No olvidemos a la primera línea

Lejos de señalar a quienes integran la primera línea se debe concertar espacios de respeto y de no traición, pues son varias las detenciones a sus miembros. ¿Cómo confiar entonces en un gobierno que dice ir por el diálogo mientras detiene?

Opina - Poder

2021-11-11

No olvidemos a la primera línea

Columnista:

Elkin Giraldo Castellanos

 

Se conoce como primera línea al grupo de personas que han estado en primera posición durante las manifestaciones. Tanto en Chile cómo en Colombia la primera línea ha demostrado ser garante de la vida.

Los protagonistas de la denominada primera línea en su mayoría son jóvenes, su objetivo es proteger a los manifestantes de la represión. Usan escudos, cascos, gafas, elementos que sirven contra esa violencia desmedida  que ejerce la Policía y el Esmad durante las  manifestaciones.

En su momento, y quizás por la curiosidad que generaban, el apoyo hacia estos jóvenes era latente. Ahora diversos medios de comunicación los señala de «terroristas» por el simple hecho de tener elementos de protección. Y como siempre en Colombia… este tipo de discursos emitidos por las corporaciones mediáticas van calando en la sociedad. Imágenes, vídeos, los señalan como grupos armados financiados por guerrillas, la oposición, incluso se han atrevido a decir que el presidente de Venezuela Nicolás Maduro aporta a la primera línea, un disparate.

Varios también son los congresistas que han hecho eco de estas ideas perversas que solo estigmatizan la protesta social. ¿Por qué pasaron de ser casi héroes y heroínas a ser vistos como personas que merecen ser condenadas e ir a prisión, incluso la muerte?

El Gobierno nacional se ha encargado de construir un discurso asociado al vandalismo sobre la primera línea, lo que ha obligado a algunos de sus integrantes a resguardarse. El presidente ha dicho que no se puede negociar con encapuchados, sin embargo las garantías para la manifestación son pocas. Mientras esté en juego la vida no es posible ese acto de presencialidad con el rostro descubierto.

Quiénes integran la primera línea, según ellos mismos, lo relatan en varias entrevistas, dicen buscar una oportunidad, no solamente por una educación de calidad al alcance de todos, también trabajo, salud, una vida digna. Quieren ser oídos por quienes han causado el daño y ahora solo reciben el rechazo. No es casualidad que los grupos de la primera línea se encuentren en los lugares más olvidados y estigmatizados, para muchos, los «don nadie».

Lejos de señalar a quienes integran la primera línea se debe concertar espacios de respeto y de no traición, pues son varias las detenciones a sus miembros. ¿Cómo confiar entonces en un gobierno que dice ir por el diálogo mientras detiene?

En Colombia las primeras líneas se fortalecieron porque se fueron creando lazos donde se compartían espacios de alimentación o el dormir. Unas pequeñas familias empezaron a construirse en medio de la indignación, pues varios de ellos también dejaron su hogar para no poner en riesgo a sus seres queridos.

¿Qué pasará con la primera línea ahora que el Gobierno pretende regular la protesta social? ¿Es ilegal el acto de la defensa de la vida? ¿Cómo actuar ante un Gobierno que pretende disipar la protesta con armas letales? Son muchas preguntas que surgen alrededor de estos grupos que hoy tratan como villanos en marco de una crisis social, pero que en algún momento fueron aplaudidos por su gallardía. Es más lo que se les debe que lo que se les debe pedir.

En un país dónde la muerte acecha, es un riesgo estar al frente de este levantamiento popular que no ha cesado. Ojalá, cuando despertemos de esta pesadilla, se les dé el lugar que les corresponde. A la primera Línea, gracias, estamos en deuda.

 

( 1 ) Comentario

  1. Elkin, segun usted, estos son anglitos, que solo querian quemar policias, incendiar carro (de servicio publico uncluso), impedir que los almentos llegaran a quien los nicesitaban, impedir que enfermos llegarn a los hospitales, que la gente que salia de su trabjo pudiera llegar a sus casas, disparando, destruyendo, incendiando, robando etc. angelitos o bellacos, bandidos, asesinos.

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Elkin Giraldo Castellanos
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