Columnista:
José David Lozano
El pasado 8 de septiembre falleció la Reina Isabel II, la máxima cabeza de la familia real del Reino Unido. Los cuatro países que integran el Reino Unido: Inglaterra, Gales, Escocia e, Irlanda del Norte, tienen que suspender muchas de sus habituales actividades a costa de este fallecimiento. Los más de 67 millones de británicos tienen que asumir estas consecuencias, y es allí donde nos preguntamos, ¿se debe sostener la monarquía?
Una familia real que en el siglo XXI tiene una infinidad de privilegios como si estuviéramos viviendo aún en la época de la Colonia y la esclavitud; y es que según la misma Casa Real o Royal Houseold, los gastos para mantener a la familia real, rondaron en los 96,2 millones de dólares en el año 2020, sí, como lo lee, ¡96,2 millones de dólares solo en un año!, un monto que desde mi óptica es supremamente alto, y que sería de inmenso aporte si se pudiese distribuir en países pobres, o en el continente africano en donde muchos de sus habitantes mueren literalmente de hambre, o porque no, aportar vía crédito o por las ONG para el crecimiento de los países en vía de desarrollo, entre otras muchas variables sociales que el mundo demanda.
Costo de la familia real al Reino Unido
Si analizamos a profundidad la gráfica anterior, son cifras astronómicas y que están en constante ascenso. Sí, desde el 2012, en 10 años, el gasto de la familia real ha incrementado en más del 50 %, pasando de 44,9 millones de dólares a 96,2 millones de dólares, y es allí donde nos preguntamos, ¿es coherente que los impuestos de los británicos tengan que costear la lujosa vida de estos antiguos reinados? ¿Se ha hecho el ejercicio democrático de consultar si la población británica está o no de acuerdo con estos gastos económicos? ¡Probablemente no!
Y seguro debe ser una obligación constitucional, de esas que históricamente los ciudadanos deben asumir por eso del “agradecimiento a los padres de la nación”. Y es un argumento que se debe rebatir. ¿Por qué adorar a una familia que no le aporta nada a su población? Es allí donde debemos replantear este tipo de dicotomías societarias.
Aunque no solo es la monarquía Inglesa, aún está el debate y la reflexión sobre las más de 40 “familias reales” que existen en el mundo, entre las más conocidas están: Felipe de Bélgica; Felipe VI de España; Enrique de Luxemburgo; Alberto II de Mónaco; Guillermo Alejandro de los Países Bajos; Carlos XVI Gustavo de Suecia; Luis de Liechtenstein y el ahora ungido Carlos III del Reino Unido.
Y cierro con esta reflexión, tienen algún sentido patrio las familias reales cuando los libros tranquilamente pueden dejar escrito en sus letras, la historia, el linaje, el aporte a la nación y hasta la descendencia de estas, entonces, si se pueden mantener vigentes de esta forma, ¿por qué y hasta cuándo se deben subsidiar con los impuestos de su población?