Nairo, Mariana y los colombianos agresivos

Opina - Deporte

2017-04-26

Nairo, Mariana y los colombianos agresivos

El pasado lunes se filtró de manera extraña un mensaje de voz en el que Mariana Pajón se quejaba de las declaraciones que Nairo Quintana había dado el 21 de abril en las que criticaba la falta de apoyo que él cree se le está dando a los ciclistas y la ausencia de transparencia en los balances económicos por parte de la Federación Nacional de Ciclismo. En el audio Mariana dice de Nairo que mejor “se ponga a pedalear” y señala que los ciclistas no deben meterse en política. Triste enfrentamiento entre dos de los más grandes ídolos deportivos del país.

Casi al mismo tiempo en el que se publicó la respuesta de Mariana, las redes sociales se saturaron de mensajes y reacciones, en su mayoría apoyando a Nairo Quintana a costa de epítetos y reclamos hacia la medallista olímpica, sobre todo por su origen pudiente y por el trabajo de su padre como funcionario de fedeciclismo. Personalmente me niego a tomar partido entre él y ella, entre otras cosas porque no conozco el funcionamiento de la Federación, y porque solo profeso por los dos una admiración infinita.

A lo que quiero referirme en este texto es a la belicosidad de la gente. Uno está acostumbrado a que personajes como Uribe, Santos, Pastrana o Claudia López reciban siempre comentarios injuriosos, agresivos o hasta amenazantes dadas las pasiones políticas que en este país parecen desbordadas, pero que a una mujer tan brillante, talentosa y que ha representado tan bien al país se refieran con términos como: rosquera, hija de papi o pendeja, y los infaltables argumentos regionalistas que siempre relucen en cualquier discusión ya sea banal o trascendental, es una muestra del carácter agresivo de los colombianos.

Nos han acostumbrado tanto a estar divididos que a la menor señal tomamos partido por uno u otro; nos han habituado tanto a la bipolaridad que inmediatamente interpretamos que el otro es el malo, ya sea Uribe, Santos, Mariana Pajón o Nairo Quintana.

El problema no es solo que haya debate, sino cómo se debate: con el insulto gratuito, humillante, la burla fácil, el descrédito de lo conseguido; en este caso leí de varios comentaristas que lo de Mariana Pajón consistía era en “hacer maromas en la bicicleta por cinco minutos”, desconociendo todo el trabajo y los logros que ha conseguido, logros que no son solo para ella ni para el fedeciclismo sino victorias que seguramente han hecho vibrar a muchos de los que ahora la agreden. No podemos esperar menos en un país donde los líderes políticos e intelectuales carecen de argumentos para el debate y recurren únicamente al insulto y a la difamación.

Lamentablemente esta belicosidad no se queda solo en las redes sociales. En los sitios públicos, en las calles, en las vías, los colombianos parecemos estar listos a toda hora para atacar, para hacerle daño al que no está con nosotros; cuando veo lo usual que son estas cosas reafirmo la teoría de que un proceso de paz es inútil hasta que los colombianos comprendamos que no todo desacuerdo es una pelea y que las diferencias se pueden debatir sin necesidad de agredir y violentar a la contraparte. Mientras tanto, como decía García Márquez “cada colombiano es un país enemigo”.

 

Adenda: ¿Cuándo van a dejar los políticos y nuestra sociedad en general de lamentarse por la muerte y el abuso a los niños y pasarán a ocuparse de verdad del tema? Más educación, más solidaridad con las víctimas y penas más altas para los victimarios.

 

Mauricio Mora Rodríguez
Licenciado en lengua castellana y comunicación, nominado al premio Compartir al maestro 2015, autor de "Los héroes son más útiles vivos" y "Pedro Navajas va al cielo"