Autora: Natalia Rodríguez Giraldo
Se trata de un taller dirigido a padres de familia, docentes y cuidadores mayores de 18 años, a través del cual los ciudadanos reciben una formación en torno a la crianza y educación de los niños.
Para realizar este curso que, se desarrolla de forma presencial y virtual, es indispensable vivir en Medellín, saber leer y escribir. Asimismo, estar al tanto de las inscripciones que se realizan públicamente por parte de la Administración Municipal.
Adicional a esto, quienes opten por hacerlo vía electrónica, deberán tener conocimientos básicos en el manejo de un computador y acceso a Internet, para poder así participar a través de la plataforma @Medellín, la cual está a cargo de Sapiencia.
“Queremos eliminar los gritos, el maltrato, el abuso sexual hacia nuestros niños, pero tenemos que empoderar a los padres de familia. Tenemos que decirles cómo. Necesitamos entregarles herramientas basadas en la disciplina, el amor y el respeto”, afirmó Margarita María Gómez, Primera Dama de Medellín.
En la capital antioqueña se transforma el modelo de crianza
María Isabel Gutiérrez es una de las personas beneficiadas con el curso de Disciplina Positiva liderado por el programa Tejiendo Hogares, adscrito al despacho de la primera dama de la Alcaldía de Medellín que, por cierto, quedó establecido como Acuerdo Municipal desde el pasado 19 de octubre.
A María Isabel, quien es la madre de Juan Felipe, un niño de 4 años, le pareció muy interesante el taller, tanto, que optó por crear un grupo en WhatsApp con integrantes de su familia para hablarles acerca de la Disciplina Positiva.
Adicional a esto, decidió invitarlos a su casa hace unos meses para explicarles un poco más sobre el tema.
“Me encantó el curso. Me pareció excelente. De hecho, hice una réplica interna en mi familia. Tomé cada uno de los módulos, saqué unos resúmenes y los puse en unas diapositivas. A ellos también les encantó. Quedaron fascinados. Hicimos un espacio de conclusiones y todos decían: definitivamente los tiempos cambian”, señaló María Isabel Gutiérrez.
Su abuelita hizo parte de los asistentes. Ella fue una de las más sorprendidas con los métodos actuales para educar y formar niños, en donde el castigo no tiene cabida y, mucho menos, las llamadas pelas con elementos como correas y chanclas.
Gracias al curso de Disciplina Positiva, María Isabel aprendió que lo que muchos llaman pataleta y grosería, son desafíos de conducta y, que hay que identificarlos, para transformarlos en habilidades para la vida.
El taller que hizo incluyó diversas temáticas, entre ellas, cómo regular las emociones para evitar el maltrato a los niños y cómo lograr la cooperación de los hijos; todas encaminadas a mejorar las relaciones en los hogares de las familias medellinenses.
“A mí me ha servido en el ámbito personal, familiar, laboral, de pareja. Yo tuve la oportunidad de ver la diferencia entre aplicar pautas de Disciplina Positiva y no aplicarlas. Quedé enamorada del tema, porque vi que sí sirve. Con esta formación estamos proyectando el futuro de los niños y eso va a ser una ayuda muy grande para los padres. Los invito a que se den ese regalo y que se lo den a los hijos, porque finalmente es un regalo de vida”, puntualizó María Isabel.
Desde los hogares se puede transformar la realidad social. La paciencia, el juego y el acompañamiento son elementos claves dentro de la formación de los niños, quienes con respeto, amor y cariño se educan mucho mejor.
El curso de Disciplina Positiva no tiene ningún costo. Hasta el momento se han beneficiado más de 33.000 familias con este proyecto que, es posible también gracias al apoyo del Colegio Mayor de Antioquia.
Nota: este artículo fue elaborado con patrocinio de la Alcaldía de Medellín.
Foto cortesía de: El Colombiano