¿Por qué recibimos el diploma en forma de rollito?

Opina - Medios

2016-04-22

¿Por qué recibimos el diploma en forma de rollito?

La incorporación de entrenadores retirados o viejos futbolistas para comentar partidos (léase Faryd), la presencia de periodistas acaparadores (léase César Augusto), la inoxidable rosca de hijos de los comentaristas de siempre (léase Javier) y el modelo de prácticas (léase mano de obra barata), se viene convirtiendo en el principal obstáculo que presentan los cientos de egresados de comunicación y periodismo deportivo para la lograr una oportunidad en los principales medios de comunicación. A continuación una lacónica reflexión que explica por qué los egresados de estas facultades reciben simbólicamente su diploma en forma de rollito.

El caso César Augusto
El personaje en cuestión inicia sus apariciones desde las 5:00 a. m. en un informativo radial que dura 5 horas. Sobre la 1:00 p. m. y después de una merecida siesta vuelve al ruedo a uno de los programas de mayor sintonía en el dial, asegurando su figuración una hora más.

No contento, el domingo continúa su maratónica marcha con un espacio futbolero de 7 horas en el que rara vez se pierde el protagonismo. En sólo radio César Augusto satura las ondas hertzianas unas 47 horas a la semana.

Pero no contento con esto, y para envidia de los comunicadores endeudados con el Icetex, César Augusto salta a las pantallas del hegemónico canal de deportes de nuestro país con un debate futbolero diario que se realiza a la vespertina y con un programa de entrevistas de famosos de una hora semanal, que cabe aclarar que con cierta regularidad repiten mañana y noche para desgracias de los insomnes.

El caso Faryd
La falta de una agremiación periodística que por lo menos exponga la necesidad de que los exfutbolistas cursen la carrera o como mínimo aprendan las técnicas básicas del periodismo, ha permitido que principalmente en la televisión proliferen personajes que, como Faryd, solo aportan apellido en el insaciable mundo marketinero necesitado de un gancho para atraer televidentes.

Con bombos y platillos los canales deportivos por cable y las transmisiones balompédicas ocupan con exfutbolistas y profesores casi siempre fracasados en la táctica las horas de pantalla en la mañana, tarde y noche.

Jorge “El Patrón”, Víctor Hugo, Fabián, Óscar, Iván René, Julián, Sachi, Norberto, Juan José y hasta hace poco Alexis, son algunos de los que de a poco se han ido acomodando sin ningún esfuerzo en los espacios que deberían tener los académicos.

Para colmo y desgracia de los televidentes, algunos de estos exfutbolistas se han visto impedidos en romper los códigos del vestuario y ser duramente críticos con el mundo del fútbol del cual participaban. Los “ex” no pueden criticar a sus colegas y cuando deben intervenir se refieren a ellos en términos cariñosos recordando una anécdota que es celebrada por el locutor de turno.

Cortesía Reporteros Asociados

Cortesía Reporteros Asociados

Las frases de cajón, la falta de novedades y la infaltable sarta de conjeturas han sido así las principales características de la incursión de los deportistas. Nada de valor agregado. Por ahora en Colombia, futbolista no supera a periodista.

El caso Javier
La desmedida preferencia que le dan algunos periodistas de élite y las casas productoras a sus familiares ha logrado que el pequeño nicho laboral para los jóvenes profesionales limpios de palancas, roscas e influencias sea nulo. El director de deportes de uno de los canales que se hacen a los derechos de transmisión del fútbol de la Selección, por ejemplo, sin recato alguno ha llevado de su mano a su propio hijo a ser una pieza obligada en la delegación.

“Juan Pa”, como se refiere el padre hacia su hijo, ha ido escalando posiciones detrás de la ayudita que ha recibido de su jefe, padre y tutor desde la presentación de noticias deportivas del medio día y fines de semana. Pero el caso de Juan Pa no es el único. Jorge Hernán, hijo del más destacado periodista de todos los tiempos, asoma cada mañana en una especie de desayuno entre colegas donde leen noticias de Internet y remata los fines de semana en una cadena radial de frecuencia modulada presentando canciones de salsa, como si fuera poco.

El caso mano de obra barata
El modelo de pasantías se ha convertido en la frutilla que le faltaba al postre para los profesionales jóvenes de periodismo deportivo, pues con ellos las diferentes empresas logran asegurar el personal que se requiere a un precio menos que de huevo.

Como “la experiencia es lo que vale”, los educandos no ven otra alternativa que dedicar parte de su tiempo a recolectar colillas de cigarrillos, ser mensajero del editor de turno y de carga cables en la reconocida empresa.

Cuando el convenio finaliza, el joven deberá regresar a las aulas para finalizar con la pesadilla. En radio hay un elemento adicional para considerar: el canje. En este caso el joven profesional deberá atenerse a conseguir su propia publicidad para lograrla negociar en algún espacio preferiblemente en la amplitud modulada, pues los programas de la frecuencia modulada ya está ocupada por los mismos de siempre.

El nivel de ingresos que le represente la pauta al medio, será proporcional a la participación que tenga la joven figura en el programa, transmisión o reportaje.

Si no hay ingreso no hay micrófono. Tan claro como el mensaje subliminal que nos envian las facultades de comunicación y periodismo deportivo cuando nos entregan el diploma en forma de rollito.

( 2 ) Comentarios

  1. Estos periodistas deportivos «atornillados» en los medios y que se ganan un dineral por simplemente leer noticias que sacan de Internet, sin agregar valor a la misma deberían dar paso a los jóvenes sin palanca. Lamentablemente como decía Edgar Perea «las roscas no son malas, lo malo es no estar en la rosca» sigue cumpliéndose. ¿Quién es Javier?

  2. Pienso que en parte tiene razón. Sin embargo si, tal vez lo vemos desde otro punto de vista llamado negocio en mi concepto es aceptable tener a un personaje que genere rating y así generar ingresos, para mi es totalmente válido. En lo que no estoy de acuerdo es que un Periodista tenga que salir a la calle a vender pauta para poder trabajar…

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Echemos Vaina
Periodistas bórder, comentaristas deportivos y cronistas de historias optimistas sobre personas con muy mala suerte. Nos aguantan en Todelar y en Pulzo.