“Dichosos los que tienen sed y hambre de justicia porque quedarán satisfechos” dijo el sacerdote Alberto Palacio, en el sepelio de su hermano, dejando en el aire una sensación de ironía.
El clérigo es familiar del fallecido presbítero Gonzalo Javier Palacio Palacio, religioso adscrito a la iglesia de San Joaquín, en Medellín, y a quien un pasado oscuro lo persiguió hasta el último día.
Varios testimonios señalan que Gonzalo Javier Palacio Palacio fue uno de los fundadores del grupo paramilitar “Los 12 apóstoles” que operó en Yarumal, Antioquia y del que también se sindica a Santiago Uribe Vélez como uno de sus más importantes miembros.
“Muchos son los llamados…”
De acuerdo con testimonios disponibles en la Sentencia del Consejo de Estado 1995-00998 de junio 13 de 2013, debido al accionar de la guerrilla cerca de Yarumal, en julio de 1990 se crea la Asociación de Comerciantes de Yarumal (Ascoya) por los señores José Emiro Pérez Vélez, Álvaro Vásquez Arroyave, Nonato de La Cruz Vargas Sánchez y el presbítero Gonzalo Javier Palacio Palacio.
Esta surgió con el objetivo de salvaguardar los intereses de comerciantes, ricos y ganaderos de la región. A la postre, dicha agremiación se convirtió en la impulsadora de la organización paramilitar autodenominada Los Doce Apóstoles en julio de 1993.
“Los Doce Apóstoles fueron financiados por los comerciantes de la región, además de tener el apoyo irrestricto de miembros de la Policía Nacional, miembros del Ejército y un Sacerdote Católico de la Iglesia de la Merced (se dice que por lo anterior fue que recibió el nombre de Los Doce Apóstoles); inicialmente uno de los objetivos del grupo de autodefensas era exterminar a delincuentes, viciosos, expendedores de droga, prostitutas y raponeros. Para consumar tales hechos el grupo y sus sicarios tuvo que realizar matanzas y masacres selectivas en el perímetro urbano y rural del municipio de Yarumal y Santa Rosa de Osos”, se lee en la sentencia judicial.
En uno de los testimonios de un hombre —que se identifica como buen conocedor de las actividades de los 12 Apóstoles y que reposa en el documento legal— se lee lo siguiente:
Preguntado: ¿Por qué sabe usted que el padre Palacio forma parte de los Doce Apóstoles?
Contestó: porque es que esa gente hacía reuniones con el comandante de la Policía, del Ejército y el párroco que era el cura ese y se reunían en el comando, allí vivían, la misma patrulla los llevaba a la casa después de que hacían las cagadas, para estar bien seguros.
De acuerdo con el portal de noticias La Nueva Prensa, el presbítero Palacio no solo fue fundador de los 12 Apóstoles sino uno de sus miembros más activos.
Su compromiso con la organización delincuencial era tal que se aprovechaba del sacramento de la confesión para sacarle información a los feligreses yarumaleños. Estos datos se convirtieron muchas veces en sentencias de muerte ejecutadas por los 12 apóstoles.
De otro lado se lee en los extractos de la sentencia un testimonio que compromete al presbítero Palacio con su participación en una serie de amenazas de muerte enviadas a la personera de Yarumal Lilian Soto.
“Esas intimidaciones, eran vox populi, provenían de algunos militares que tenían su asiento en la base de El Morro… Era también voz popular que quien vigilaba la oficina de la doctora era el padre Palacio, pues él disque se mantenía en la esquina del palacio municipal y en los pasillos del mismo observando quien entraba o salía de la oficina de la personería”.
En 1994, el accionar criminal de los 12 Apóstoles — del que hasta ahora se han contabilizado 533 víctimas— llamaron la atención de las autoridades competentes, por lo que se desplegaron varias operaciones en contra de sus miembros.
En una de ellas, a mediados de abril, se realizó el allanamiento a la habitación del presbítero Palacio en la casa cural de la iglesia de Las Mercedes en Yarumal.
Allí le fueron hallados varios documentos, una carta al Obispo, una copia de la ley anti secuestros, y un revólver marca Llama calibre 30, oculto en una biblia; 94 cartuchos, una sobaquera, 2 chapuzas y diferentes documentos del Ejército.
¿Protección “divina”?
Pese a que todo el mundo sabía las andanzas de Palacio, el párroco Luis Enrique Restrepo Muñoz, a cargo de la iglesia de Nuestra Señora de las Mercedes trató de dejar en limpio a su presbítero.
En la sentencia se lee que Restrepo Muñoz dijo que su presbítero nunca tuvo conflictos con la comunidad y lo que pasaba es que él era muy franco para denunciar las injusticias de la guerrilla y como él era amigo del Ejército y la Policía por eso lo declararon objetivo militar.
También agregó que “Nunca tuve conocimiento de la aparición de una banda de sicarios patrocinada por el Ejército, policía y comerciantes… Solo oí mencionar, a partir del sábado santo, 2 de abril, por TV y prensa el grupo de los ‘Doce Apóstoles’; pero aquí en el pueblo nunca se oyó hablar de dicho grupo, porque tengo entendido que nunca existió”.
Para Restrepo el nombre de los 12 Apóstoles “pudo haber sido dado por Amnistía Internacional o los medios de comunicación, a solicitud de algún grupo guerrillero de la región que ha intentado en vano tomarse Yarumal”.
Sabiendo que las autoridades irían detrás de él, el presbítero Palacio huyó de Yarumal ayudado por el obispo Joaquín García Ordóñez, quien ordenó su traslado a Medellín a la iglesia de San Joaquín en el encopetado barrio Laureles, según El Tiempo.
Sin embargo, fue capturado en diciembre de 1995 por agentes del CTI de la Fiscalía. Tras su aprehensión estuvo detenido por 10 días en un seminario, según El Tiempo.
En 1997, no se hallaron méritos para darle detención intramural, pero tampoco se los halló para dejarlo por fuera del proceso, por lo que seguía vinculado, pero en libertad provisional.
Las viejas mañas no se pierden
Por 22 años Palacio estuvo dedicado como sacerdote de dicha iglesia en términos relativamente tranquilos. Sin embargo, no todo fue sosiego, pues como lo revela La Nueva Prensa en una ocasión, una de las hijas de una víctima de los 12 Apóstoles lo confrontó.
Según La Nueva Prensa, tras la acusación de la mujer en plena iglesia, el anciano sacerdote intentó apuñalarla con una navaja de forma torpe pero no por menos peligrosa.
El pasado viernes, a sus 87 años de edad y tras 60 años de vida «religiosa», finalmente le llegó la hora de saldar deudas con el altísimo al sacerdote que quiso instaurar un apostolado del mal en Yarumal.
Como una especie de profecía, el sacerdote enviado por el arzobispo Tobón para presidir las solemnes honras fúnebres de Palacio —en las que se evitó a toda costa hablar de su oscuro pasado— sentenció el destino “divino” del finado en un aparte de su sermón:
“Para el mismo Job era imposible que vayan al mismo destino los buenos y los malos”.
LA JERARQUI ECLESIATICA Y MONSEÑOR BUILES, apoyaron al cura Palacio y a los Uribe no solo en la fundacion de los 12 apostoles sino del paramilitarismo en Antioquia y toda colombia
Murio con su conciencia intranquila, dejando un pasado obscuro y lleno de violencia, quebranto el quinto mandamiento de la ley judeo cristina.