Autor: Hernán Muriel Pérez
Medellín es, a los ojos de Colombia, una de las ciudades que más ha progresado con la última administración municipal. Desde los noticieros y las encuestas se habla de Federico Gutiérrez como uno de los alcaldes con más popularidad a nivel nacional. Los índices de migración y flujo de personas que ingresan a la ciudad paisa, dan muestra del atractivo turístico y laboral en el que se ha convertido.
Pero de la política de Federico Gutiérrez hay grandes situaciones, muy cuestionables, que están siendo ignoradas. El Federico de campaña se estrella con el Federico de la Alcaldía en diversos factores. Sus estrategias han desestabilizado a Medellín en varias ocasiones, el índice de personas asesinadas llegó a cifras alarmantes, y el Concejo le ‘corrió’ a la gran mayoría de sus propuestas y peticiones para que se cumplieran rápido y a cabalidad —a pesar de los posibles errores en planeación que pudieran tener— cosa que muchas veces no sucede en las administraciones y se entorpece la gestión.
En este artículo se van a analizar algunos puntos de la Alcaldía de Federico Gutiérrez que lo dejan mal parado en el ámbito político, y que dicen mucho de él, de su independencia y de su visión de país.
1. Los jóvenes se están matando, estrategia de seguridad fallida
Federico desestabilizó las comunas de Medellín con su estrategia de seguridad. Afirmó que iba a desarticular las bandas criminales —que aún hoy comandan los barrios, mandan en los parques y surten las plazas de vicio— pero lo único que hizo fue capturar a algunas cabecillas. Esta acción, como un efecto dominó, inevitablemente produjo guerras dentro de los combos para determinar cuál de todos los bandoleros aspirantes al cargo iban a terminar siendo los nuevos ‘duros’.
De nada sirve darle de baja a las cabezas en las estructuras criminales, si no se proyecta una estrategia conjunta para continuar desarticulando las bandas desde sus bases más insignificantes. Todas las personas saben, y no sólo en Medellín, dónde están ubicadas las plazas de vicio, pero las autoridades, que terminan legitimando estos grupos, se hacen los de la vista gorda y permiten que ellos ejerzan las veces de Estado en muchas ocasiones.
Gutiérrez capturó muchas cabecillas y las presentó como trofeos de seguridad, como punto a favor de la Alcaldía y la Secretaría de Seguridad por su gestión contra la criminalidad, pero mientras esto pasaba, decenas de jóvenes se mataban entre ellos para figurar como la nueva cabeza de la organización delincuencial. Un pequeño detallito que, al parecer, se pasó por alto en la estrategia de seguridad basada en la captura de delincuentes al mando.
Medellín durante esta administración vivió noches eternas de violencia. El 30 de diciembre del año 2018, por ejemplo, asesinaron a 8 personas. ¡8 personas en menos de 24 horas y en plena víspera de año nuevo!, sería un escándalo, de seguro, en cualquier ciudad del mal llamado primer mundo como París, o Ámsterdam. Aquí sólo hubo revuelo unos días, el homicidio se ha naturalizado al extremo.
Un video escabroso reveló cómo un jovencito de apenas 13 años era un asesino a sueldo reconocido en la Comuna 13. ¿De verdad las autoridades no tenían conocimiento al respecto?
El muchacho, por supuesto, fue declarado inimputable. Pueden echarle la culpa a las fases procedimentales de las entidades que buscan rescatar a estos jóvenes, pero; ¿no era la seguridad la estrategia principal de esta Alcaldía? ¡Ah, eso sí!, una vez el video fue viral, entonces empezaron a gestionar soluciones alrededor del asunto. Otro modus operandi de Gutiérrez que también fue analizado como una crítica al populismo, muy invitado a leer.
En Belén Altavista hay zonas donde han sido pocas las noches en que sus habitantes han dormido tranquilos. Disparos y guerras constantes, toques de queda impuestos por las bandas, vacunas, presión delincuencial: este barrio se convirtió en un verdadero infierno para muchas familias.
