¿Matoneo o unidad?

Lo que se temía que pasara si Gustavo Petro ganaba la presidencia de Colombia, está pasando, a pesar de que todavía no se posesiona Iván Duque.

Opina - Política

2018-07-15

¿Matoneo o unidad?

Los anuncios recientes confirmando mucho de lo que se dijo en campaña, y virajes en temas como la consulta anticorrupción, sumados a los nombres confirmados de algunas de las personas que harán parte de su gabinete, empezaron a provocar un nuevo exilio. Pequeños empresarios iniciaron el proceso de venta de sus propiedades, lo que significa que por estos días va a estar muy movido el tema inmobiliario. Sus razones, estar listos para empacar maletas y salir corriendo si es del caso.

Otras personas, aquellas que tenemos por ingreso solo aquello que nos ganamos con el sudor de la frente, la palabra o el intelecto, empezamos a sentir también que las medidas anunciadas nos pondrán a “orinar sangre”, y que la ya muy reducida capacidad adquisitiva nos dejara con muy pocas opciones de sobrevivencia. ¿Emprendimientos? No se hagan ilusiones, las medidas anunciadas afectarán a toda la población, sin empleo, sin empresas, sin ingresos, no habrá la demanda necesaria para que sus emprendimientos rindan lo suficiente.

Entonces ¿Nos iremos todos y todas de Colombia? ¿Iniciaremos un éxodo similar al de los venezolanos? O ¿Nos unimos para enfrentar juntos la inequidad que se avecina?

Leer tanto matoneo en las redes sociales contra personas cuyo único delito fue haberse negado a votar por Gustavo Petro, sin perder de vista que la pelea era contra el modelo que han encarnado Gaviria, Pastrana, Uribe, Santos y ahora Duque-Uribe, no me parece justo.

Tratan al senador Jorge Enrique Robledo, a Humberto de la Calle y a Sergio Fajardo, como si fueran peores que los gobernantes mencionados, cuando lo único que hicieron, fue votar según su conciencia les dictaba. 

Si de verdad valoramos lo que vivir en democracia significa, deberíamos empezar por respetar la libertad, columna vertebral de este modelo de gobierno. El matoneo en las redes representa el anacrónico pensamiento de “quien no está conmigo está contra mí” y eso convierte a la diferencia en enemigo.

Si lo piensa con detenimiento, atacar la diferencia de pensamiento lo acerca inexorablemente a posiciones que tanto rechaza y critica en personas como “Monseñor” Ordoñez y Vivian Morales, respecto de la población LGTBI. No seríamos mejores que ellos. El respeto a la diferencia no tiene excepciones. 

Necesitamos construir “OTRA NOCIÓN DE PATRIA”, invito a leer con detenimiento el poema de Mario Benedetti que bien describe el exilio “… de tanto mirar hacia el país se me fue desprendiendo la retina…”, pero también el rigor de la dictadura para quienes se quedaron.

“… el viejo que se aguantó y volvió a aguantar, La llaca con la boca destruida, El gordo al que castraron, y los otros los otros y los otros otros innumerables y fraternos, mi tristeza los toca con abrupto respeto y las otras las otras y las otras otras esplendorosas y valientes, mi tristeza las besa una por una, no sé qué les debemos, pero eso que no sé, sé que es muchísimo. Esto es una derrota hay que decirlo, vamos a no mentirnos nunca más, a no inventar triunfos de cartón”

Lo que acaba de pasar en Colombia es una derrota, vamos a no mentirnos nunca más, pero esa derrota no es responsabilidad de quienes votaron en blanco, tampoco de las restantes candidaturas; no está bien censurar la libertad de decidir. 

Lo sucedido no es responsabilidad, ni siquiera de quienes votaron por Duque, porque la mayoría, lo sé, lo hicieron convencidos de que era lo correcto, lo hicieron vencidos por el miedo. La responsabilidad de la derrota es de “los hombres de mala voluntad”:

“Llena pletórica de vacíos, mártir de su destino provisorio, patria arrollada en su congoja, puesta provisoriamente a morir, guardada por sabuesos no menos provisorios; pero los hombres de mala voluntad no serán provisoriamente condenados, para ellos no habrá paz en la tierrita ni de ellos será el reino de los cielos… Los hombres de mala voluntad no sueñan con muchachas y justicia, sino con locomotoras y elefantes… Los hombres de pésima voluntad todo lo postergan y pretergan, tal vez por eso no hacen casi nada y ese poco no sirve, si por ellos fuera le pondrían un durísimo freno a la historia”.

¿Les suena conocido eso de frenar la historia? No podemos equivocar el destino de nuestra artillería ideológica, porque de continuar así seguiremos mereciendo la derrota.

“Pero la autocrítica no es uno noria, no voy a anquilosarme en el reproche y no voy a infamar a mis hermanos, el baldón y la ira los reservo para los hombres de mala voluntad, para los que nos matan nos expulsan nos cubren de amenazas nos humillan nos cortan la familia en pedacitos nos quitan el país verde y herido, nos quieren condenar al desamor, nos queman el futuro, nos hacen escuchar cómo crepita.

El baldón y la ira que esto quede bien claro, yo los reservo para el enemigo, con mis hermanos porfiaré, es natural, sobre planes y voces trochas atajos y veredas, pasos atrás y pasos adelante, silencios oportunos omisiones, que no coyunturas mejores o peores pero tendré a la vista que son eso, hermanos.  Si esta vez no aprendemos será que merecemos la derrota y sé que merecemos la victoria”.

Es el momento de deponer diferencias y construir, como fueron capaces de construir los uruguayos, crecer individualmente para ser un mejor colectivo. Uruguay padeció una dictadura de extrema derecha, y hoy es uno de los países más progresistas de América Latina, con 3 gobiernos socialistas sucesivos que nadie osa mirar como ejemplo a seguir, porque preferimos seguir mirando a Venezuela, Cuba o Nicaragua. Invito a leer completo el poema, es hermoso, aunque cruda realidad, esperanzador también como la lluvia o el amanecer.

“Hace bien si llovemos mi pueblo torrencial, donde estemos allá o en cualquier parte, sobre todo si somos la lluvia y el solar, la lluvia y las pupilas y los muros, la bóveda la lluvia y el ranchito, el río y los tejados y la lluvia, furia paciente lluvia iracundo silencio allá y en todas partes. Ah tierra lluvia pobre modesto pueblo torrencial, con tan buen aguacero la férrea dictadura acabará oxidándose y la victoria crecerá despacio como siempre han crecido las victorias”.

Caricatura cortesía de Alberto Martínez, Betto, en El Espectador

( 1 ) Comentario

  1. ReplyCarlos A. Carrillo

    Excelente articulo.
    No he logrado entender como un pais tan golpeado por la adversidad y la injusticia social, sea tan ciego ante su verdadero opresor, por que es un pais que sucumbe ante su propia ignorancia.

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Alicia Sarmiento
Periodista, abogada de la Universidad Santiago de Cali y libre pensadora.