Columnista:
Claudio Mera
Primero una claridad, una estrategia es una secuencia de acciones que establecen un patrón de comportamiento en un lapso, mientras que una estratagema es una actividad engañosa.
He observado cómo en reiteradas ocasiones este Gobierno, ya sea a través del presidente Duque o sus representantes, llámense vicepresidente, ministros y ministras o el reciente encargado de comunicaciones y su fresco altercado con Vicky Dávila, se exponen con declaraciones públicas que tienen dos características: son de cuestionable inteligencia, o bien, tienen un tufillo de ataque personal, casi clasista que puede hacer hervir la sangre de muchos.
En la mayoría de los casos las declaraciones provienen de personas que tienen experiencia en escenarios diplomáticos, en debates, en ambientes de alta presión. Digamos que la explicación, o excusa, de “se me escapó” resulta inverosímil, al menos para mí. Como en cualquier consideración de una estrategia, esto hace parte de una secuencia de acciones deliberadas, consistentes con un criterio de acción delineado.
El criterio que parece ajustarse es el sofisma de distracción, realmente no creo que una ministra del Trabajo piense que se puede cotizar la pensión por horas trabajadas, sabiendo que en otras economías se considera que deberían pagarse las horas de disponibilidad para el trabajo. Creo que este Gobierno nos quiere mantener ocupados criticando las sandeces que dicen en los medios, mientras que siguen lastimando nuestros derechos esenciales, nuestra ecología y la estabilidad económica de Colombia.
Lo peor de la situación, es que aquí estoy yo, y muchos columnistas, haciéndoles el juego y permitiendo que su estratagema siga siendo útil a sus propósitos; en lugar de, estar proponiendo temas más importantes, como prestar atención a las consecuencias que empezará a tener la Reforma Tributaria sobre el funcionamiento del sector comercial, y del sector productivo, en los próximos meses, de manera que no nos vuelvan a complicar la vida al final de este año. Cosa que ya hacia septiembre del año pasado, analistas económicos serios nos han advertido que podría pasar.
No estamos reflexionando qué podría ocurrir sobre el mercado laborar con la Reforma Pensional, independientemente como la quiera nombrar el Gobierno, y con respecto a las personas que podrían quedar en régimen de transición o las condiciones de este.
Tampoco estamos gritando a los cuatro vientos que cómo es posible que ‘El Chapo’ Guzmán haya pasado tanta cocaína por el Aeropuerto El Dorado. Principalmente cuando Álvaro Uribe Vélez tenía plenitud en su seguridad democrática.
Pero nos distraemos fácilmente en imágenes graciosas sobre declaraciones que no aguantan un segundo pensamiento analítico, que nos causan ira, y con razón, además de preocupación sobre los recursos públicos y nuestro futuro. Sin embargo, debemos concentrarnos en los temas de fondo, no de forma.
Fotografía: cortesía de El Espectador.