En el 2018 en Medellín fueron asesinadas 602 personas, (hablando desde los registros oficiales). En el 2017 fueron 587: 1189 personas en dos años, 1189 familias víctimas de la violencia inacabable de una ciudad que ya no llora a sus jóvenes.
Ni hablar sobre su exsecretario de Seguridad, Gustavo Villegas, uno de los personajes más cercanos de su gabinete, condenado a más de 2 años de prisión por nexos con el crimen organizado.
2. La Escombrera, ¿a quién no le favorece que encuentren los cuerpos desaparecidos?
Tantas historias, tanta gente, tantas madres, tantas mujeres existen alrededor de La Escombrera, tantos recuerdos y tanto dolor ignorado de personas inocentes que no dejan de luchar por la memoria y el resarcimiento de la verdad. Todo sucedió en aquel 2002 en donde, con Marta Lucía Ramírez a la cabeza del Ministerio de Defensa, y Álvaro Uribe Vélez a la cabeza de la presidencia, ocurrieron 23 operaciones militares, siendo Operación Orión y Operación Mariscal, ocurridas en la Comuna 13, una de las más fuertes y recordadas, con Luis Pérez a la cabeza de la Alcaldía de Medellín.
Según testimonios del exparamilitar Carlos Villa, alias Móvil 8, en La Escombrera se habrían enterrado decenas de cuerpos de personas asesinadas por esos grupos al margen de la ley que habían tomado control de la zona occidental de Medellín, luego de las operaciones recién mencionadas ejecutadas por los paramilitares en alianza con la Fuerza Pública. La Escombrera es, básicamente, un amplio lugar de la Comuna 13 donde, como su nombre lo dice, arrojan basura y escombros, por lo que la búsqueda de las personas muertas en ese lugar es una tarea ardua, y más si no se detiene el arrojamiento de residuos.
Con las declaraciones de Móvil 8, la Fiscalía construyó un plan de búsqueda que inicialmente constaba de 5 polígonos, luego fue reducido a 3. En la Alcaldía de Aníbal Gaviria se comenzó la intervención de uno de los polígonos, donde no hubo hallazgos. En la búsqueda de los siguientes dos polígonos, la administración de Federico Gutiérrez descontinuó el proceso, revictimizando a las familias de las personas desaparecidas y allí enterradas.
Según Luz Helena Galeano, líder del colectivo Mujeres Caminando por la Verdad, en el año 2016 la Alcaldía de Federico Gutiérrez se comprometió a “seguir las excavaciones” en La Escombrera, pero nunca lo hizo.
Hoy día, en esta fosa común se continúan echando escombros, y ya son alrededor de 25 pisos de objetos que permanentemente está alimentándose de más basura, imposibilitando la búsqueda de las vidas enterradas por los paramilitares.
¿Qué indica esta situación?, ¿cuál es la razón por la que Federico le incumplió al grupo Mujeres caminando por la Verdad? En definitiva, la continuación de la excavación perjudica a los parapolíticos y a los gobernantes que han catalogado a la fosa común más grande de Colombia como un mito urbano. Esta última afirmación ignora los testimonios, las investigaciones y los hallazgos que se han hecho al respecto.
¿Tiene Federico Gutiérrez patrones políticos vinculados con el paramilitarismo?, ¿está protegiendo a alguien descontinuando la búsqueda realizada en La Escombrera de personas asesinadas? La descontinuación de este proceso favorece a quienes niegan a La Escombrera como una fosa común, favorece a los gamonales políticos que se han aliado con los paramilitares centenares de veces, y obstruye un proceso memorístico para resarcir daños causados en el conflicto armado colombiano.
La Corporación Jurídica Libertad afirma que en este lugar han logrado identificar hasta unas 105 personas que están enterradas, pero se presumen que hay decenas de muertos más.
3. 130 mil millones del erario público en… ¿publicidad?
