Columnista: Álvarez Cristian
Junio comenzó “por lo alto”, periodísticamente hablando. Entre la noche del domingo 31 de mayo y la madrugada del 1 de junio varios sucesos ocurrieron en Estados Unidos. Uno de ellos tuvo que ver con la liberación —por parte de los hackers de Anonymous— de la Little Black List o pequeña lista negra del difunto magnate Jeffrey Epstein.
Hay que recordar que Epstein murió en curiosas circunstancias en una de las cárceles más seguras de Estados Unidos mientras aguardaba su segundo proceso legal por pedofilia, abuso sexual a menores y prostitución infantil.
La lista filtrada contiene 91 páginas con los nombres, teléfonos, correos electrónicos y datos personales de importantes personajes del Jet Set mundial que se supone tuvieron relación con Epstein y en las que figuran el magnate colombiano Julio Mario Santo Domingo y el expresidente Andrés Pastrana.
Y si bien la lista no es una prueba incriminatoria contra los allí apuntados; sí existe la posibilidad de que sabían lo que Epstein estaba haciendo y qué tipo de persona era.
“2020 es el año en que los depredadores se convierten en presas”, citó horas después la cuenta de Twitter asociada a Anonymous OpDeathEaters.
La filtración y divulgación de Anonymous también incluyó una presunta denuncia legal contra el mandatario estadounidense. Según el documento —que pertenecería al District Court Southern District Of New York filtrado por los hackers— Donald Trump abusó de una niña de 13 años durante cuatro meses y Jeffrey Epstein habría “traficado” a la menor.
Como era de esperarse, la mayoría de involucrados ha negado conocer a Jeffrey Epstein y se preguntan por qué son mencionados.
¿Andrés “Lolito” Pastrana?
Tras verificar la lista, aparece el nombre del expresidente conservador Andrés Pastrana Arango. Su relación con Epstein no es una noticia nueva, pero vale la pena mirarla con detalle porque hay nuevos datos.
De acuerdo con el diario El Espectador, Pastrana apareció en los registros del avión privado del magnate como uno de los pasajeros del Lolita Express (así bautizaron los medios de Estados Unidos el avión en el que Epstein se supone llevaba a las menores de edad a su isla privada para hacer orgías con sus amigos ricos y poderosos) en un viaje que hizo junto a Epstein desde Florida hasta Las Bahamas —donde el magnate tenía su “santuario” de prostitución infantil— el 20 y el 21 de marzo de 2003.
Pastrana contó —en el comunicado de prensa que hizo circular en agosto de 2019— que se trató de un viaje en su avión a Nassau, Bahamas, para trasbordo al destino final de La Habana, Cuba, invitados por el presidente Fidel Castro. El señor Jeffrey Epstein salió de Cuba uno o dos días después. Yo permanecí en la isla.
Sin embargo, de acuerdo con el canal Univisión, no hay registro de vuelos de llegada ni salida a Cuba del avión de Epstein, lo que no podría explicarse por las limitaciones que las leyes del embargo contemplan para el aterrizaje de aviones con matrícula estadounidense en la isla.
Infortunadamente para Pastrana, los únicos que podían probar su estancia en La Habana (de la cual no hay ni registro ni fotos) y no en la isla privada de Epstein son Fidel Castro y el polémico magnate, ambos muertos. De otro lado, y para complicar más la situación, a Epstein y a Pastrana los acompañaba también Jean Luc Brunel, que dirigió por años una agencia de modelos y es acusado de violación por varias mujeres.
Además, la excusa de Pastrana de ser un vuelo de transbordo no se ajusta, pues de Palm Beach a La Habana hay 288 millas, y de Palm Beach a Bahamas otras 201 millas, mientras que de Bahamas a La Habana hay 340 millas. Es decir que si se hace la ruta Palm Beah-Nassau-La Habana, sería un total de 628 millas en un día sin nubes, según los apuntes del piloto.
Un paseo tan largo no vale la pena hacerlo, a menos que haya una muy buena compañía y se quiera descansar de haber ejercido una presidencia tan nefasta.
Respecto a su relación con Epstein, Pastrana señaló que al señor Jeffrey Epstein lo conocí en Irlanda cuando fui homenajeado en la Cumbre de los Logros en Dublín, ceremonia muy publicitada a la que asistieron personalidades como Mijaíl Gorbachov, Bill Clinton, Bono y Jeremy Irons.
En efecto, de acuerdo con los registros de vuelo de los jets de Epstein, el magnate estuvo en Dublin el 7 y 8 de junio de 2002, fecha en la que se realizó la cumbre.
Sin embargo, como ya lo dijo el columnista de El Espectador Jorge Gómez Pinilla, no cabe en la cabeza que “Epstein conoce a Pastrana durante un evento y ocho meses después se acuerda del colombiano ese tan simpático de bigote que le presentaron en Dublín, y decide entonces llamarlo para ofrecerle así porque sí que lo transporta desde Palm Beach hasta La Habana, pero sin pasar por su isla privada”.
La verdadera lista negra
Las palabras de Gómez Pinilla tienen sentido cuando se analiza un hecho importante: la lista que reveló Anonymous no es la lista original.
