Tenemos la mala costumbre, la mala maña, de juzgar a los candidatos presidenciales por sus creencias religiosas, por su pasado, por sus gustos personales, por si es oriundo de aquí o de allá e incluso por su aspecto físico. Perdiendo de vista aquello que es realmente importante: Su programa de gobierno, sus propuestas, su ideología política.
Si Iván Duque es un “bacán, de risa fácil y contagiosa”, si toca la guitarra, si es hincha del América de Cali (descripción hecha en su pagina oficial), si se pinta las canas o simplemente sufre de envejecimiento prematuro, si su fuente más confiable es un peluquero, si es amigo íntimo de Silvestre Dangond o si a pesar de ser rolo en algunos de sus discursos habla con cierto acento arrastrado, poco y nada importa.
Lo realmente importante, y además preocupante, son sus propuestas, especialmente en materia económica. El candidato del Centro Democrático ha dicho en varios de los debates presidenciales que en su gobierno va a bajar los impuestos e implementar la factura electrónica. Pues bien, estas propuestas no solo son inviables, sino que representan un peligro en materia económica y jurídica.
Su primera propuesta de bajar los impuestos puede parecer atractiva a simple vista y seguramente ha hecho eco en aquellos sectores de la población que por su ignorancia desconocen los efectos nefastos de la misma.
De acuerdo al estudio hecho por FitchRatings en 2016, Colombia presenta un déficit fiscal de 3,6 % y una deuda pública de 47,6 %, lo cual implica un desequilibrio en las finanzas, situación que ha traído como consecuencia la reducción del presupuesto destinado a sectores como la ciencia, por ejemplo, y la calificación negativa por parte de las diferentes agencias internacionales, lo cual a su vez ha contribuido a desincentivar la inversión extranjera.
Nos encontramos frente a una difícil situación económica: Escasez de recursos, caída de los precios del petróleo y crecimiento en la tasa de desempleo del 11,8 %. Sumado a eso, existe la preocupación de qué hacer con la fallida reforma tributaria, la cual no logró solucionar de fondo los problemas económicos y esto por ser reemplazada por una nueva reforma.
En este orden de ideas, reducir los impuestos sería la peor decisión de política económica que se podría tomar, esto generaría un desequilibrio aún mayor entre el ingreso y el gasto público, mayor escasez de recursos, incremento del costo de endeudamiento, aumento en las tasas de interés y, por ende, disminución del consumo y la inversión.
Por otro lado, el candidato propone crear el Estatuto Nacional de Subsidios, el financiamiento de las campañas de cuerpos colegiados por parte del Estado, crear la unidad de evaluación y eficiencia presupuestal y condonar las deudas de los estudiantes con el Icetex. Vale la pena preguntarse: ¿De dónde va a salir el dinero para llevar a cabo estas propuestas?
Ahora bien, respecto a su propuesta de implementar la factura electrónica como mecanismo para combatir la evasión fiscal, hay tres consideraciones: La primera, la factura electrónica no es la gran invención del señor Duque, esta existe desde el año 2007, se ha ido reformando y se ha intentado implementar desde entonces. Asimismo, conforme a la última resolución expedida por la Dian, resolución 000076 del 2016, a partir del primero de junio de 2018 será obligatorio expedir factura electrónica para ciertas personas, la obligación ya existe, no les están vendiendo nada nuevo. En segundo lugar, la factura electrónica no es la solución a la evasión fiscal, puesto que no corrige ese comportamiento deshonesto y corrupto, no lo sanciona, no lo castiga, además el control que esta pueda hacer sobre las empresas no está exento de manipulación por parte de estas. Por último, cabe preguntarse: ¿Cómo va a implementar esta tecnología en departamentos vulnerables como por ejemplo Chocó, Vichada y Vaupés?
Para terminar, merece atención la información de su página oficial, según la cual el candidato cuenta con un máster en Derecho Económico de American University, un máster en Políticas Públicas de la Universidad de Georgetown y ha publicado seis libros, entre esos “Pecados monetarios” y “Efecto naranja”, por ende resulta muy curioso que una persona que cuenta con este tipo de estudios plantee propuestas absolutamente ridículas que harían sonrojar a cualquier economista.
Imagen cortesía de Publimetro.
Se entiende por estadista como una persona que tiene el saber, conocimiento, sapiencia, ilustración, educación, estudio y a su vez que tiene experiencia, práctica y la maestría en los asuntos y la materia acerca del estado o del gobierno de un determinado país o nación.(https://definiciona.com/estadista/)
Totalmente de acuerdo Camila: el señor Duque no tiene la capacidad para ser el gobernante de nuestro país, solo es una ficha más del capo mayor que busca con un eventual Mandato de su pupilo conseguir su impunidad.
Sin lugar a dudas Dra. Camila en su análisis, pero en todas estas propuestas para salvar al país, el señor Duque está cometiendo el error que le critica al señor Petro; propuestas populistas son las que ahora afloran en su discurso. No faltaran los incautos que terminen alabandolas y haciendolas ver como viables.
Saber elegir Doctora Camila, implica darse a la tarea de leer, indagar con los que más saben del tema, no pasar entero, especialmente cuando se trata de una decisión tan trascendental para el país, como la elección del próximo presidente. El artículo aparte de ser objetivo, informa sobre datos y análisis propios del tema económico, que no es competencia o del dominio general,asi mismo nos aleja del fanatismo, para proponernos otro horizonte que guíe nuestra elección responsable. Gracias.
Los medios de comunicaciòn son una herramienta poderosa la objetividad, ponderaciòn de los escritores es un desafìo pues se enfrentan a lectores de diversas opiniones. El mostrar detalles de un candidato a la presidencia es de gran ayuda para el voto de opiniòn.
moderation.
Saber elegir Doctora Camila, implica darse a la tarea de leer, indagar con los que más saben del tema, no pasar entero, especialmente cuando se trata de una decisión tan trascendental para el país, como la elección del próximo presidente. El artículo aparte de ser objetivo, informa sobre datos y análisis propios del tema económico, que no es competencia o del dominio general,asi mismo nos aleja del fanatismo, para proponernos otro horizonte que guíe nuestra elección responsable. Gracias.