La Fundación para la Libertad de Prensa – FLIP, arrojó el dato con un curioso título: “Federico Gutiérrez, el alcalde vanidoso”. Es evidente que Gutiérrez se preocupó sobremanera por hacer lucir su administración como una de las mejores de Colombia, sino la mejor. Si usted fuera alcalde, ¿se preocuparía por hacer que las cosas se vean bien, o por hacer que las cosas estén bien? El monto en sí mismo, es despreciable por lo que expresa de Gutiérrez como político: la publicidad es un factor ‘importante’, pero no tanto como para invertir 130 mil millones de pesos en ella. ¿O acaso, qué beneficio deja la publicidad en materia de educación y escolaridad, salud y vivienda, alimentación y acompañamiento psicológico?
Pero es que en realidad la cifra es abrumante. En el 2014, en Bogotá, se destinaron 75 mil millones de pesos para la construcción de 8 grandes colegios. Uno de ellos, con un presupuesto de un poco más de 19 mil millones de pesos, estaba previsto a ser el más grande de la capital colombiana, con una capacidad de alrededor de 4 mil cupos abiertos para nuevos estudiantes.
Si Medellín decidiera destinar ese dinero para otra causa y no únicamente para la publicidad del alcalde, como por ejemplo la infraestructura de educación del municipio, podría construir un nuevo megacolegio que fuera el más grande de toda Colombia, le alcanzaría para hacer otros 7 colegios de buena envergadura, y, todavía así, tendría un presupuesto restante de 55 mil millones para gastar en lo que quisiera.
La cifra sigue siendo exagerada si se mira que el corredor verde construido en la Oriental costó alrededor de unos 8 mil millones de pesos, y que la troncal de Metroplús en construcción sobre esa misma avenida tuvo un costo de estimado de 30 mil millones.
Pero, espere, la cifra es todavía más decepcionante si se miran barrios como El Popular 1 y 2, y Santo Domingo, de la Comuna 1, donde decenas de personas no tienen casa, y si la tienen, viven en una pobreza extrema infame.
Es una cifra insultante cuando se ven sectores como Moravia, donde las personas son desplazadas una y otra vez por el Esmad y no son reubicados por el Gobierno, a pesar de que fueron víctimas de incendios que acabaron con su barrio tal y como lo conocían. La cifra es un daño profundo a la honra de todas las personas pobres de una ciudad que las ha naturalizado y olvidado, una ciudad que gasta 130 mil millones en publicidad, pero aprieta sus presupuestos cuando le hablan de subsidios de vivienda y de vida digna.
¿Ahora se dan cuenta del por qué Federico Gutiérrez tiene una popularidad alta a nivel nacional?, ¿para qué más se usa la publicidad, sino para enaltecer el trabajo de la administración municipal?
4. El corredor verde y las estaciones del Metroplús en la Oriental, ¿error de planeación?
El 12 de octubre del 2017 comenzaron las primeras reformas para suprimir las antiguas pirámides de la Oriental y adecuar un nuevo corredor verde, con el fin de contribuir al medio ambiente y al paisajismo del Centro. En la construcción, según la página oficial de la Alcaldía sobre la gestión en el Centro de Medellín, se habla de una inversión de $6566 millones. Portales como El Tiempo, en cambio, hablan de una inversión de $8.000 millones. Para septiembre del 2018, la obra ya estaba terminada.
Un año después, en septiembre del 2019, la Alcaldía invirtió $30.000 millones en la realización de nuevas estaciones del Metroplús, que justamente, estarían ubicadas también en la avenida Oriental. Y aquí es donde empieza el problema.
Para la construcción de estas estaciones de Metroplús fue necesario erradicar el 10% de la obra del corredor verde que tan sólo llevaba un año de construido. Es decir, la obra de las estaciones de Metroplús entorpeció la obra recién ejecutada del corredor verde. ¿Pudo haber sido este un problema de planeación?
La sorpresa se la llevaron los transeúntes del Centro, que comenzaron a generar ruido en torno a la construcción, porque estaban destruyendo y extrayendo las plantas, costeadas en miles de millones de pesos, aún sabiendo que habían sido implantadas no hacía menos de un año.
Con complicidad de la desinformación colectiva —muy común en nuestro contexto colombiano— los ciudadanos de Medellín empezaron a cuestionar el por qué estaban quitando lo que recién se había construido, y en realidad, tenían razón en criticar el hecho.