De hecho, la verdadera “blacklist” —obtenida por un periodista del portal noticioso Gawker en 2012— tiene registros que datan incluso de 2004 y 2005 y en ellos ya aparecía el nombre de Andrés Pastrana junto a sus teléfonos y datos en Estados Unidos y España, al igual que los del magnate colombiano Julio Mario Santo Domingo.
Entonces, que Pastrana nos haga inferir que solo vio a Epstein dos veces en la vida, resulta por lo menos difícil de creer con esta evidencia.
Con la inclusión de los nombres de estos personajes en la lista, cualquier escenario se puede abrir, incluso aquel en el que ambos podrían estar asistiendo a defenderse en los estrados judiciales gringos por participar y/o encubrir los bacanales de depredadores sexuales que por su poder y fortuna creyeron que estaban más arriba de la ley. Este es un nuevo mundo, y en él todo puede pasar.
¿Quién era Jeffrey Epstein?
Jeffrey Epstein fue un multimillonario nacido en Brooklyn el 20 de enero de 1953. De acuerdo con la revista Semana, pese a que Epstein no había terminado sus estudios en física y matemáticas, les dictaba clase a los hijos de las familias acomodadas del Upper East Side de Manhattan en la prestigiosa The Dalton School.
Luego, dio el paso monumental a Wall Street cuando Epstein trabajó en la firma bancaria Bear Stearns por recomendación de uno de los padres de sus alumnos.
Allí llegó a ser socio por sus consejos financieros para multimillonarios de Estados Unidos. Aunque muchos consideraban a Epstein como un sujeto con índices de moralidad muy bajos, también le reconocían su gran carisma y encanto.
De acuerdo a medios estadounidenses como Vanity Fair y Gawke, Epstein después conoció a Leslie Wexner, presidente de L Brands y dueño de marcas como Victoria’s Secret, con quien trabajó como asesor financiero; sin embargo, se ha hablado bastante respecto a que entre ambos había más que una amistad.
Gracias a esta relación, Epstein aumentó su fortuna y patrimonio en Estados Unidos, principalmente en la Florida.
En los años en los que construyó su imperio, Jeffrey Epstein se hizo de varios contactos de las élites más altas de Estados Unidos y los funcionarios con mayor poder en el país. Entre sus “amigos” estaban Donald Trump y el expresidente Bill Clinton.
En 2002, Donald Trump le comentó a la revista New York que conocía «a Jeffrey Epstein desde hace 15 años, es alguien estupendo. Se dice que le gustan las mujeres hermosas, como a mí, y muchas de ellas están entre las más jóvenes «.
Es mejor tener amigos que plata
Pese a que las autoridades sospechaban que Epstein conformaba una red para abusar de niñas menores de edad —que funcionó entre 2002 y 2004, y que podría arrastrar a muchos de sus amigos poderosos a la cárcel— solo en 2005 prestaron atención cuando los padres de una menor de 14 años lo denunciaron ante la policía de Palm Beach, Florida, por supuestamente haber abusado de ella.
Cuando las autoridades empezaron a investigar, hallaron que el multimillonario tenía una red, con algunos de sus empleados, para conducir menores de edad a sus residencias en Manhattan y Palm Beach.
Al parecer, Epstein las convencía de ir a su casa y cuando estaban allí, simplemente le daba 200 dólares a cambio de un “masaje” que terminaba en actos sexuales.
«En esa época también salieron a la luz las fiestas o las orgías que hacía en su casa o en su isla privada, ubicada en las Islas Vírgenes, y a las que el millonario invitaba a sus amigos. Allá llevaba a varias de las niñas, a quienes transportaba en su avión privado, al que la prensa bautizó ‘Lolita Express’», relata Semana.
En 2006, el sólido caso llegó a la justicia y Epstein fue acusado legalmente de tener relaciones con una menor. En su defensa, Epstein dijo que siempre creyó que se trataba de mujeres mayores de 18 años que consentían los encuentros sexuales.
Sin embargo, el caso tuvo un curioso giro cuando el fiscal federal de Miami, Alexander Acosta —quien terminó siendo el secretario de Trabajo en la administración de Trump— negoció con los abogados de Epstein para que este se declarara culpable de prostitución infantil y aceptara quedar incluido en el registro federal de delincuentes sexuales, a cambio de parar los otros cargos.
Epstein aceptó e ingresó a la cárcel en junio de 2008. Pero, gracias al trato con Acosta, solo pasó detenido 13 meses, además, durante su reclusión lo dejaban salir a su oficina durante 12 horas al día, seis días a la semana. Casi, casi como en Colombia.
Cerca de una década después, Epstein volvió a ser noticia gracias a su arresto en Nueva York y por el allanamiento de su casa, donde se encontraron cientos de fotografías de desnudos y pornografía infantil, hechos que lo enfrentaban a una pena de 40 años.
Finalmente, el 10 de agosto de 2019, se «suicidó» en su celda casualmente cuando las cámaras de seguridad no funcionaron y los guardias supuestamente se durmieron.
Pastranita será conocido en adelante como «Lolito Express». jajajajaaja
Lo más aberrante es que , posibles violadores, como Pastrana, salgan a dar lecciones de moral y rectitud. Cínicos, sinvergüenzas.