Columnista:
León Fredy Muñoz
La pandemia generada por la COVID-19 ha desnudado la realidad colombiana y ha dejado ver las enormes desigualdades que vive el país en todos sus aspectos. Pero donde más resalta es en la educación, pues allí se evidencia que nuestros estudiantes no tienen las condiciones óptimas para una buena calidad educativa, no existía antes de la pandemia, menos ahora que tienen que realizar sus estudios desde casa, sin contar con los equipos óptimos para realizar sus actividades, pues si bien, en el país hay más de 68 millones de celulares, estos no tienen los elementos técnicos para realizar el trabajo que se necesita —por ejemplo la elaboración de textos—, como sí los puede tener un computador.
Desde varios sectores se ha hecho el llamado para que en la educación superior pública se implemente la política de ‘Matrícula Cero’, pues las problemáticas que devendrían, al no garantizar la educación de los jóvenes de nuestro país para lograr su profesionalización, serían muchas, entre ellas está la pérdida de dos generaciones de profesionales en el país, esto a causa de la deserción de al menos el 50 % de la población estudiantil. Lo que también implicaría recorte en planta de personal docente, administrativo y de servicios en las universidades públicas, al igual que la afectación de las economías que se mueven alrededor de las universidades, como lo son las papelerías, cafeterías, librerías, entre otras.
Acciones como las del alcalde de Medellín posibilitan, efectivamente, seguir en el camino del desarrollo de la ciudad al adoptar la ‘Matrícula Cero’ en el Colegio Mayor con 2638 cupos, Pascual Bravo con 3163 cupos y el Instituto Tecnológico Metropolitano con 18 473 cupos, para un total de 24 274 estudiantes beneficiados. Pero en igual sentido, el gobernador del Magdalena anunció la implementación de la ‘Matrícula Cero’ para los estudiantes de Unimagdalena, realizando una óptima distribución de los recursos del recién creado Fondo de Solidaridad para la educación superior, garantizando a 12 710 estudiantes su continuidad académica; igualmente sucedió con la Universidad de Cundinamarca, al juntar los recursos que aporta el Gobierno Nacional y, la Gobernación de dicho departamento, para el beneficio de 12 742 alumnos, y todo ello sin afectar la calidad educativa.
Vemos pues que, si hay voluntad política, una buena destinación y reorientación de recursos, se puede lograr que las 33 universidades públicas del país tengan ‘Matrícula Cero’ y, así garantizar, el derecho a la educación de 621 mil estudiantes. Colombia no se puede dar el lujo de sacrificar su capital humano al no hacer el esfuerzo para destinar un billón de pesos a la educación, plata que fácilmente puede reorientarse del gasto militar, ya que hoy no tenemos las mismas condiciones de guerra y conflicto, por lo tanto, no se necesita seguir engordando el aparataje militar. Otros sectores, como el de educación y salud, necesitan hoy fuertemente que los impuestos que antes se recolectaban para alimentar la guerra, ahora sean para ofrecer condiciones dignas a nuestro personal médico, mejorar el sistema de salud y encumbrar al país en el camino del desarrollo por la vía de la educación. Por eso seguimos diciendo #MatrículaCeroYa.
Fotografía: Camilo Moreno.
excelente propesta ….
Es de mucha importancia la educación para toda la humanidad, es por ello, que apoyo el esfuerzo de algunos como usted, que fomentan la educación con matricula cero.
En el.escenario de la.politica pública en educación, está iniciativa paga, en parte la deuda historica que el país tiene con el desarrollo social por falta de educación.