Los cuestionamientos en torno a este tema comienzan a generarse después de muchos sucesos que se van presentando día a día en las diversas regiones del país. ¿Realmente podemos hablar de inclusión cuando en el 2017 se asesinaron a 109 integrantes de la comunidad LGBTI?
Pero ellos no han sido los únicos que han sufrido el rechazo de colombianos que seguimos teniendo estereotipos sin fundamentos. Y sí, digo seguimos porque tanto usted como yo, hemos sido parte de ese pensamiento.
Piense usted en la población afro. En nuestro país aún se le cierra las puertas de un empleo a una persona solo por su color de piel. ¿Le escandaliza eso?, pues esa es la situación que padacen millones de afrodescendientes en un país como el nuestro.Las garantías de una vida digna para estas personas son mucho más bajas que para alguien blanco. Pero la discriminación no para aquí.
Piense usted en los jóvenes que no tiene recursos para continuar con una educación superior; ¿son tratados de la misma manera que los pocos afortunados que podemos hacerlo?, pues no.
Las universidades públicas no cuentan con los cupos suficientes y las becas no logran favorecer ni a la mitad de los jóvenes de nuestro país que se quedan por fuera de esos cupos. Ellos deben comenzar a trabajar desde una edad temprana para lograr llevar algo de comer a sus hogares porque el Estado se olvida de las personas más necesitadas.
Y no solo discriminamos a personas; ¿qué tal de los animales que viven en la calle?, ¿o los que son violados por degenerados? Y cómo olvidar a esos que los ponen a reproducirse sin ningún control.
Las fundaciones ya no dan abasto por más de que dediquen su vida a eso. Necesitamos es conciencia, y hasta que no la tengamos estas instituciones están de manos atadas por más de que su trabajo nunca pare.
No se puede pensar en un país de diversidad ni de inclusión hasta que, al menos, comience a respetar aquellos que piensan, son o sienten de maneras diferentes a las que estamos acostumbrados.
Colombia será un país de inclusión y diversidad cuando todos tengamos las mismas oportunidades de crecimiento, o cuando los que no pueden hablar se sientan felices porque aún así, sus necesidades son subsanadas.
Por ahora, seguiremos siendo un país en «vía de desarrollo», que trata de luchar en contra de la desigualdad, el racismo y la falta de oportunidades en aquellas personas que no tienen un poder o status social.
Foto cortesía de: Semana Rural