Los hombres que no aman a las mujeres

Opina - Sociedad

2017-06-12

Los hombres que no aman a las mujeres

El sábado pasado en el Concejo Municipal de Santa Rosa de Cabal, el vicepresidente de la colectividad Ramón Cardona, adscrito al Partido Conservador, desató la indignación entre quienes se encontraban en la sesión plenaria del Órgano Municipal, al referirse en una de sus intervenciones, a las mujeres y las leyes, diciendo: “las mujeres son como las leyes, se hicieron para violarlas”.

La frase tiene tanto de desafortunada cómo de machista. Desafortunada puesto que viene de boca de un servidor público que debería ser ejemplo de rectitud y cordura; además, pronunciada en el recinto democrático del Municipio no tiene ninguna presentación. Y es machista porque irrespeta de plano a las mujeres que allí se encontraban y por ellas, a todas las mujeres en Colombia.

Ya me parece oír al político disculpándose públicamente por su salida en falso y afirmando además que fue sacado de contexto y que por su puesto, hubo una mala interpretación de sus palabras.

Dice un amigo que entre broma y broma, la verdad se asoma. Y es que eso que en el salón del Concejo Municipal a algunos les produjo risa, para otros es simplemente una verdad que callan pero que practican.

Eso que dijo el concejal, es el reflejo de lo que muchos hombres en nuestro país, piensan de las mujeres. Ese es el retrato y la radiografía perfecta de la justificación de la violencia contra ellas.

No puede ser posible que una sociedad sea tan falsa que pida cadena perpetua para los violadores, pero que por otro lado diga que las mujeres y las leyes nacieron para ser violadas.

Hay cosas que ni en charla se dicen y eso más allá de considerarlo como una anécdota en una sesión de un Concejo Municipal, debería acarrear una sanción pecuniaria, pues esa parece que es la que más nos duele. Además de una censura con sus correspondientes disculpas públicas puesto que serviría de ejemplo a tanto funcionario y personaje público que al parecer piensa con los riñones y se pasa de lengüisuelto.

Ni con el pétalo de una rosa. Con esa frase a más de uno en nuestro territorio lo educaron, cuando se referían a ningún tipo de violencia contra las mujeres. Y a pesar de que desde pequeños dicho aforismo se nos quedó grabado, a más de uno se le olvida que a las mujeres ni con el pétalo de una flor. Porque ya se nos volvió paisaje las noticias que a diario surgen en hechos desafortunados que incluyen cualquier tipo de violencia contra ellas y es común escuchar expresiones culpando a las víctimas, de que tan lamentables hechos ocurran.

Nuestra sociedad está muy enferma desde que pasivamente se permita maltratar a nuestras mujeres y nuestros niños; y es que tenemos que estar enfermos desde que todavía sigamos pensando que ellas son un adorno.

En Colombia 7 de cada 10 mujeres han sufrido alguna clase de agresión y según Medicina Legal, el 74 por ciento de las colombianas han padecido violencia de género. El tema es muy sensible y no puede por supuesto, ser para menos. Pero la solución no es solo reconocerlo sino como sociedad, cambiar los arraigos machistas infundidos quizá en parte, por nuestras mismas mujeres; pues con sensibilización y una buena educación, se va cambiando el chip.

Dicen las abuelas que el ejemplo arrastra. Pero lo que debe preocuparnos es que los ejemplos malos también se aprenden y con esos es peor pues se interiorizan calladamente en la sociedad y luego viene el maltrato, las cifras y los conocidos golpes de pecho que en nada solucionan el problema. Porque de nada nos sirve que cada ocho de marzo digamos que a la mujer ni con el pétalo de una flor, pero al 9 por la mañana hagamos como el chiste, la declaración de que todo vuelve a la normalidad y se acabó el reinado.

La violencia contra ellas no es un asunto solo de hombres pues es cierto que a quienes más hay que sensibilizar es a los “machos”, pero también a las mujeres hay que concientizarlas de su gran papel transformador de una sociedad y de su valía frente a la misma.

En muchas ocasiones el maltrato es propiciado por ellas mismas y su baja autoestima o sus nulas posibilidades de progreso e independencia.

Imagen cortesía de: Blu Radio

No puede seguir pasando que ante un abuso sexual a una menor por parte de algún familiar, hasta la madre de la abusada se ponga en su contra y la acuse de propiciar el hecho. Esta sociedad no puede seguir soportando que las mismas mujeres justifiquen la violencia diciendo que hay algunas que buscan que les peguen. Tampoco es presentable que nos sigamos quejando porque a las mujeres se les trata como objetos, pero sigamos permitiendo que por solo desnudarse en la portada de una revista light, ya una fémina alcance sus cinco minuticos de fama.

En suma, creo que la sociedad debe permitirse un cambio hacia la mujer. Un cambio donde se dignifique no solamente entregándoles un premio por lo lindas que son, sino por su talento y capacidad de transformar su entorno. Un premio que más que ser un reconocimiento debería ser un estímulo a tantas mujeres que aún hoy, no creen en ellas mismas y en todo su potencial.

Y a esos hombres maltratadores, antes que matarlos o guardarlos en una cárcel, creo que hay que educarlos en los valores de respeto y amor por las mujeres, enseñándoles que no son objetos sexuales ni adornos de su vida. Y como la gran mayoría de violentos dicen querer tanto a su madre, solo les bastaría pensar en ella a la hora de infringir un maltrato.

Aprendamos de las canciones y el sentir popular de la cultura, que nos dice que las mujeres son divinas y el ser mas preciado de la tierra. Apliquemoslo por fin, en nuestra vida diaria. porque ante el maltrato hay que decir, no más.

 

Mauricio Ceballos
Mauro Ceballos Montoya (Junnio), es abogado, comunicador social-periodista, amante de la literatura, la música, la radio y los animales. persona sensible, buen amigo, alegre y optimista. le gusta hacer las cosas bien y por eso es algo perfeccionista. no le gustan las injusticias y trata de no quedarse callado, aunque a veces es difícil. tiene la costumbre de malpensar, porque dice que así está más consciente de su realidad. por último, quiere compartir con usted, este pequeño escrito que en mucho o en parte, lo condensa todo: Puro humano. Soy juez y parte, fiscal y defensor, luz y oscuridad, ángel y demonio, egoísta y altruísta, tímido y despierto, soy la duda y la razón, lo ideal y lo absurdo, creyente y necio, trasparente y mentiroso. Soy la contradicción perfecta, humanidad pura.