El 27 de septiembre de 2009, Rafael Pardo venció a otros seis precandidatos presidenciales tras una intensa campaña de 90 días. En esa consulta Pardo venció con el 30% de los votos y aunque en la lista figuraron nombres como el del ex-fiscal Alfonso Gómez Mendez y el de la ex-ministra Cecilia López Montaño, su oponente más cercano fue el entonces ex-gobernador de Antioquia Anibal Gaviria Correa, quien obtuvo el 52% de sus votos en su departamento y que era prácticamente desconocido por fuera de los círculos políticos.
Pardo salió vigorosamente entusiasmado tras vencer en la consulta y lograr convencer a Gaviria de ser su fórmula vicepresidencial. Pero la cercanía de los jefes políticos del liberalismo al entonces uribista Juan Manuel Santos, desmoronó la candidatura y aunque en la consulta participaron 1’356.821 liberales, en la verdadera elección Presidencial, la fórmula Pardo – Gaviria obtuvo tan sólo 636.302 votos, que sólo significaron el 4.4% y se convirtieron en la peor votación presidencial del liberalismo en la historia.
El escenario de hoy parece más complicado. Luego del Congreso Liberal los senadores Viviane Morales y Juan Manuel Galán se retiraron de la balota, lo que significa perder importantes votaciones provenientes de los pulpitos cristianos -en apoyo a la senadora- y de Cambio Radical, que hubiera apoyado decididamente a Galán para buscar que el liberalismo terminara respaldando a Germán Vargas Lleras.
Eso deja una disputa desigual entre Humberto De La Calle y Juan Fernando Cristo. Ambos representan la bandera de la paz. Despiertan simpatía entre los mismos sectores políticos y cuentan con respaldos importantes para la consulta presidencial. Pero es evidente que el nombre del ex –vicepresidente y jefe negociador del Gobierno en Cuba, es ampliamente más reconocido ante la opinión que el del ex –congresista y ex –ministro Cristo, que aunque figuró en primera plana durante este Gobierno, no ha tenido una exposición tan alta ante los medios y la opinión.
En caso de darse la consulta, De La Calle podría barrer con el voto de millares de simpatizantes del proceso de paz. La izquierda y los verdes podrían intervenir a su favor, en un gesto de simpatía contra la consulta conservadora y especialmente la del Uribismo, lo que podría inflar los verdaderos respaldos a su nombre. Además su imagen positiva y el agradecimiento de cientos de colombianos que lo ven como el artífice de los acuerdos podrían terminar de materializar su victoria, lo que no significa que lo vean aún como un candidato de talla presidencial o que pueda llevar estos votantes a materializar una participación importante en las elecciones de Mayo.
Por el lado de Cristo, cuenta con un importante respaldo dentro de la bancada en el Congreso, incluyendo el de los Serpa, que pueden aportar una importante maquinaria y el respaldo de decenas de parlamentarios con los que tienen simpatía. Pero a la hora de la elección presidencial, esos congresistas podrían abandonar la candidatura del ex –ministro y terminar en las toldas de Cambio Radical o de algún otro candidato más favorecido por la opinión.
Las candidaturas de Luís Fernando Velasco y Edison Delgado si son un saludo a la bandera, porque sus postulaciones pueden obedecer más a estrategias que busquen afianzar su imagen y reconocimiento ante la opinión, que las de considerar un camino serio al Palacio de Nariño.
Ahora es crucial que el Partido Liberal se ponga de acuerdo. Llevar a la colectividad a elecciones en tan corto plazo, puede terminar desinflando cualquier candidatura que resultara vencedora. Debemos recordar esa fatídica consulta de septiembre de 2009 y seguir trabajando por no repetir la historia de Rafael Pardo y la vergüenza del liberalismo en las urnas en las elecciones de 2010.
El Presidente Cesar Gaviria tiene un importante reto en este sentido, ya que de su liderazgo se desprende el rumbo del Partido durante la era post –Santos y aunque reconocemos su antipatía hacia la maquinaria corrupta de Vargas Lleras y su desprecio por la ilegalidad del Uribismo, la postulación de De La Calle tampoco coge vuelo en las encuestas y no despierta tantos apoyos como para materializar el regreso de la colectividad a la casa de Nariño.
Al Director único del liberalismo le quedaría muy bien liderar un acuerdo, llevar a Cristo y De La Calle a negociar juntos el fortalecimiento de una candidatura que abrase y defienda los acuerdos de paz con las FARC y materialice la paz con el ELN.
Las banderas del liberalismo dependen de la renuncia a los intereses personales y de afianzar en la mentalidad de la ciudadanía que las toldas rojas sí representan la paz y reconciliación que tanto añoramos los colombianos.
No sé que nombre merecen estos ladrones que con esta consulta saquean miles y millones de pesos para inflar sus egos y poder negociar más poder.
Que decepción que Humberto De La Calle defienda esa oscuridad de Cuba y quiera regalarle a esos guerrilleros amnistías y protegerlos de que paguen lo que la ley les cobra por sus delitos.