Petro: ¡salud y pronta recuperación!

Dios ilumine el pensamiento, el corazón y las manos de los galenos que te traten. 

Opina - Sociedad

2020-04-13

Petro: ¡salud y pronta recuperación!

Columnista: 

Gustavo Adolfo Carreño 

 

Gustavo Francisco Petro Urrego nació un 19 de abril de 1960 en Ciénaga de Oro (Córdoba), pueblo de origen Zenú en el caribe colombiano, resistente, resiliente, de mucha cultura, tradición, música, letras, artesanía y ganadería. Según la leyenda, sus patios alojaban gallinas con pepitas de oro en las mollejas, tal como lo mencionó García Márquez en El amor en los tiempos del cólera, y así lo confirman catanos sobrevivientes memoriados.

Prosigue estudios de secundaria en Zipaquirá (Cundinamarca), es líder natural, logra ser personero de su colegio y del municipio; este pueblo muisca lo adopta como otro de sus hijos, es normal ser joven y contestatario, entonces le “pican” las avispas del inconformismo, la denuncia y el reclamo al Estado por las vías de hecho y toma el atajo de las armas, puesto preso y torturado por porte ilegal de las mismas y su vinculación activa al M-19 en 1984, siendo su concejal.

En 1987 recupera su libertad, integra el equipo negociador que permite la transformación de la guerrilla nacionalista M-19 en organización política legal, durante el Gobierno de Virgilio Barco, de allí su defensa a pulso firme del Acuerdo de La Habana. La legalidad borra su prontuario subversivo y la catapulta en escenario político colombiano en calidad de vocero de la Alianza Democrática M-19 y, luego, como integrante de la Cámara de Representantes por Cundinamarca en representación de su umbilical partido (1991-1994).

Así cumple un gran sueño, la Constitución de 1991 y la instauración de un Estado Social y Democrático de Derecho, espíritu posteriormente cooptado, pues se desarrolló bajo la égida de principios y preceptos neoliberales, haciendo añicos el sentido primigenio de la arquitectura y el andamiaje de la nueva Constitución colombiana, de ahí su voz latente, sus viejos y nuevos reclamos encarnan el sentir de millones de colombianos, sabe que su voz es de aquellos que no la tienen, representa el alma de los ninguneados, el corazón latente de un nuevo país.

Retorna a la Cámara de Representantes (1998-2002) por el movimiento Vía Alterna. Años después es senador de la República (2006-2010) por el Polo Democrático; candidato a la Presidencia 2010 por el Polo Democrático Alternativo, un nuevo partido político, ocupando luego el segundo cargo político más importante: alcalde de Bogotá (2012-2015), esta vez con el respaldo de múltiples fuerzas alternativas y su movimiento “Progresistas”, al salir del PDA por cuestionar y develar el carrusel de la contratación en la Alcaldía de Samuel Moreno, respaldado por el PDA.

Es nuevamente candidato a la Presidencia de la República en 2018 junto al actual mandatario Iván Duque, llegando a segunda vuelta. Por vez primera la izquierda democrática tuvo opción real de poder, junto a millones de colombianos arrinconó las bases de la coronavírica oligarquía criolla, estremeciendo tan fuerte sus cimientos que, para poder detenerlo, fue necesario la alianza variopinta de ñeñes, ñoños, goyos, gatos, ñeques, conejos, orangutanes, ratas, serpientes y camaleones amacizados en bloque con la fauna política tradicional.

El pasado Viernes Santo nos sorprende la ingrata noticia de su grave enfermedad, poco importó el día ni la calamidad pandémica, armaron festín, al parecer, el odio es fe verdadera para muchos de mis compatriotas; al cierre del día, la tendencia en Twitter #NoLeCreoAPetro registró aproximadamente 9000 trinos. Traigo a colación este: “Regaño a mi hija por festejar este infortunio… por tanto, solo opinaré el día que muera”, escrito por @_El_Patriota, reconocido bodeguero uribista con rifle al hombro, de hecho, lo dan por muerto.

Es inconcebible, cuando el mundo se une en lazos de solidaridad y manifiesta sus fibras más humanas, en Colombia la corrupción galopa al mismo paso, se festejan penalidades y muertes humanas, no creo que el Sagrado Corazón del Nazareno, ni la mismísima Virgen de Chiquinquirá, a quienes se ha encomendado el país, vean con buenos ojos estos sentimientos salvajes, violatorios del primer mandamiento cristiano, para mí el más bello y humano de todos: “Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo”, ello aplica para cualquier creyente o persona espiritual, con sentimientos.

Duele, duele mucho esta enfermedad. Petro, como todo ser humano, es falible, imperfecto, por tanto, comete muchos errores, lo cierto es que sus banderas son universales, tienen más validez que nunca y son ecografía sanadora de un pueblo al que se han propuesto acabar por más de 60 años y no han podido, como roble cienaguero se mantiene en pie por la esperanza, el temple y su capacidad de resiliencia.

Colombia, hoy más que ayer, necesita en carne viva la política del amor. La defensa sostenible de la sociedad no son las armas (seguridad democrática), la verdadera defensa está en la seguridad social ciudadana (capitalismo social de mercado), a través de la defensa de toda forma de vida, la solidaridad, la paz, el saneamiento básico, la agricultura, el cuidado del medio ambiente con transición progresiva del carbón y el petróleo a energías limpias, créditos oficiales para campesinos y pequeños emprendedores, educación superior gratuita y salud preventiva sin mediación privada (hay que derogar la Ley 100 de 1993), hoy se corrobora lo costoso de no invertir en salud, educación y saneamiento básico.

Como buen trotamundos de la vida, luchador incansable de las causas sociales, sabrás superar, de la mano de Dios, esta otra batalla; tu espíritu es de batalla, de emancipación. Se quedan a medio camino los que sostienen Petro es “fundamental”, “crítico”, “pilar de la democracia”, “marcador de la diferencia y el pluralismo”, eres todo eso y mucho más, eres la mejor opción de cara a las elecciones de 2022, en especial, para todos los que soñamos con un país diferente para nuestros hijos y nietos y las generaciones venideras.

Petro tiene la grandeza del tamaño de la Sierra Nevada de Santa Marta, con capacidad para divisar el panorama y las mejores estrategias para superar y trazar caminos en medio de la emergencia y calamidad que atravesamos, mientras otros preguntaban ¿dónde está Petro?, ¿estará en París de paseo?, ¿por qué viaja tanto al exterior?, tú pensabas en lo mejor para la gente, a contrario sensu, otros compatriotas se confinaban en sus búnkeres y grandes haciendas, o pretenden superar la pandemia de la COVID-19 narrando un gol en medios de comunicación.

¡Te recuperarás y serás presidente de Colombia, nuestro presidente! Dios ilumine el pensamiento, el corazón y las manos de los galenos que te traten. 

 

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Gustavo Adolfo Carreño
Economista, Magister en Desarrollo y Cultura, Amante de la filosofía, librepensador caribeño, educador.