Hoy no es un día cualquiera, este 8 de marzo las mujeres paramos.
En 45 países estamos en huelga, se para el consumo, las tareas domésticas, el trabajo y el estudio. La idea es demostrar que el mundo no funciona igual sin nosotras.
Aunque esta fecha se presta para felicitaciones, flores y regalos en realidad hoy es un día para reflexionar, conmemorar y exigir, no para que nos compren cosas.
¿Qué queremos? Igualdad en las condiciones laborales, que las mujeres trans puedan trabajar, reconocimiento de la labor en el hogar, aborto legal, implementación de políticas públicas que combatan la violencia de género y erradiquen la cultura machista.
La asimetría aún existente en las relaciones de poder entre varones y mujeres responde al patriarcado, un modelo en donde el dominio de los hombres aún se mantiene. Esto se ve reflejado en las instituciones públicas y privadas ya que de manera individual y colectiva se apropian de su fuerza productiva y reproductiva, propagando la inequidad y utilizando en muchos de los casos la fuerza.
En los lugares de trabajo los hombres siguen ocupando mejores cargos y son quienes toman las decisiones, incluso en las áreas donde hay alta presencia femenina, lo que da cuenta de un problema estructural. Las mujeres no solo deben aguantar comentarios sexistas y el acaso laboral, también el querer ser madres las excluye del mercado profesional.
Las normas penales no han logrado su objetivo. Muchas de las denuncias no prosperan, por carencia de “pruebas contundentes”, por falta de testigos, por la lentitud de los trámites, la complejidad de los procesos, también porque muchas mujeres no desean que el victimario reciba una condena, teniendo en cuenta que su búsqueda va más encaminada a encontrar protección y apoyo para salir de la situación de violencia.
Imagen cortesía de: Los Angeles Times
La transgresión se ha amoldado a las nuevas tecnologías y ha adoptado formas de propagación como es el caso de la violencia de género digital, hoy en día es frecuente encontrar en las redes sociales acciones como: sextorsión, ciberbullying contra niñas y adolescentes, publicación de fotos desnudas con mensajes humillantes, difusión no autorizada de videos de sexting protagonizado por mujeres, explotación sexual online, captación de mujeres para la trata de blancas. Estas acciones delictivas suelen pasar inadvertidas en las denuncias e interrogatorios judiciales.
Más que nos digan que somos bellas y hermosas, necesitamos parar esta situación, cada día cientos de mujeres pierden la vida a causa de la violencia, por eso es importante que hoy todas salgamos a marchar porque necesitamos más voces críticas que cuestionen ese machismo tóxico que mueve a los que agreden. Necesitamos conocer nuestros derechos. La sociedad tiene que reconstruir a la mujer desde los hechos y eliminar las etiquetas que discriminen.
No quiero que me feliciten por ser mujer, yo quiero derechos.
