Ni uribista, ni santista, ¡Respete!

Digno de las náuseas es que te crean santista por criticar a Uribe, o lo que es peor, que te crean seguidora del Señor oscuro por decir algo en contra de Santos.

En este país, donde está comprobado que no se puede vivir en la diferencia (pregúntele a los hinchas fervorosos de algún equipo), tener una postura en contra de alguno de estos dos personajes te encasilla automáticamente dentro del banco del otro.

Porque ahora resulta que una de las cosas que tienes que hacer en la vida, casi tan importante como definir tu inclinación sexual, es hacerte a favor de alguno de estos dos personajes. Así como tienes que decidir si consideras a Shakira la colombiana más desagradecida o amas las letras de sus canciones, si Juan Pablo Montoya te parece o no buena persona o si al medio día ves el noticiero de RCN o de Caracol.

Pues no, ni lo uno ni lo otro. Ni Uribe ni Santos son de mis afectos, jamás he votado por ninguno de los dos, ni en las últimas elecciones cuando Santos competía con la marioneta de Zuluaga, ni cuando la reelección, ni nunca… Para mí, estos dos políticos no son más que eso: políticos, y de los peores, de esos que sólo defienden sus intereses personales, a los que los problemas del país se les reducen a los problemas del Congreso; el territorio colombiano les llega máximo a su finca vacacional, y jamás han mercado con un mínimo porque desde chiquitos les sirvieron en bandeja de plata.

Ni por ellos, ni por ninguno me vendo, ni me hago matar, ni pierdo mi tiempo defendiendo en redes sociales, destilando odio a través de palabras que lo único que hacen es joder más a esta sociedad. Porque lo último que necesita este país es que ahora formemos bandos alrededor de dos personas que ni siquiera representan algo decente.

Por eso, porque tengo claro mis principios, pido que me respeten, porque yo no soy santista por cirticar a Uribe ni tampoco uribista por hablar mal de Santos, porque yo soy colombiana y para mí, Colombia no se define en dos personas.

Imagen cortesía de http://www.darloup.com/

Si para usted es así y no puede convivir con la diferencia, soy tan comprensiva que lo acepto y lo respeto en su posición, a veces uno no puede pedir mucho a quien está dispuesto a dar poco, pero si lo invito a reflexionar y aceptar que no todos somos devotos de un político y que catalogarnos en un bando u otro es simplemente un insulto, así que respete.