Machos primitivos: ¡Reaccionen!

Hay quienes consumen el noticiero desde el restaurante y se tragan las tragedias entre cucharadas de fríjoles y ensaladas de repollo.

- Género

2024-03-08

Machos primitivos: ¡Reaccionen!

Columnista:

Katalina Vásquez Guzmán

 

Ya tengo cuarenta años y cientos de notas periodísticas y documentales a mis espaldas. Hoy escribo esta, mi primera columna de opinión, con la esperanza de que así, exorcizando con la palabra y tejiendo con el pensamiento y la fe, podamos nosotras, las mujeres con apuestas públicas y políticas —al igual que nuestras hermanas e hijas en sus vidas privadas— alzar la voz para cultivar espacios seguros y garantías para nuestro buen vivir lejos de los vejámenes que un día como hoy, cuando conmemoramos el Día de la Mujer en el mundo, se exponen en forma de cifras y datos del horror: Antioquia es el segundo departamento con más feminicidios en Colombia después del Valle del Cauca; en 2023, 120 mujeres fueron asesinadas en nuestro departamento, 30 de ellas en Medellín. En Antioquia, según la gobernación, de cada 10 víctimas de violencia intrafamiliar en Antioquia, siete son mujeres; y 8 de cada 10 víctimas de delitos sexuales son mujeres*. 

¡Y no pasa nada! Diría mi yo de atrás. Pero hoy sé que hemos avanzado: estos datos nos los cuenta Francia Márquez —la primera mujer afro en ocupar la Vicepresidencia, y la primera Ministra de Igualdad en Colombia— durante la mesa de alto nivel para la prevención del feminicidio y otras violencias letales contra las mujeres, donde la Gobernación de Antioquia —en manos de la derecha que se opone a la paz y a derechos de la mujer como el aborto— adoptó acciones promovidas por el gobierno del Cambio. ¡Entonces hemos avanzado! Pero no lo suficiente. 

¡Nos matan, nos violan, nos maltratan, nos acosan, nos hostigan, nos discriminan, nos subvaloran y, en mi experiencia, en la mayoría de casos donde nos arrojamos a la denuncia, nos revictimizan! Por eso hoy 8 de marzo traslado a esta columna mi indignación casi diaria a la hora del almuerzo cuando las noticias de las mujeres y niñas enmaletadas, apuñaladas, desaparecidas, tiroteadas y asfixiadas, o en el “mejor” de los casos “apenas” amenazadas o violadas por sus esposos, exparejas, jefes, taxistas o In Drivers, o simples desconocidos varones que nos topamos en la calle, copan los titulares y —para algunos— ¡No pasa nada! Y hay quienes consumen el noticiero desde el restaurante y se tragan esta y otras tragedias entre cucharadas de fríjoles y ensaladas de repollo. ¡Y como si nada!

¡No más almuerzos con la muerte! Sentencié hace unos años y por eso suelo ahora separar las horas de observar y narrar nuestros dolores para ciertas franjas donde la fuerzas alcancen para levantar la cabeza sin perder la capacidad de encontrar la belleza y las conquistas que también nos habitan. ¡Se fortalecerá —para atender de manera oportuna a las mujeres víctimas de violencias de género y tomar acciones concretas para prevenir los feminicidios según detalló la Ministra en la capital antioqueña— el trabajo articulado de las tres ramas del poder: judicial, legislativo y político. Se crearán las patrullas Púrpura, los Cuerpo Élite de las Fuerzas Armadas y de Policía, y se abrirán puestos de Fiscalía en cabildos indígenas y zonas rurales para recibir denuncias; además, se construirán tres Casas para la Dignidad de las Mujeres en Apartadó, Titiribí y Rionegro.

Además, no es tan fácil ya, por ejemplo, “caballeros” del piropo en la calle, el grito a la esposa en el ascensor o el ataque a la voz crítica en grupos de WhatsApp, contar con el cómodo silencio de quienes les rodean. El pasado sábado, en un chat de decenas de jovénes, activistas, investigadores y otrxs que defendemos la paz en Antioquia, volví a creer en el amor y la sororidad después de que palabras bárbaras intentaron pisotear mi voz y mi presencia. Hombres y mujeres expresaron sin temor a cargos de diputación o fueros partidarios su rechazo a las hostilidades de un dirigente político que, con mala ortografía y sin medir mayúsculas, me llenó de adjetivos descalificantes, disparó amenazas y se salió del grupo. Que si yo era directora de una entidad, u ostentaba algún alto cargo para atreverme a dirigirle la palabra me preguntó públicamente su majestad herido unas líneas antes de amenazarme con acusarme con el partido político al que pertenezco. 

Diez compañeros y compañeras, entre ellos líderes de mi partido, expresaron de inmediato y en las horas posteriores su rechazo a la violenta reacción del dirigente quien, expuesto en su pasional ataque y eludiendo cualquier responsabilidad, se retiró del grupo sin escuchar lo que tantos le quisieron enseñar y que hoy comparto en esta columna para él y todos aquellos que pretenden escupirnos a las mujeres apenas logrando salpicarse a sí mismos: “no podemos admitir ni tolerar este tipo de atropellos vengan de donde vengan”, “son los mismos patrones patriarcales, machistas y hegemónicos imponiendo su poder”, “él dice representar a un sector político, no creo que ese sector avale estas formas y su tono amenazante que muestra un aire de superioridad al que reiterativamente debemos estar expuestas las mujeres en escenarios de participación”, “nos une la defensa de la vida”.

Y como el hombre amenazó con acusarme “en Medellín y Bogotá”, yo —con mi voz que ya no tiembla ante lo diminuto— le ayudo para que además este episodio se conozca en cualquier lugar del mundo. Machos primitivos: ¡Reaccionen! Hagan como Carlos y José, quienes —al igual que la majestad— recibieron un mensaje de mi parte y respondieron con serenidad y respeto porque no tienen esas masculinidades frágiles que, en la forma más extrema de misoginia, nos asesinan como a Ana, Patricia, Isabella, Leidys, Andrea y Tatiana, seis de las ocho mujeres víctimas de feminicidio en Antioquia en los primeros sesenta días del año. O como a mi tía Luci, en los años ochenta, o a mi amiga Cata hace unos años. Yo confío en vivirles otros cuarenta años para que más noticias, columnas y películas nos sirvan de refugio y apertura de conciencia en nuestras luchas feministas. Y —como dijo Francia Márquez en su paso por Medellín— “hombres, hagan el esfuerzo también de asumir una conducta y una actitud que nos lleve juntos a acabar con estas violencias”. ¡Los necesitamos en diálogo con buen trato, apertura a la crítica, disposición al debate y asumiendo responsabilidades afectivas, políticas y económicas! Agrego yo. Por favor, y gracias. 

 

*Cifras compartidas el 1 de marzo de 2023, en a Cuarta Mesa de Alto Nivel Contra el Feminicidio desarrollada en Medellín y presidida por la Ministra de la Igualdad Francia Márquez, con la presencia de 15 dependencias del Estado.

 

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Katalina Vásquez Guzmán
Mamá & Periodista. Magíster en Estudios de Paz & Especialista en DDHH y DIH. Documentalista & Cronista. Salsera & corroncha. Activista & Feminista. Cuarentona.