Nuevo escándalo, mismo Gobierno

Columnista:

Lady Orozco

Una mujer que ha querido mostrarse como el prototipo de ciudadana ideal, esa que le sirve al pueblo solo esperando un sueldito para vivir de manera humilde con su familia ¡no tiene por qué estar sometida a estos escándalos de narcotráfico!, ella no lo ocultó, solo no se lo dijo a la opinión pública.

No podemos señalar a una mujer que lo único que ha hecho es llamarnos “atenidos”, antes deberíamos seguir el ejemplo de su familia, esa que se ha matado como mula trabajando en cosas netamente legales.

Nosotros los colombianos no deberíamos enojarnos con semejante mujer, solo nos ocultó un pequeño detalle que no iba a cambiar el revuelo de su campaña, ¿o sí? Ella ocultó solo un detallito, como si a un exguerrillero se le olvidara contar dónde están los cultivos, nada del otro mundo. Aunque, ellos sí habrían sido llevados a otras instancias.

¿Con qué derecho la vamos a señalar después de dejar pasar escándalos como la ‘Ñeñepolítica’?, ese que nos han intentado ocultar una, otra, y otra vez.

Señores colombianos, ¿qué hay de nuevo en todo esto?, tenemos una larga fila de políticos enlodados con temas de este tipo: el proceso 8000, la ‘parapolítica’, DAS… y lo que le faltaba al pastel, la ‘Ñeñepolítica’.

Quizás, el problema no esté tanto en este escándalo que se está creando, sino que todo radica en el tipo de política que estamos y seguiremos construyendo por mucho tiempo más. No les exigimos absolutamente nada a los que se están subiendo al poder. No hacemos control político, escogemos a los mismos con los mismos y, sobre todo, dejamos pasar escándalo tras escándalo.

Estamos cansados de despertarnos en un escándalo tras otro, pero, ¿saben qué más nos agota?, ¡que no pase absolutamente nada porque hay un fiscal de bolsillo!, ¡y aún así seguiremos votando por los que dice el eterno!

Estamos cansados de los mismos medios paupérrimos y arrodillados, esos que nos aseguraban que nos volveríamos una Venezuela si cambiábamos de tipo de Gobierno, pero que nunca nos advirtieron que con el actual, estaríamos peor que la patria vecina.

Estamos cansados de funcionarios como la vicepresidenta, esa que se esconde tras las faldas del eterno para que salga a su cuidado cada vez que se presentan este tipo de sucesos, lo mismo que hace o haría nuestro actual “presidente”.

Señora vicepresidenta, permítame sumarme a esas personas que exigen su renuncia, es que no entiendo cómo sería capaz de seguir con su cargo (ese del que no hemos visto nada) teniendo un problema familiar tan enlodado. No puedo negar que me preocupa que usted sí llegue a pagar la recriminación ciudadana de la que ha logrado escaparse su eterno, pero es que cuando uno se arrodilla ante tales sujetos, pues sabe quién es el que va a terminar parado en caso de una caída.