Columnista:
Álvarez Cristian
Quién lo diría, no ha pasado ni un año desde que se descubrió que el hermano de Martha Lucía Ramírez era un traficante de heroína, han pasado 15 meses del escándalo de la narcofinca del embajador Fernando Sanclemente y ahora otra «tragedia familiar» sacude a la gente de bien de nuestro país.
Esta vez, la afectada fue la familia Azcárate Jaramillo, ya que una avioneta de matrícula N722KR, serie LJ-1065, que transportaba casi media tonelada de cocaína a la isla de Providencia, fue descubierta por las autoridades, tal como lo reseñó la Agencia de Periodismo Investigativo (API).
La avioneta—que tiene aceptación de certificado de matrícula extranjera expedido por la empresa estadounidense Logistic Air Services Inc—posee el permiso de explotación RME9341 de la Aeronáutica Civil.
La empresa a la que se le concedió este permiso de explotación es Interandes Helicópteros S. A. S. la cual fue constituida el 5 de diciembre de 2012 en Bogotá por los señores Miguel Jaramillo Arango y Fernando Alfonso Escovar Langebeck con un capital de $130 millones de pesos pagado por partes iguales.
Cabe resaltar que Jaramillo es el esposo de la ¿humorista? Alejandra Azcárate Naranjo, reconocida por su posición política y su peculiar «sentido del humor».
Dentro de los registros oficiales a los que accedió API, uno de ellos indica que la avioneta Beechcraft, modelo C-90 de 37 años de antigüedad, tiene un valor comercial de $1.503 millones de pesos.
A dichos números se le deben sumar los 5 mil millones de pesos que valieron los 446 kilos de cocaína (que esperaban ser comercializados en Estados Unidos por 35 millones de dólares, según API) y los 102 millones de pesos que los tripulantes llevaban en efectivo.
Como el caso ha subido como espuma en las redes sociales, momentos después de que el periodista de La W Juan Pablo Calvás se refiriera a este hecho como «una situación bastante infortunada» para Alejandra Azcárate, ‘Julito’ Sánchez Cristo confesó que habló del asunto con la señora Azcárate.
En palabras de Azcárate —citadas por Sánchez Cristo— Miguel Jaramillo y un amigo suyo (que al parecer es Escovar Langebeck) estaban en una finca.
Estando allí, el amigo de Jaramillo recibió una llamada telefónica donde se le solicitaba apoyo para el envío de una ayuda humanitaria a través de la Patrulla Aérea Civil Colombiana. Finalmente, el amigo de Jaramillo —quien al parecer es también miembro de la Patrulla Aérea—accedió a prestar su avión para el envío de la ayuda.
Causó curiosidad que ‘Julito’—personaje al que generalmente se le considera incisivo cuando tiene que entrevistar a personalidades menos mediáticas—se comportara tan magnánimo, sorprendido y hasta pasivo con las preguntas que un tema tan delicado deberían arrojar.
Un tema que llama poderosamente la atención es que Azcárate señala que el avión pertenece al amigo de Jaramillo; no obstante, en la documentación aportada por API se lee claramente que la avioneta «No tiene propietario registrado en Colombia».
Siguiendo con la historia narrada por Azcárate a ‘Julito’, posteriormente, este personaje recibió una llamada de la Policía donde se le informaba de la incautación y se le pedían explicaciones de lo sucedido.
Según Azcárate, Jaramillo y Escovar luego de dar sus respectivas declaraciones en la Fiscalía, fueron aceptados inmediatamente como víctimas en el proceso sin que aún se hayan surtido las investigaciones del caso.
Tal parece que esta «situación bastante infortunada» como la bautizó el periodista Calvás, va a tener un final feliz y la tendremos que retirar del contador de «tragedias familiares» que tanta pena le generan a «la gente de bien» de Colombia.