Ojalá pudiéramos sacarlo, expresidente Uribe

Autor: Ían Schnaida

Ya no son extrañas las visitas del senador Uribe a territorio que terminan en abucheo por parte de amplios sectores de la comunidad. La más reciente ocurrió en La Calera, cerca a Bogotá, donde luego de lanzar un discurso incendiario de los suyos, les dijo a los asistentes “se callan o los callamos» tras las constantes críticas recibidas. 

Ese tipo de amenaza en plaza pública no hace más que alentar el comportamiento antisocial y elitista de sus seguidores, que se ven envalentonados para romper banderas de equidad, pedir y prometer plomo o amenazar a sus anchas. No le hace bien a la democracia que, tanto dicen amar, que el líder del Centro Democrático —sí, democrático— dé ejemplo de arbitrariedad, violencia y cero tolerancia a la otredad. 

Ante las protestas que lo acompañaron desde que arribó al municipio, el expresidente se terminó de poner de mal humor —un mal que parece ser de partido, porque asesores políticos indican que hay candidatos del CD que no van a debates, ya que se encienden más fácil que un fosforito. 

Las pancartas y gritos de “¡Fuera Uribe! ¡Fuera Uribe! ¡Fuera Uribe!”, hicieron que el expresidente respondiera iracundo “¡Sáquenme! ¡Sáquenme!” en un tono retador.

Para desgracia nuestra y de las múltiples víctimas de la gestión de Álvaro Uribe Vélez no podemos sacarlo tan fácil, porque el que es considerado como ‘el mejor comunicador del país’, ha hecho un arduo trabajo preparando la opinión pública para tener su línea de defensa ciudadana que amenaza con incendiar el país si la justicia llega donde su mesías de crocs. 

Ahora, ante casi 300 investigaciones que pesan sobre el presidente eterno del presidente Duque, está andando uno de los procesos más tontos, si comparamos los señalamientos por masacres, por ejemplo. Y ha sido casi un milagro, porque la Comisión de Acusaciones, que se convirtió en la de Absoluciones, es famosa por dejar dormir en sus gavetas los demás casos. 

Ojalá pudiéramos sacarlo, expresidente, pero no será fácil, como no ha sido fácil poner en público el contradiscurso necesario para contarle a la gente lo que los medios patrocinados callan. 

Las elecciones regionales del 27 de octubre serán trascendentales para este propósito. Está en manos de cada ciudadano ir a las urnas y votar a conciencia. Reciba el tamal, pero, por su bien, vote bien, o sino solo va a recibir ese tamal en 4 años y lo que necesitamos son excelentes gestores de lo público, que mejoren nuestra calidad de vida, no su armario y sus propiedades. Que hagan y no roben ni un poquito o, de lo contrario, no nos sirven realmente. 

• Ojalá pudiéramos sacarlo, expresidente Uribe, quizá si avanzan las investigaciones en su contra por más de 10 000 ejecuciones extrajudiciales.

• Ojalá pudiéramos sacarlo, expresidente Uribe, quizá si en elecciones dejan de aparecer formularios E14 extrañamente alterados. 

• Ojalá pudiéramos sacarlo, expresidente Uribe, quizá si dejan de ponerse de pie a aplaudir y tomarse selfies cuando usted llega al Consejo Nacional Electoral. 

• Ojalá pudiéramos sacarlo, expresidente Uribe, quizá si los medios masivos empiezan a honrar su compromiso con la verdad y dejan de taparle a los suyos.

• Ojalá pudiéramos sacarlo, expresidente Uribe, pero por más que usted diga que se va a retirar, el país se pueden gobernar desde El Ubérrimo. Ya lo hemos visto.

• Ojalá pudiéramos sacarlo, expresidente Uribe, (continúen ustedes, amigos lectores).