Para lograr la Colombia que anhelamos y merecemos hay que desarrollar el inmenso capital humano colombiano; a la gente hay que darles oportunidades para que puedan demostrar lo mucho que tienen para aportar a una Colombia que bien puede convertirse en potencia mundial… si queremos.
Suena a cinismo escuchar al gobierno y a sus empresarios “aliados” cuando pregonan que le apuestan a un país más equitativo y sobre todo muy productivo, mientras traban el acceso al trabajo a millones de desempleados –sobre todo jóvenes- tan necesitados de poder vivir bien y en paz.
Uno de los derechos humanos más vulnerados en Colombia es el derecho al trabajo; amparado por el Artículo 25 de la Constitución Política de Colombia donde se dice que el trabajo además de un derecho es una obligación social y que goza de la especial protección del Estado. Más que carreta es una burda burla al pueblo colombiano, porque los gobiernos jamás han dicho ni hecho nada para evitar que se siga discriminando a la gente cuando se les pide tiempos de experiencias para trabajar, exigencia discriminatoria que vulnera uno de los derechos consagrados en nuestra carta magna y de los que más necesitamos se hagan valer.
Es normal y lógico que las empresas e instituciones, tanto públicas como privadas, sean libres de pedir a quienes aspiren trabajar, que certifiquen experiencias y/o demuestren competencias. Sin embargo, otra cosa es condicionar el optar por trabajos basándose en tiempos de experiencias: muchas personas llevan años “escampando” en empresas o pasando por varias, pero no porque sepan mucho, sino porque demostraron todo lo contrario, quienes tendrían pésimos desempeños en donde les contraten basándose en los tiempos de experiencias que enarbolan.
De dónde puede sacar experiencias un joven recién graduado si no le dan oportunidades para demostrar talentos y capacidades -la ley del 1er empleo sólo abarca hasta los 28 años y a los de más edad qué-, cuántas personas adultas han sacrificado años y dinero para lograr el anhelado sueño de ser profesionales y cuando lo materializan no se les permite desarrollarse porque ya “son viejos”.
El talento no tiene edades. Hay países como Cuba y Japón, por solo citar par de ejemplos, que han devenido en potencias (medicina, pedagogía, artes, tecnología) gracias al desarrollo del capital humano.
Cuba sobrevivió a la severa crisis socioeconómica de los 90’ por la preparación de los cubanos. Salvando las distancias y contextos, en Colombia ya empezamos a vivir una durísima crisis emanada de los nefastos impactos de la Reforma Tributaria y de la corrupción que hizo metástasis, crisis que nos tocará sobrevivir, y lo lograremos, con el emprendimiento y por la tenacidad de los colombianos.
Para tener paz hay que vivir bien, lo que podemos lograr desarrollándonos haciendo la Colombia que tanto necesitamos y merecemos.
Adenda: Desde este 3 del 3 a las 3 (3 de marzo a las 3:00 pm) miles de colombianos emplazaremos a la Corte Constitucional para que los ilustres magistrados se pronuncien sobre que se prohíba pedirse tiempos de experiencias a los colombianos para trabajar. Les va a tocar reconocer ese derecho que se nos ha venido vulnerando durante décadas.