Columnista:
Ed Ladino
Recuerdo que por allá en el 2017 me emocionó mucho ver a una pareja de hombres casarse en Cali, allá pasé varios años de mi vida entre la Universidad del Valle y la vida nocturna en Granada, Menga y la 66, le cogí cariño a esa ciudad que me abrió sus brazos como un segundo hogar. Creo que por esto aun viviendo en Bogotá, me llamó mucho la atención cuando en las redes empezaron a aparecer las noticias sobre Felipe y Ramiro, así se llamaban. Recuerdo una foto de ellos, ambos con trajes blancos, muy felices. Felipe había sido uno de los que impulsaron el movimiento para el matrimonio igualitario en Cali y pues verlo conquistar este reto, era algo bastante emotivo, un triunfo de la lucha por nuestros derechos, pensé. Cali ha sido históricamente una ciudad azotada por la violencia y la población LGBITQ+ no se ha escapado de esta horrible realidad.
El machismo que predomina en el ambiente caleño es un caldo de cultivo para comportamientos homofóbicos y debo decir que personalmente fui agredido en la ciudad en varias oportunidades. Cada triunfo de la población LGBITQ+ es entonces un triunfo en colectivo, pensar que la ciudad se va abriendo a distintas formas de vivir ofrece una leve esperanza en el nauseabundo entorno machista que nos movemos en Colombia. De ese 2017 hasta hoy han pasado muchos días, dos presidentes, una pandemia y violencia desmedida como no vivíamos en décadas. Colombia y el mundo se encuentran en medio de fuertes transformaciones sociales y se evidencia cada vez más la lucha entre los nacionalismos autoritarios y las ciudadanías libres.
Ahora observo la realidad desde otra perspectiva una que me tiene cientos de miles de kilómetros lejos de Cali y obviamente de Colombia. Gracias de nuevo a las maravillas de la sociedad de la información en la que vivimos inmersos, llegó a mí una imagen bastante impactante desde esa ciudad. En esta imagen se veían varias personas que pertenecen a la población LGBITQ+ y entre ellos lideres y activistas, todos llevaban indumentarias alusivas a un candidato a la presidencia. En el medio de ellos se podía observar la bandera arcoíris, un símbolo mundialmente conocido de la lucha por nuestros derechos, así mismo se observó en video a uno de estos activistas manifestando su apoyo a uno de los candidatos presidenciales justificando esta adhesión porque según él su ahora candidato había mostrado apoyar a la población debido a que cuando en el cerro Nutibara de la ciudad de Medellín, un fanático de ultra derecha había bajado la bandera y la había cortado con violencia, este candidato había manifestado su rechazo. El sujeto en cuestión no es otro que Federico Gutiérrez, exalcalde de Medellín y ungido por el establecimiento en pleno para ser el sucesor de Iván Duque se busca con él dar continuidad a las políticas del gobierno actual y otras cosas que no vienen al caso. Dejando de lado lo risible que suena eso es importante tener en cuenta que FICO, como ha preferido nombrarse en un intento de generar mayor recordación, es el candidato del continuismo, de los mismos de siempre, no por nada lo apoyan tres de los cinco expresidentes vivos.
La foto y el video produjeron en mi gran indignación. No solo se estaba utilizando un símbolo de la lucha por los derechos de una población como propaganda política de un representante de los anti derechos, sino que además relevantes figuras del activismo local estaban poniendo su cara e imagen para eso. Las razones para hacerlo, cada uno las tendrá claras, no las conozco y estaría mal debatir sobre supuestos. Pero lo que sí es claro, por lo menos para mí, son las razones para que cualquiera, que se llame a si mismo defensor y/o activista por los derechos de la población LGBTIQ+ debería tener presente para no «identificarse» con el candidato del llamado «Equipo por Colombia» y en general cualquier individuo que vaya a votar.
Empecemos por los partidos que integran el equipo por Colombia: Conservador, Centro Democrático, Mira, La U, y algunos grupos diversos cercanos a Peñalosa y Char. Tres de ellos son abanderados de las causas anti derechos, es decir que se han opuesto tajantemente y además han hecho campaña en contra de nuestros derechos (CD, Conservador), si bien el MIRA ha sido uno de los que promovió la ley antidiscriminación, su papel ha sido determinante en el entorpecimiento del acceso a los derechos de nuestra población.
Según recientes informes de Colombia Diversa y Caribe Afirmativo sobre la población LGBITQ+, durante el Gobierno de Iván Duque, uno de los principales obstáculos a los que se enfrenta la población es la falta de adoptar la política pública para la garantía del ejercicio efectivo de los derechos de las personas que hacen parte de los sectores sociales LGBTIQ+ y de personas con orientaciones sexuales e identidades de género diversas. Esta política surge a partir del Decreto 762 de 2018 firmado por Guillermo Rivera, el entonces ministro de interior de Juan Manuel Santos. En gran medida esta dificultad en la implementación surge a raíz de opositores de los derechos LGBITQ+ dentro de estas instituciones como ha sido ampliamente denunciado por activistas en medios nacionales. En este aspecto el nombramiento de Ricardo Macías Arias, cuota política del Partido Colombia Justa y Libres en el cargo de director de Derechos Humanos en el Ministerio del Interior jugó un importante papel.
