Columnista:
Angélica Carranza
Después de varias semanas de sufrir un tedioso encierro y, en el caso de muchos días de hambre, debido a la pandemia mundial conocida como COVID-19, hemos tenido tiempo de escuchar hasta el más profundo de nuestros pensamientos en torno a la incertidumbre que genera esta época de crisis y, muchos, ya empezamos a preguntarnos qué ha de suceder, en términos económicos, con nuestro futuro cercano tan pronto pase esta.
Lo que sí es claro es que, según la opinión de importantes especialistas en economía internacional, el mundo no atravesaría siquiera por una recesión, sino por una depresión económica mundial; esto, en palabras más o palabras menos, quiere decir que la crisis económica que se avecina puede hacer colapsar el orden mundial que actualmente conocemos y, de este modo, dar paso a nuevos modelos económicos, nuevas potencias mundiales, nuevas monedas regentes o en la cima de la Bolsa de Valores mundial, así como también nuevas maneras de manejar nuestros recursos en pos de la recuperación de la vida de este agotado planeta.
Pero, ¿qué tiene que ver todo este planteamiento con nuestros bolsillos? Es simple: al caer los grandes, caen los pequeños. Países que son conocidos como potencias mundiales en estos momentos, podrían no serlo después de la crisis y, en este orden de ideas, podría haber cabida para una nueva potencia mundial que imponga una nueva moneda con poder y un nuevo idioma “para los negocios”. Nuestra moneda deberá adaptarse a los nuevos ajustes en relaciones cambiarias, y de ese modo es posible que este cambio pueda favorecer o, que por el contrario, sea totalmente desfavorable y perdamos cada vez más poder adquisitivo.
Algo más a tener en cuenta es la escasez de alimento. En estos momentos las cosechas a nivel mundial se están perdiendo, ya que no hay mano de obra suficiente que pueda recolectar, almacenar y distribuir exitosamente los productos del campo; teniendo en cuenta que los cultivos toman cierto tiempo en dar su fruto, aún si se empezara a plantar ahora, debe esperarse al menos unos meses para comenzar a tener cadenas de suministros nuevamente, pero recordemos que en el momento nos encontramos en cuarentena y, hasta que este flagelo de la pandemia no deje de asotarnos, no se podrá proceder a empezar a cultivar de nuevo. Entonces es de esperarse que, así se tenga el dinero, es probable que sea casi imposible encontrar comida en unas semanas.
La microeconomía y la macroeconomía siempre han sido compañeras y han ido siempre de la mano. Al resentirse la economía de cada núcleo familiar se resiente la economía de todo un país y, por ende, la economía del mundo entero, ya que el mundo globalizado permite interconexiones que dejan en evidencia que somos totalmente dependientes del comercio internacional; esto es, las importaciones y exportaciones rigen nuestro modelo económico actual y al haber cese de operaciones en este sector de la economía, se cierran empresas y negocios que emplean a miles de personas. Al haber desempleo elevado, hay crisis económica, y es preponderante esperar un tiempo para echar a andar de nuevo la rueda; este es el reto que debemos afrontar como sociedad. La caída del precio del petróleo, como consecuencia de la afectación económica que ha generado el virus, plantea la posibilidad de nuevas contiendas entre varios países que buscan mantener el monopolio de la comercialización del hidrocarburo. ¿Es posible entonces que haya una guerra por poder?
Es casi imposible determinar qué puede suceder tan pronto pase la pandemia; sin embargo, es necesario estar anuentes del hecho de que nuestra forma de vida no será la misma, al menos por un tiempo. A través de la historia de la humanidad se ha visto cómo los tiempos de crisis preceden a nuevos modelos económicos. Es como si la misma sociedad hiciera un replanteamiento y desde este punto empezara a funcionar todo desde cero. En épocas de crisis ha habido millonarios que han quedado en la bancarrota y ha habido pobres que se han vuelto millonarios. Asimismo, ha habido naciones que justo después de grandes crisis han dejado de ser grandes potencias o imperios, y ha habido otras que han empezado a brillar y surgir como nuevos modelos sociales, políticos y económicos. En este orden de ideas, es posible que la actual crisis dé lugar al nacimiento de un nuevo modelo económico, político y social. Seremos afortunados de ser testigos de tal cambio histórico en la humanidad.
Por último, la ambientalista Greta Thunberg planteó en su última conferencia mundial que el modelo económico que rige al mundo actualmente es insostenible, y que no se puede pretender que el crecimiento de las economías de los países sea infinito. Hoy el planeta le ha dado la razón a Greta; parece que tan solo un par de semanas después de mantenernos en cuarentena, nuestro planeta Tierra empieza a florecer. Parece que íbamos por la vida en una carrera sin fin, motivada por la falsa idea de poder llegar a ser “millonarios” algún día, si se tenía la convicción de poder lograrlo, ya que el sistema capitalista “lo permite”. Se ha visto fauna silvestre recorrer calles de grandes ciudades y océanos lucir aguas cristalinas de nuevo. La cuarentena nos ha enseñado de alguna u otra manera que podemos vivir todavía en armonía con nuestra gran casa que es nuestro planeta. Es probable que esto nos enseñe a integrarnos con nuestro entorno y, a no permitir, que ningún modelo económico ponga en peligro la seguridad ambiental a costa del enriquecimiento de algunos pocos grupos económicos.
Fotografía: cortesía de Tabeajaichhalt.
coincido con el contenido en general de su escrito. Es importante, que la comunidad internacional, a traves de sus gobiernos nacionales, se hagan sentir y escuchar, para que en adelante, los lideres politicos en el ejercicio de sus poderes, centren la economia lugareña, en el respeto al Planeta en no destruirlo, y que en ese mismo centro esta el hombre. No permitir el abuso en la propiedad privada y acumulacion de riqueza, a ultranza poniendo en peligro la continuidad de ka especie hunana y las demas especies. Un sistema Economico Social Hibrido, con un poco de principios del Capitalismo y mucho del Socialismo realista, controlando con techos, los patrimonios liquidos, la propiedad de la tierra, la explosion demografica obligatoria, se puede convivir en la Tierra, en la diversidad, diferencia y la equidad, sin exclusiones de la realizacion plena de los seres humanos, sin importar la etnia, credo religioso, sexo, concepcion del mundo, y preferencias y amistades intelectuales y sociales, con base en el liderazgo de los cientificos y la ciencia, y no de los politicos manipuladores de todos los pelambres.
Gracias por su acertada reflexión y respuesta a la columna de opinión. Así como usted lo plantea es el deber ser del actuar humano, todos -incluyendo ciudadanos y gobernantes-en pro de un bien común. Temas como el control de la propiedad privada (para evitar formaciones de monopolios y latifundios) lo cual lleva al colapso total de nuestro sistema de vida son esencialmente importantes para el desarrollo adecuado de nuestra sociedad. Un sistema social híbrido, así como usted lo plantea, sería el escenario ideal y camino a seguir si queremos una sociedad más igualitaria y más amigable con el medio ambiente y nuestro entorno. Lo planteado en su respuesta daría a cada ser humano paz mental, la cual es esencial para el progreso de una sociedad.
Propongo el nuevo sistema: económico, político y social. Reemplaza el viejo sistema basado en el egocentrismo. Durante más de 2000 años se estuvo hablando y escuchando de este único y definitivo modelo. Quien nos lo enseñó sabía que a este punto de la historia ibamos a llegar y que es el momento de ponerlo en práctica. Una buena y bella forma de vivir, se llama: Cristocentismo.