío de Jesús Monsalve, líderes políticos como Alberto Castilla, Alirio Uribe y lideresas como Ángela María Robledo y Marylen Serna, han sido determinantes a la hora de sacar adelante el proceso de paz con el ELN.

Recordemos que los puntos de la agenda acordados entre el gobierno y el ELN son: “1) Participación de la sociedad en la construcción de la paz, 2) Democracia para la paz, 3) Transformaciones para la paz, 4) Víctimas, 5) Fin del conflicto armado y por último 6) Implementación”. (Ver link)

Hay que reconocer la voluntad de paz del gobierno del presidente Santos, que ya negoció y firmó los acuerdos de paz con la guerrilla de las FARC, y en donde actualmente se implementan los acuerdos en el Congreso, con la veeduría de la ciudadanía, de Ojo A La Paz y del movimiento Voces de Paz.

Ahora bien, el hecho de que se le reconozca al presidente Santos su voluntad política de paz, no quiere decir que no le haga un llamado de atención, de entre muchos temas, por el asesinato sistemático y selectivo de los líderes sociales, o por la falta de cobertura en salud y atención integral para la población wayuu con especial énfasis en los niños de La Guajira.

Si hablamos del campo que en teoría debería ser la llave para la paz, ya que en parte el conflicto armado en Colombia surgió por la tenencia de la tierra, la desolación, el atraso y la crisis de los agricultores y campesinos, que en el 2013 se empezaron a movilizar en los diferentes departamentos del país, parece que hoy en día sigue igual, y muy seguramente si empezamos a revisar cada sector social del país, veremos un atraso y una crisis generalizada. Lo anterior, aunque contado muy por encima, y en donde no menciono los múltiples problemas que afectan a Colombia, que impiden la seguridad y la soberanía alimentaria, y que afectan al sistema político colombiano, que está permeado por la corrupción, así como de la corrupción generalizada de las tres ramas del poder, todo lo anterior hace parte de la paz con justicia social, esa paz que los líderes sociales y los colombianos del común reclamamos a gritos, desde la cotidianidad de nuestras vidas, esa paz que día a día nos quita el sueño y nos pone a pensar en lo que debemos hacer para apoyarla y alcanzarla, pero no solo la paz de la salida negociada del conflicto armado, sino la paz más afectada y más difícil de alcanzar: la paz con justicia social, la que nos afecta en nuestra cotidianidad.

Y la pregunta podría ser ¿Cómo lograr la paz con justicia social?

La respuesta no es tan difícil como se podría pensar, de la misma manera que nos quejamos de la corrupción, del aumento del IVA, de lo ilegales y ladrones que han sido nuestros gobernantes, de la misma manera podríamos cambiar el rumbo de nuestro país, con tan solo tomar las decisiones acertadas, con organizarnos, con participar con nuestro voto en las elecciones que definen el rumbo de nuestro país. Son cosas mínimas, que si todos los colombianos las aplicáramos, de seguro este país no sería tan corrupto y atrasado, manejado por los mismos empresarios de siempre y las mismas familias con apellidos de Siglo.

Fotografía: Juan Camilo Caicedo

Para lograr la paz con justicia social, todos tenemos que sentarnos en la mesa y pensar cómo empezar a buscar y asegurar la paz completa, tenemos que unirnos, actuar en conjunto, y en equipo, de nosotros depende que este país siga sumergido en su propio vomito de corrupción y desigualdad, o que en nosotros este el cambio, limando asperezas y diferencias, por el bienestar social y colectivo de nuestro país.

La llamada mesa social para la paz podría ser un escenario en el cual los colombianos podamos llevar las reflexiones, las preguntas y las respuestas, para empezar a vislumbrar como sería la paz con justicia social, que no solo depende del gobierno y del ELN, sino también depende de los millones de colombianos.

Sería bueno que nos empecemos a pensar, así como lo hizo la mesa social para la paz en un día, 100 encuentros por la paz en toda Colombia, pero no solo en apoyo a la salida negociada del conflicto armado, sino también encuentros para buscar la paz con justicia social, reuniones diarias, con mesas temáticas y por regiones, que sea de los ciudadanos, que pasen de la indignación a la acción colectiva, para alcanzar esa paz con justicia social que tanto nos es esquiva.

La continuidad de la paz, la estabilidad de la misma, la implementación de los acuerdos de paz con las FARC y el desarrollo del proceso de paz con el ELN, se verán afectados de manera contundente, si los colombianos no tomamos buenas decisiones y nos hacemos participes de esta paz, que se ve cada vez más amenazada por el poco tiempo que le queda, debido a las elecciones del 2018, y en esas elecciones, es la sociedad civil la llamada a mantener el rumbo de la paz, del fin del conflicto armado, así como también de empezar a buscar y encontrar la paz con justicia social, la paz de nuestra cotidianidad, la que nos afecta en nuestros entornos en el día a día.

Cierro con una frase de Jaime Garzón:

“Si ustedes los jóvenes no asumen la dirección de su propio país, nadie va a venir a salvarlo. ¡Nadie!”.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Juan Camilo Caicedo
Columnista y analista político. Investigador del movimiento agrario Dignidad Agropecuaria.