Otra aterradora conclusión la encontramos en nada que celebrar, informe de derechos humanos personas lesbianas, gays, bisexuales y trans en Colombia, de la organización Colombia Diversa, donde señalan, por ejemplo, que el 2020 fue el año con mayor número de violencias reportadas contra personas LGBITQ+ aun cuando fue uno de los que menos información se ha podido obtener a cerca de los hechos, debido al desinterés del estado por proporcionarla.
«Sin información detallada, es muy difícil que las organizaciones de la sociedad civil realicen análisis más minuciosos. Esta situación no es compensada por las instituciones, ya que ellas tampoco están usando la información de que disponen con el fin de identificar posibles patrones y tomar medidas efectivas de prevención o protección. De esta manera, se configura un cumplimiento a medias de las obligaciones del Estado, ya que las instituciones producen información, pero no la usan para los fines que se necesitan»
Volviendo un poco de lo que a mi parecer es lo más grave y estructural del por qué ‘Fico’ no es una opción viable para nuestra población, quisiera mencionar además un hecho que no debe pasar desapercibido, el Centro Democrático, uno y quizás el más directo promotor de la candidatura, violentó a los LGBTIQ+ cuando usó el prejuicio y el odio hacia nosotres para obtener la victoria en el NO del plebiscito por la paz.
Me tomé el tiempo de leer la cartilla con las propuestas para los LGBITQ+ que tiene ‘Fico’ y es muy interesante darse cuenta como hasta ellos reconocen la inoperancia de este gobierno con relación a nuestra población, la primera de sus propuestas es justamente implementar la Política Publica que lleva desde el 2018 engavetada por un presidente que, según las palabras del propio Gutiérrez, lo ha hecho bien. Pero sigamos en la cartilla, casi todas sus propuestas parecen calcadas del Decreto 762 firmado por Santos, son 12 puntos de los cuales más de la mitad se borran con solo cumplir el primero.
En esta cartilla además encontramos una sección donde presentan unas cifras, tomadas de informes de Colombia Diversa, el DANE y otros. Por ejemplo, la campaña FICO menciona que en el 2019 se presentó una reducción del 2,75 % en muertes contra personas LGBITQ+, si tuvieran en cuenta los informes actuales deberían decirles a sus electores que: «2020 muestra un panorama preocupante. En primer lugar, porque, a diferencia de años anteriores, los asesinatos de personas LGBT fueron más del doble de lo registrado el año anterior (+112,25 %). Y, en segundo lugar, porque las amenazas y los hechos de violencia policial continuaron registrando una tendencia al aumento, pero en 2020 fue más pronunciado que en años anteriores: el número de víctimas de amenazas se triplicó (+216,98) y el número de víctimas de violencia policial se incrementó en un 60,55 %».
No olvidemos que FICO es también un gran entusiasta de la fuerza pública, hasta fue condecorado por el actual general Zapateiro junto a la senadora Paola Holguín. También hablan de las amenazas, donde de nuevo se van al 2019, mencionan 107, según Colombia Diversa en el 2020 fueron 337, porcentualmente aumento más del 200 %. ¿Qué busca la campaña ‘Fico’, equipo por Colombia hablando de cifras anacrónicas? Recordemos que estos números sucedieron en el gobierno actual, al que pertenecen prácticamente todos los partidos y movimientos políticos que lo apoyan, es decir, como una constante prometen salvarnos del olvido y la inoperancia que ellos mismos han causado. Chistoso eso. Más allá del colorido de las fotos que pretenden vender al candidato como diverso, rodeado de mujeres trans y hombres gay, la cartilla de su campaña no es más que un panfleto que se burla de nosotres en nuestra cara.
Como activista y parte de la población LGBITQ+ jamás podría reconocer mis luchas y las de otres en una persona que está apoyada por grupos políticos que desde posiciones de poder han buscado oprimir a mi propia gente. No debemos olvidar que no somos personas privilegiadas dentro de la sociedad, en el mejor de los casos algunes somos menos marginalizades.
Para hacer realidad los cambios que la población LGBITQ+ de Colombia se requiere de un compromiso real, no de palabras sin peso; la campaña de FICO no es independiente de anti derechos, al contrario, en gran medida está ahí por ellos. ¿Qué garantías entonces tiene la población de que él si hará lo que su antecesor no hizo? Especialmente, cuando ambos dependen políticamente de la misma gente. Al activista que salió a entregar su apoyo y voto a ‘Fico’ y que, seguramente, anda en la calle volanteando y tratando de convencer a otres de que lo voten, le invito a reflexionar sobre el momento histórico que estamos viviendo y lo que significaría para nuestros derechos continuar por la misma senda, especialmente para los de esa población vulnerable con la que trabajas que en su mayoría son personas empobrecidas. Las luchas del colectivo LGBITQ+ no pueden ser individuales porque hasta ahí llegan, más aún cuando detrás hay intereses políticos. Para ellos no existimos, para ellos somos los nadies.