En cuanto cuestionaron a la Alcaldía por lo sucedido, con un malestar ciudadano que llegó hasta el Concejo, la administración justificó que la obra de las estaciones del Metroplús ya habían sido tenidas en cuenta en el plan de desarrollo, incluso antes de haber construido el corredor verde.
Y siendo así, la cosa empeora todavía más, porque la administración está afirmando que, al construir el corredor verde, sabía de antemano que se iba a perder el 10% de esa obra. Esto, en términos monetarios del patrimonio de la ciudad, y de acuerdo con los datos oficiales, ¡estaría significando unos 656 millones pesos!; eso, hablando de las cifras oficiales dadas por la Alcaldía, si nos guiamos por las cifras dadas por El Tiempo, estaríamos hablando de unos 800 millones de pesos perdidos.
¿Es viable para una ciudad perder 656 millones de pesos, construyendo y destruyendo una misma obra en menos de dos años?, ¿si de antemano se sabía que en ese lugar iban a ir las estaciones de Metroplús, cuál era la intención de sembrar flora en ese lugar para meses después extraerla?
5. El que no vende, no gana: populismo de calidad
Puntos arriba se abordó la investigación de la FLIP que habla de unos 130 mil millones de pesos gastados en publicidad por la Alcaldía de Federico Gutiérrez. Este hecho, más que polémico, marca una ruta para observar de cerca cómo son las comunicaciones del político, por qué hace tanto énfasis en la propaganda, y cómo esta ha influido positivamente a su imagen en la percepción de la opinión pública a nivel nacional.
Una crítica a profundidad del aspecto populista de Gutiérrez en la Alcaldía puede encontrarse en la columna escrita por mi persona hace algún tiempo. Pero el ejemplo básico que ineludiblemente debe traerse a colación para tocar este tema, es el de la intervención del alcalde en casos específicos, particularmente virales, que generan indignación en la gente y que consiguen ser reconocidos a gran escala.
Las administraciones deben enfocarse en poder resolver los problemas globales que tienen un entorno y una población determinada. Las administraciones NO deben enfocarse en los problemas particulares por su baja repercusión en el público. Por supuesto que pueden hacerlo, pueden ayudar en pequeña escala, pero de nada sirve acabar con un conflicto social en una familia, si hay otras 20 mil familias que tienen la misma vicisitud. El trabajo de la administración en este caso, es crear alternativas estratégicas que ayuden a solventar el problema general de las 20 mil, y no usar el poder jurídico y gubernamental para ayudar a una sola.
Casos como los atracos, cuando Federico hizo las veces de detective frente a las cámaras de Telemedellín, son erradamente calificados como heroicos, pero generan gran recordación en el público.
Apropiarse de un hecho particular para hacerse las veces de héroe frente a la comunidad, y decir que se está trabajando por la ciudad sólo por hacer ‘justicia’ con un atraco, es populismo. Porque con ello no se hizo nada en materia de seguridad desde la globalidad, y eso no afectó en lo más mínimo al resto de los miles de personas que fueron atracadas en Medellín posteriormente.
¿Añadiría algún otro punto a esta columna de análisis sobre la administración de Federico Gutiérrez en los últimos años? Anímese a debatir, dejar sus comentarios y aportar a la construcción de una sociedad más consciente.
Cuando Colombia se mira en un espejo se asusta. Hemos trastocado el concepto del regionalismo. Permítase observar los contextos con autocrítica y argumento.
Íntegro trabajo los felicito por ser buenos periodistas que no le temen a los politicos
Federico Gutiérrez en Medellín y Peñalosa en Bogotá, derrocharon por montones el dinero de los contribuyentes en la publicidad de unas mentiras que no se creen ni ellos mismos. Mientras tanto: las calles destrozadas, los colegios y jardines infantiles, desfinanciados, la inseguridad aterradora y etc.
excelente artículo. preocupantes las hipótesis a las que se aproxima el autor y con suficientes elementos de juicio y evidencia.